Comprar una casa es uno de los pasos más importantes en la vida financiera de una persona. Sin embargo, muchos compradores primerizos se centran solo en el precio del inmueble o en la hipoteca, y se olvidan de calcular los gastos adicionales que pueden elevar significativamente la inversión. Estos costes ocultos pueden sorprender incluso a los más prevenidos.
A continuación, te explicamos cinco gastos clave que deberías tener en cuenta antes de firmar cualquier contrato.
1. Impuestos: más allá del precio del inmueble
Uno de los mayores costes adicionales al comprar una casa son los impuestos. Si se trata de una vivienda nueva, el comprador debe pagar el IVA (10 % del valor de compra). En el caso de viviendas de segunda mano, se abona el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP), que varía entre el 6 % y el 10 % según la comunidad autónoma.
Por ejemplo, en Madrid es del 6 %, mientras que en Cataluña o Valencia puede llegar al 10 %. Este impuesto por sí solo puede suponer decenas de miles de euros adicionales.
2. Gastos de notaría y registro
Para formalizar legalmente la compra, se requiere la intervención de un notario. Los honorarios notariales están regulados, pero también dependen del valor del inmueble. A modo orientativo, se pueden situar entre 600 y 1.200 euros.
Además, hay que inscribir la propiedad en el Registro de la Propiedad, lo que supone otro gasto que puede oscilar entre 400 y 800 euros.
3. Tasación de la vivienda: un paso obligatorio para conseguir hipoteca
Si vas a solicitar una hipoteca, el banco requerirá una tasación independiente del inmueble. Esta evaluación, que determina el valor real de la vivienda, es clave para que la entidad calcule cuánto puede prestarte.
El coste de la tasación suele estar entre 300 y 500 euros, y corre a cargo del comprador. En muchos casos, los bancos exigen también la contratación de un seguro del hogar y, en ocasiones, otros productos vinculados que aumentan el gasto. Además, a esto deberás sumarle los gastos por seguro de la vivienda.
4. Comisión de apertura y productos vinculados
Solicitar una hipoteca conlleva otros costes asociados, como la comisión de apertura, que puede llegar al 1 % del capital prestado. Por ejemplo, si pides una hipoteca de 150.000 €, podrías tener que pagar hasta 1.500 € solo por abrirla.
A esto se suman productos como seguros de vida, tarjetas de crédito o planes de pensiones, que muchos bancos ofrecen —o incluso exigen— para mejorar las condiciones del préstamo. Estos productos tienen un coste a medio y largo plazo que conviene considerar.
5. Reformas, mudanza y otros gastos post-compra
Una vez has comprado la vivienda, los gastos no terminan. En muchas ocasiones es necesario realizar reformas, pintura o pequeñas reparaciones antes de entrar a vivir. Incluso en inmuebles nuevos, hay costes como:
- Electrodomésticos y mobiliario
- Mudanza profesional (entre 500 y 1.500 € según el volumen y la distancia)
- Altas de suministros (luz, agua, gas, internet)
Estos desembolsos, aunque no figuran en el contrato de compraventa, pueden suponer varios miles de euros adicionales.
Un presupuesto más realista
Comprar una casa es mucho más que asumir el coste del metro cuadrado. Si no se contemplan estos gastos ocultos, el sueño de tener un hogar propio puede convertirse en una fuente de estrés financiero.
Por eso, los expertos recomiendan calcular entre un 10 % y un 15 % adicional sobre el precio de compra para hacer frente a todos los costes reales de la operación. Solo así podrás tomar una decisión informada y evitar sobresaltos en el camino hacia tu nueva casa.