Nuevo examen teórico de la DGT: mantiene las 30 preguntas pero ya no te servirán los test de la autoescuela

El examen de conducir está a punto de dejar de ser tal y como lo conocíamos, pues va a afrontar cambios que lo van a hacer más difícil, pero más útil para la vida real

Carnet de conducir - Sociedad
Una joven con el carnet de conducir recién aprobado (y su preciada 'L')
Shutterstock

El examen teórico de conducir, una de las pruebas más temidas por los aspirantes a obtener el permiso de circulación, afrontará a partir del 1 de octubre una reforma que cambiará la forma de prepararlo. La Dirección General de Tráfico (DGT) mantendrá el formato de 30 preguntas con un máximo de tres errores permitidos, pero introduce modificaciones que dejan obsoleta la estrategia que millones de conductores han utilizado durante décadas: repetir test en la autoescuela hasta memorizar preguntas y respuestas.

Hasta ahora, el examen teórico se basaba casi en exclusiva en cuestiones tipo test. La dinámica resultaba sencilla: asistir a la autoescuela, realizar cientos de cuestionarios y, a fuerza de repetición, memorizar qué respuesta correspondía a cada pregunta. El sistema era eficaz para aprobar, pero no siempre garantizaba que el alumno comprendiera de verdad las normas ni supiera trasladarlas a la carretera.

Con el nuevo modelo, esto deja de ser posible. A partir de octubre, el examen incluirá vídeos e imágenes en movimiento que representarán situaciones habituales del tráfico. Ante cada proyección, el aspirante deberá contestar cómo actuaría en ese contexto concreto. De esta forma, se evaluará la capacidad de observación, la interpretación de la señalización, la reacción frente a imprevistos y, en general, la comprensión práctica de la conducción.

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El examen de conducir va a dejar de ser tal y como lo conocemos.

Un cambio necesario para mejorar la seguridad

El motivo de esta transformación es claro: reducir la brecha entre aprobar el examen teórico y saber desenvolverse en la vida real al volante. Muchos instructores de autoescuela advertían desde hace tiempo de que los alumnos que superaban la prueba llegaban a las clases prácticas sin saber cómo reaccionar ante un ceda el paso complicado, cómo interpretar una señal poco común o cómo comportarse en situaciones de riesgo.

Según la DGT, el nuevo sistema pretende que los futuros conductores interioricen los conceptos, desarrollen un criterio propio y, en última instancia, sean más responsables al circular. El organismo recuerda que el examen no solo debe ser un trámite académico, sino la base de una formación que tendrá repercusión directa en la seguridad vial.

Críticas y prisas por examinarse antes

El anuncio, sin embargo, no ha sido bien recibido por todos. Muchos jóvenes que estaban preparando el examen han acelerado sus planes para presentarse antes del 1 de octubre, con el fin de evitar la nueva modalidad. El temor principal es que la dificultad aumente y que aprobar requiera un mayor esfuerzo de estudio y comprensión. Las autoescuelas, por su parte, reconocen que será necesario actualizar materiales y métodos de enseñanza, aunque coinciden en que el cambio puede suponer una mejora en la calidad de la formación.

Nuevas señales en el temario

La modificación del examen llega acompañada de otra novedad: la incorporación de preguntas relacionadas con las señales de tráfico actualizadas el pasado 1 de julio. Entre ellas se encuentran símbolos específicos para estaciones de servicio destinadas a vehículos con combustibles alternativos, señales dirigidas al uso de patinetes eléctricos y pictogramas rediseñados con un lenguaje más neutro e inclusivo. Con estas actualizaciones, el examen se adapta también a los cambios que está experimentando la movilidad urbana y a las nuevas formas de transporte que conviven en las ciudades.

La nueva prueba

En la práctica, el examen teórico seguirá teniendo la misma estructura formal: 30 preguntas con la obligación de acertar al menos 27. La diferencia es que ya no se podrá depender únicamente de la memoria visual de los cuestionarios de la autoescuela. El candidato se enfrentará a preguntas clásicas, pero también a proyecciones de vídeo donde tendrá que decidir, por ejemplo, si debe detenerse, ceder el paso, cambiar de carril o mantener la velocidad. La interpretación de la escena será clave, lo que obliga a los estudiantes a preparar el examen con un enfoque más realista y práctico.

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