Tras semanas de conversaciones entre Kiev y Washington, este domingo Donald Trump se reunió con su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenski en su propiedad de Mar-a-Lago, en Florida, y no en la capital de Estados Unidos. ¿Una reunión marcada por un pragmatismo poco protocolario o por un trato más «amistoso» hacia Zelenski, que fue reprendido por el «rey Donald» ante su corte hace unos meses? El ucraniano y el estadounidense habían indicado que podían lograr un avance diplomático en las últimas horas de 2025 para llegar a un acuerdo de paz. En el período previo a las conversaciones, Rusia lanzó un nuevo ataque masivo con misiles y drones contra la capital ucraniana, como para recordar a ambos hombres que la última palabra la tendrá Putin.
Los puntos tratados en la reunión del domingo en Florida fueron preparados por los equipos de negociación, aunque algunas cuestiones solo podían debatirse a nivel de los dirigentes, en particular las garantías de seguridad, la situación de los territorios orientales de Ucrania reclamados por Rusia y la gestión de la central nuclear de Zaporiyia.
Los escollos para el fin a la guerra en Ucrania
En cuanto a la cuestión territorial, Rusia sigue planteando exigencias maximalistas, insistiendo en que Ucrania renuncie al territorio del Donbás que aún no ha capturado, una demanda que Kiev ha rechazado. Para facilitar el compromiso, Washington había propuesto convertir estas regiones en zonas económicas libres. Ucrania, por su parte, exigía la desmilitarización de la región y la presencia de una fuerza internacional para garantizar la estabilidad.

Sin embargo, primero había que resolver la cuestión de las garantías de seguridad para Ucrania. Si la parte estadounidense planteaba la cuestión de un referéndum o de elecciones, esto no podía hacerse bajo los bombardeos rusos. El sábado por la mañana, un ataque duró 10 horas y dos localidades ucranianas cayeron en manos de las tropas de Putin.
Los puntos de fricción que no han sido resueltos
Los resultados de la reunión entre Trump y Zelenski son motivo de optimismo para Kiev, aunque revelan varias deficiencias estructurales y puntos de fricción importantes. Las principales deficiencias identificadas son las siguientes:
- La disputa territorial (Donbás). Este es el punto más crítico del bloqueo. El plan de Trump sugería que Ucrania cediera parte o la totalidad de la región de Donetsk. Mientras Zelenski intentaba limitar las concesiones a las zonas no controladas por Rusia, Moscú exigía una retirada total de Ucrania de estas regiones. Ucrania se niega oficialmente a ceder estos territorios, por temor a una pérdida definitiva de soberanía sin garantía de retorno. La reunión entre Trump y Zelensky no dio lugar a ningún acuerdo sobre este punto. Era de esperar. Zelensky justifica que la cuestión «no puede resolverse en un día, ni en una semana». Las leyes, el Parlamento o la posibilidad de un referéndum son claves para que se apruebe o no este delicado punto del plan de paz…
- La falta de garantías de seguridad militar. Zelenski condicionó cualquier acuerdo a garantías de seguridad «fiables» para evitar una nueva invasión rusa. Trump prometió sólidas garantías de seguridad estadounidenses, aunque al mismo tiempo descartó la adhesión de Ucrania a la OTAN y no previó ningún compromiso militar directo de Estados Unidos para defender a Ucrania en caso de ruptura del alto el fuego. Trump da prioridad a los incentivos económicos frente a las promesas de protección armada. ¿Quién estará sobre el terreno de operaciones? ¿Un contingente europeo? Para los rusos, su presencia en Ucrania sería un casus belli.
- La zona desmilitarizada y la retirada de las tropas. El plan de paz prevé una zona tampón desmilitarizada vigilada por fuerzas internacionales. Sin embargo, Rusia se opone firmemente a la retirada de sus tropas hasta 40 km atrás, como propone Zelenski. Sin consenso sobre quién controlará esta zona (y la exclusión explícita de las tropas europeas exigida por Moscú), la viabilidad del alto el fuego sigue siendo frágil.

Donald Trump consideró que Putin y Zelensky eran «serios» en su voluntad de poner fin a las hostilidades en Ucrania, con motivo de una serie de conversaciones que él considera «las últimas etapas» de su plan de paz. Trump asegura haber logrado numerosos avances durante su reunión con Zelensky, lo que también ha confirmado el presidente ucraniano. Para este último, se han conseguido una serie de éxitos, del orden del «80-90 %» en «todos los puntos» y «el 100 % de los puntos sobre las garantías de seguridad estadounidenses». Todo el optimismo de Trump -que afirma haber resuelto ocho conflictos internacionales- y de Zelenski dependerá de la buena voluntad de Putin, que cuenta con el apoyo de Pekín.


