Cómo se crea un tsunami y qué tiene que ver con los terremotos

Cuando un tsunami alcanza la costa, puede provocar inundaciones masivas, destrucción, pérdida de vidas humanas y evacuaciones

Consecuencias de un tsunami - Internacional
Una fotografía de archivo de las consecuencias de un tsunami
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Un tsunami es una serie de olas de gran energía provocadas por el desplazamiento repentino de una gran masa de agua, normalmente en océanos o mares. A diferencia de las olas convencionales, que se generan por el viento en la superficie, un tsunami nace en las profundidades del mar y puede alcanzar velocidades de hasta 800 km/h en mar abierto. Es un fenómeno natural con un potencial destructivo altísimo, especialmente cuando impacta en zonas costeras con poca altitud.

El término tsunami proviene del japonés —tsu (puerto) y nami (ola)— y refleja bien su impacto. Hablamos de una ola que arrasa los puertos, las ciudades costeras y las infraestructuras cercanas al mar. En muchas ocasiones, este fenómeno está directamente relacionado con los terremotos submarinos, que actúan como el detonante principal del desastre.

La conexión entre terremotos y tsunamis

La relación entre un terremoto y un tsunami es directa cuando el epicentro del seísmo se sitúa bajo el océano y se produce una ruptura repentina del fondo marino. Esta ruptura provoca un empuje vertical que desplaza grandes volúmenes de agua, dando lugar a ondas sísmicas que se propagan por el océano en todas direcciones.

No todos los terremotos generan un tsunami. A fin de cuentas, para que esto ocurra deben cumplirse ciertas condiciones: el seísmo debe tener una magnitud superior a 6.5, su epicentro debe estar bajo el mar y el tipo de desplazamiento debe ser vertical, no solo horizontal.

¿Cómo se crea un tsunami y qué tiene que ver con los terremotos?
Alerta por tsunami tras el terremoto en Rusia.

Cuando estos factores coinciden, se produce una transferencia masiva de energía que empuja el agua hacia arriba, generando el inicio de una ola que crece a medida que se acerca a tierra firme.

Cómo se propaga un tsunami por el océano

Una vez generado, el tsunami puede viajar a velocidades extraordinarias por mar abierto. Aunque con una altura casi imperceptible —a menudo de apenas 30 centímetros—, lo que lo hace difícil de detectar a simple vista. Sin embargo, su energía se mantiene intacta.

A medida que la ola se acerca a la costa y la profundidad del mar disminuye, la velocidad del tsunami se reduce, pero su altura aumenta de forma dramática, formando olas gigantes que pueden alcanzar fácilmente los 10 metros de altura o más.

Este proceso se conoce como amplificación por efecto de shoaling. Las olas se comprimen, se elevan y se vuelven más lentas, pero más destructivas. El tiempo entre una ola y la siguiente también puede ser de varios minutos, lo que confunde a la población y puede generar una falsa sensación de seguridad entre impactos.

¿Qué otros fenómenos pueden causar un tsunami?

¿Cómo se crea un tsunami y qué tiene que ver con los terremotos?
El mar embravecido en Japón tras el terremoto en Rusia.
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Aunque los terremotos son la causa más frecuente, un tsunami también puede originarse por otras razones. Erupciones volcánicas submarinas, deslizamientos de tierra costeros o submarinos. Incluso impactos de meteoritos pueden generar este fenómeno, siempre que impliquen un desplazamiento repentino y vertical de grandes cantidades de agua.

Por ejemplo, en 1883, la erupción del volcán Krakatoa generó un tsunami que arrasó las costas de Java y Sumatra, provocando más de 36.000 muertes. También se han documentado tsunamis tras grandes desprendimientos de glaciares o tras el colapso de laderas volcánicas que caen al mar. Como ocurrió en Alaska en 1958, cuando se generó una ola de más de 500 metros de altura, aunque en una bahía cerrada.

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