La industria minera, históricamente dominada por hombres, se asoma a un relevo inédito. Según adelanta el Financial Times, Geraldine Slattery, alta directiva de BHP y responsable de operaciones en Australia, figura como favorita para convertirse en la primera mujer al timón de la compañía. Sería un hito: desde su fundación en 1885, la mayor minera del planeta nunca ha tenido a una mujer al frente. Y han pasado 140 años.
Aunque el nombramiento aún no es oficial, Slattery aparece como la candidata mejor situada para suceder al actual consejero delegado, Mike Henry, que abandonará su cargo para mediados de 2026. De confirmarse, escribiría una página inédita en la historia de la compañía y abriría una vía de cambio en un sector tradicionalmente asociado a figuras masculinas. Directivos que han pilotado etapas de expansión, fusiones y consolidación global en el pasado. Pero ahora el sector requiere de nuevos perfiles para afrontar los retos del futuro. No es un patrón exclusivo de BHP: la minería sigue siendo uno de los sectores más masculinizados del mundo. Pese al avance de mujeres en ámbitos como la banca o la energía, su acceso en minería ha sido lento y a cuentagotas, con espacios aún por conquistar. Por eso, la eventual llegada de Slattery tendría un impacto simbólico y económico de calado.
¿Y quién es Geraldine Slattery? Profesional de origen irlandés, lleva más de tres décadas en la empresa. Toda una vida laboral dedicada a BHP, lo que la coloca en ventaja respecto a otros aspirantes: conoce a fondo la cultura interna y ha pasado por prácticamente todas las áreas de la empresa. Dirigió las operaciones de hidrocarburos en Estados Unidos y fue pieza relevante en la reordenación del negocio energético.
En la actualidad, es presidenta de BHP Australia, donde gestiona minas de hierro, carbón y cobre. No se trata solo de materias primas clásicas, el cobre es esencial para la electrificación; el mineral de hierro es fundamental para la competitividad de la siderurgia y el carbón todavía es clave en cadenas industriales. Una profesional que tendrá que lidiar entre dos mundos: la energía del pasado y la transición ecológica. A ello se suma su experiencia liderando equipos grandes y diversos, y una visión alineada con los retos de sostenibilidad que enfrenta la minería: seguridad, agua, emisiones y relación con las comunidades.
El momento del sector es delicado. La demanda procedente de China, gran cliente de hierro, ha perdido fuerza frente a otros años de auge; al mismo tiempo, la transición energética exige inversiones millonarias en metales críticos como el cobre, el níquel o el litio, con marcos regulatorios más estrictos. En este entorno, la próxima dirección de la compañía deberá tener una visión estratégica y buscar el término medio entre rentabilidad y sostenibilidad. Una mujer en la cúpula, además, enviaría un mensaje de renovación en el sector. Los grandes inversores internacionales llevan tiempo reclamando más diversidad en los consejos y en las primeras líneas directivas.
Otros candidatos internos
El Financial Times apunta a que hay otros candidatos internos en consideración. Entre ellos, Vandita Pant, ejecutiva senior con trayectoria destacada en el área comercial global, Ragnar Udd, ligado a la comercialización y Brandon Craig, responsable de operaciones en América. Dos mujeres en la carrera a la cima que ya refleja un cambio sustantivo frente a procesos anteriores, cuando solo se contemplaban perfiles masculinos.
No será un camino de rosas para la nueva directiva. La gestión del capital humano será igualmente decisiva: atraer perfiles digitales y de sostenibilidad y retener talento técnico en ubicaciones remotas exigirá políticas modernas.
La experiencia de Slattery, combinada con el contexto actual, la convierte en algo más que una candidata: es un posible punto de inflexión para una industria que necesita demostrar que puede crecer, reducir impactos y ganar legitimidad social al mismo tiempo. La mayor minera del mundo no solo romperá un techo de cristal de 140 años. También pondrá a prueba un modelo de liderazgo que aspira a alinear el futuro de la empresa con lo que espera la sociedad de ella.