El nombre de Marianne Gonzaga volvió a convertirse en tendencia tras reaparecer en redes sociales con un video en TikTok que generó aún más polémica. En las imágenes, la joven influencer se muestra maquillada, cantando y con un gesto despreocupado, junto con la frase: “Una no nace loca, a una la vuelven loca”. La publicación, acompañada del mensaje “Tirando un factt [dato] de las girls [chicas]”, fue recibida con inquietud por parte de los usuarios, quienes de inmediato recordaron el ataque que meses atrás dejó a Valentina Gilabert al borde de la muerte.
Las reacciones en línea no tardaron en llegar. Entre los comentarios más compartidos destacó el de una usuaria que escribió: “Estamos con vos pero no enloquezcas otra vez porfa”, mientras que otra señaló: “Si te vuelven loca es porque no tienes suficiente inteligencia emocional, nadie debería tener poder sobre nuestras emociones”. La comunidad digital se dividió entre quienes la apoyan y quienes ven con alarma su regreso público.
@mariannerc Tirando un factt de las girls 💅🏼 No se me ataquen es un trend preciosas 🤠 #humor #trend #mariannegonzaga #mariannerc
El ataque
De acuerdo con una entrevista que la propia Valentina concedió a La Saga, la noche del ataque comenzó como una reunión entre amigos. La joven había acudido a la casa de quien consideraba su mejor amiga, Aintzane, sin imaginar cómo acabaría aquella visita.
Entre los presentes estaba José Said, expareja de Marianne Gonzaga y padre de su hija, con quien Valentina mantenía en secreto una relación. Aintzane aseguró que Marianne no asistiría.
Pasado un rato, la anfitriona envió un mensaje a Valentina: tenía que “contarle un chisme”. Para ello necesitaba quedarse a solas y que los demás salieran de la casa. Todos se fueron.
Ya en el baño, las dos amigas comenzaron a conversar, aunque el ambiente pronto se tornó extraño. Aintzane le preguntaba insistentemente por José, a lo que Valentina respondía con negativas. La tensión creció cuando Valentina devolvió la pregunta, insinuando que sospechaba que su amiga pudiera tener sentimientos hacia él. Según su testimonio, Aintzane se mostró excesivamente nerviosa y lo negó todo. Fue entonces cuando Valentina empezó a pensar que su amiga estaba grabando la conversación para enviársela a Marianne. De pronto, el teléfono de Aintzane vibró: un mensaje de Marianne, era tan solo un punto. Una señal.

El instinto le gritó a Valentina que algo andaba mal. “Hay que salir de aquí, ¿qué estamos haciendo en el baño?”, dijo alarmada. Salieron del cuarto, pero Aintzane insistió en ir detrás de ella. En ese instante, Valentina sintió tres golpes en la espalda. Al principio creyó que su amiga le estaba pegando, pero al girarse… era Marianne. “La tenía muy cerca y me caí hacia atrás”, relató.
Tendida en el suelo, la joven vio cómo Gonzaga se agachaba sobre ella y comenzaba a apuñalarla con saña. “Yo empecé a sentir que salía aire de mis pulmones y me puse boca abajo para hacer presión sobre el pecho”. Apoyó la mano contra el suelo, pero allí también recibió otra puñalada en el dorso.
Mientras Aintzane y Marianne abandonaban el cuarto, Valentina, consciente de que perdía sangre a borbotones, reunió fuerzas para intentar escapar. Apenas dio tres pasos cuando la agresora volvió a alcanzarla. “Me vio, volvió a agarrar el cuchillo y me dijo: ‘si te mueves, te mato’”. Valentina rogó: “No, por favor”. No hubo piedad: el arma se hundió en su cuello, perforándole la tráquea. Valentina ya no podía moverse.

Poco después los amigos regresaron. El timbre sonó y la puerta se abrió. José entró de inmediato y al verla en el suelo le suplicó: “Por favor, dime que no estás muerta”. Con las pocas fuerzas que le quedaban, Valentina negó con la cabeza. Los presentes llamaron a la ambulancia mientras trataban de contener la hemorragia: “Desde que llegó estaba tapándome el cuello”, recordó.
El traslado al hospital fue desesperado. Valentina conserva la memoria completa de aquella noche, lo único que no recuerda es el dolor. Los médicos la indujeron a un coma durante cinco días.
Sobrevivió y a día de hoy casi no tiene secuelas físicas.
@valentina.gilabert Está muy largo el video pero tiene todo los detalles que recuerdo. Los quiero mucho chicos 💞 #valentinagilabert
El perdón
Pese a la brutalidad del ataque, meses después Valentina sorprendió al declarar públicamente que perdonaba a Gonzaga: “Se disculpó conmigo personalmente. Yo quiero decir, como le dije a ella, que la perdono, que todo el mundo se merece una segunda oportunidad en la vida y que no soy nadie para privar a una persona de su libertad”.
Gonzaga, al ser menor de edad (17 años en el momento del ataque), obtuvo la libertad tras cinco meses de internamiento, aunque bajo medidas de supervisión.
El caso, sin embargo, no se cerró en el terreno digital. La víctima denunció que continua recibiendo amenazas de muerte y mucho odio de quienes -increíblemente- no la consideran la víctima de la historia.
@valentina.gilabert Hago público que ya no puedes hablar más de “Vanessa”.
Con su vuelta a las redes sociales, Marianne ha intentado presentarse como una creadora de contenido en proceso de reinserción. No obstante, sus publicaciones, lejos de inspirar confianza, despierta temor. No solo por lo que dice ella, también por los comentarios. Cientos de mujeres jóvenes parecen apoyarla, parecen entenderla.
Marianne ha contado el caso en redes como una especie de ‘reacción inconsciente’ que tuvo tras sospechar que José le fue infiel con Valentina previo a acabar su relación. En sus comentarios se puede leer: “todos sabemos que Valentina fue la víctima del ataque más no de la historia” o “Valentina es víctima físicamente PERO Marianne es víctima mentalmente“.
@mariannerc No busco perjudicarte, solo contar lo que viví; si eso te afecta, no depende de mí. 🧖🏼♀️💅🏼✨ #mariannegonzaga #mariannerc #grwm #infidelidades
137 mil pesos por campaña
El regreso de Marianne Gonzaga a las redes sociales no solo ha generado controversia, también un repunte en su carrera como creadora de contenido. Lejos de frenar sus colaboraciones, la notoriedad del caso incrementó el valor de su imagen digital.
Actualmente, sus tarifas alcanzan cifras que superan los 137 mil pesos por campaña, con paquetes que incluyen videos en TikTok, reels en Instagram, series de historias, pauta digital y periodos de exclusividad. Otras opciones más reducidas rondan entre los 68 mil y 85 mil pesos, dependiendo de la duración y el nivel de exclusividad.
El contraste con sus precios anteriores es notable. Antes de su detención, una historia en TikTok costaba alrededor de 8 mil pesos y un reel en Instagram unos 18 mil. Hoy, además de los paquetes de colaboración, Gonzaga ofrece servicios extra como el uso de su imagen mensual por 15 mil pesos o exclusividad con marca por 25 mil.
Este salto en sus tarifas ha sido interpretado por muchos como un intento de capitalizar la notoriedad mediática que le dejó el caso, un hecho que divide opiniones entre quienes consideran legítimo que retome su actividad y quienes lo ven como una forma de lucrar con la violencia vivida por Valentina Gilabert.