El fenómeno de la ‘rana hervida’ que explica cómo la IA está cambiando el empleo

Un estudio del MIT alerta de tareas automatizables, profesiones en riesgo y cambios que ya impactan a empresas de todo el mundo

Rana y la Inteligencia Artificial - Economía
Una imagen simbólica que representa el fenómeno de la 'rana hervida' y la IA.
Artículo14/Krea

La metáfora de la rana que no percibe el aumento gradual de la temperatura sirve hoy para entender cómo la Inteligencia Artificial está transformando el mercado laboral sin que muchos trabajadores adviertan todavía el alcance real del cambio. Lo que parece un proceso lento y silencioso podría convertirse en un vuelco abrupto. Y varios estudios recientes apuntan a que la IA ya está preparada para sustituir tareas que representan miles de millones de dólares en salarios.

La ‘rana hervida’ y el primer aviso del MIT

El síndrome de la rana hervida se ha colado en el debate tecnológico porque resume bien cómo opera la Inteligencia Artificial en el empleo. Sin saltos bruscos, pero con una fuerza constante que amenaza con alterar profesiones enteras. Según un análisis del MIT, los sistemas actuales de IA podrían reemplazar ya el 11,7% del mercado laboral de Estados Unidos. Unos 1,2 billones de dólares en salarios ligados a sectores tan amplios como las finanzas, la sanidad o los servicios administrativos.

El estudio se apoya en el Índice Iceberg, una herramienta desarrollada por el MIT y el Laboratorio Nacional Oak Ridge que funciona como un gemelo digital del mercado laboral estadounidense. Este modelo simula cómo interactúan 151 millones de trabajadores con la Inteligencia Artificial, incorporando sus habilidades, ocupaciones y ubicación geográfica. Es una forma de visualizar la parte sumergida de un fenómeno que la sociedad solo percibe parcialmente.

El fenómeno de la 'rana hervida' que explica cómo la IA está cambiando el empleo
Una imagen simbólica de la relación entre los humanos y la Inteligencia Artificial.
Artículo14/ Krea

La parte visible del impacto de la Inteligencia Artificial representa apenas el 2,2% de la exposición salarial del país —unos 211.000 millones de dólares—, centrados sobre todo en compañías tecnológicas y trabajos vinculados a informática y servicios IT. Pero la gran amenaza está en ese 90% oculto del iceberg: tareas que ya pueden ser automatizadas y que afectan a áreas como recursos humanos, logística, finanzas, contabilidad o funciones administrativas.

La Inteligencia Artificial demuestra especial capacidad para abordar tareas rutinarias y repetitivas, justo aquellas que antes se creían relativamente protegidas del avance tecnológico. Los creadores del Índice Iceberg insisten en que el modelo no predice cuándo se producirán los recortes. Pero sí señala la exposición real que plantea la Inteligencia Artificial, de modo que los gobiernos puedan anticipar inversiones y legislación.

Recortes empresariales que ya están llegando

El impacto de la Inteligencia Artificial no es solo un escenario hipotético. Grandes compañías ya han empezado a reorganizar plantillas basándose en automatización. HP ha anunciado un recorte de 6.000 empleos dentro de un plan de optimización que afecta a desarrollo de producto, administración y atención al cliente. Lufthansa eliminará 4.000 puestos administrativos tras integrar soluciones basadas en Inteligencia Artificial.

Consultoras como McKinsey proyectan que la IA y la robótica podrían automatizar actividades equivalentes al 57% de las horas de trabajo en Estados Unidos. Y Microsoft ha identificado más de 40 profesiones especialmente expuestas a la Inteligencia Artificial, como historiadores, traductores, redactores técnicos o científicos de datos. Cada una de estas decisiones empresariales confirma que la rana, en esta metáfora, sigue dentro del agua caliente sin saltar.

El consumo, la política y la ciencia también cambian con la IA

Mientras la Inteligencia Artificial amenaza algunos empleos, otros sectores viven una revolución más amable. Plataformas como OpenAI, Perplexity o Google ya están transformando el consumo. Desde asistentes capaces de planificar compras navideñas hasta pruebas virtuales de ropa mediante avatares. El comercio electrónico del futuro podría estar completamente automatizado gracias a agentes de IA que compren en nombre del usuario, siempre y cuando ese usuario conserve un empleo.

El fenómeno de la 'rana hervida' que explica cómo la IA está cambiando el empleo
El futuro… ¿es digital?
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La política tampoco permanece al margen. La Administración estadounidense ha lanzado Genesis Mission, un programa que conectará supercomputadores, laboratorios y modelos avanzados de Inteligencia Artificial para impulsar la ciencia, la energía y la seguridad en la próxima década. Grandes empresas tecnológicas colaboran en este proyecto, convencidas de que la IA será el motor de la productividad nacional.

En el campo sanitario, la Inteligencia Artificial empieza a resolver retos de enorme complejidad. El modelo popEVE, desarrollado entre el Centro de Regulación Genómica de Barcelona y la Harvard Medical School, es capaz de predecir si una mutación genética causará una enfermedad rara incluso cuando no existen precedentes clínicos. Es un ejemplo del potencial social y científico que encierra la IA, más allá del miedo a la automatización.