El sistema de pensiones español ha vuelto a marcar cifras récord en agosto. La Seguridad Social destinó 13.638 millones de euros, el mayor importe de su historia, al pago de 10,3 millones de pensiones contributivas a 9,3 millones de personas. El incremento refleja la evolución demográfica y la mejora de las prestaciones, con una pensión media de 1.314 euros mensuales, un 4,5% más que en el mismo mes de 2024.
La pensión de jubilación, que perciben cerca de 6,5 millones de personas, alcanza una media de 1.508 euros al mes. Casi seis de cada diez jubilados son hombres, lo que refleja una correlación directa entre carreras laborales estables y pensiones más altas. Las mujeres, en cambio, se jubilan más tarde –65,8 años de media frente a los 65,3 del conjunto- y lo hacen con cuantías inferiores, marcadas por trayectorias profesionales interrumpidas o desarrolladas en sectores menos protegidos.
El 97,5%
El contraste más evidente aparece en la viudedad, una prestación cuya fotografía es netamente femenina. De los 1,5 millones de personas que la perciben como pensión principal, el 95,7% son mujeres. La cuantía, 936 euros mensuales de media, apenas roza los mil euros, lo que convierte a muchas viudas en protagonistas de una desigualdad enquistada: sostienen sus hogares con pensiones muy por debajo del promedio del sistema.
No obstante, hay también señales de avance. En septiembre, 1,14 millones de pensiones incluyeron el complemento para reducir la brecha de género, y el 85% de las beneficiarias son mujeres -casi 972.500-. Este suplemento, que añade 75 euros mensuales de media, busca reconocer el impacto de la maternidad en la carrera laboral. La mayor parte de las beneficiarias lo recibe por haber tenido dos hijos, aunque el complemento se extiende también a quienes cuentan con tres o cuatro descendientes.
65,3 años de media
El sistema, además, experimenta cambios en la forma de acceder a la prestación. Las jubilaciones demoradas ya representan el 11,3% de las nuevas altas, frente al 4,8% de 2019. La edad media de retiro se eleva, situándose en 65,3 años, un récord histórico que responde en buena medida a los incentivos aprobados en 2022. Paralelamente, las jubilaciones anticipadas han caído un 12,8% en seis años. Este retraso en la edad de acceso garantiza una mayor sostenibilidad financiera.
En el ámbito de la gestión, los datos son positivos: la resolución de expedientes es rápida, con apenas 9,4 días de media para la jubilación y 11,5 en el caso de la viudedad, muy por debajo de los 90 días que fija la normativa. Una eficacia que resulta vital para quienes dependen de estas prestaciones como único ingreso.
España bate récords en gasto y número de pensiones, pero no logra desprenderse de una brecha de género persistente. Las mujeres, protagonistas en la viudedad y destinatarias de los complementos correctores, ostentan pensiones menores que las de los hombres.