El inesperado giro en la votación de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha sacudido de lleno al Banco Sabadell. El voto favorable de Pere Soler, vinculado a Junts, rompió todos los pronósticos y permitió que la CNMC aprobara por unanimidad el dictamen sobre la opa lanzada por BBVA, desatando un vendaval político y financiero en torno a la entidad catalana.
Lo que parecía una oposición clara dentro del organismo, se convirtió en un respaldo sin fisuras. El resultado ha sorprendido tanto a sectores económicos como políticos en Cataluña, donde el rechazo a la operación había sido explícito. Muchos esperaban que Soler dejara constancia de su desacuerdo. En especial, tras el rechazo del consejo de administración del Banco Sabadell y la postura contraria del Gobierno central.
Un apoyo condicionado a nuevas garantías para las pymes
El voto de Soler, determinante para la unidad del dictamen, llegó después de que BBVA mejorara sus compromisos con el crédito a pymes. Hasta entonces, el banco solo garantizaba mantener el circulante a corto plazo para las pequeñas empresas que concentrasen el 100% de su crédito en BBVA y Banco Sabadell. Una condición que apenas cubría al 5% de sus clientes.
Consciente de la fragilidad de esa cobertura, la CNMC presionó y BBVA cedió. Extendió la garantía a aquellas pymes que recibiesen al menos el 85% de financiación de ambas entidades. Pero el punto clave fue otro: se comprometió a garantizar la financiación también para empresas que obtengan el 50% del crédito conjunto en aquellas comunidades donde el grupo resultante alcance una cuota superior al 30%, como es el caso de Cataluña y Baleares.

Esta medida terminó por inclinar el voto de Soler a favor del proceso de absorción del Banco Sabadell.
Un voto particular, como se preveía inicialmente por parte de varios vocales, no habría detenido la aprobación del dictamen si se obtenía mayoría simple. Sin embargo, habría hecho visibles las discrepancias internas y habría dado al Gobierno la base para añadir nuevas condiciones o incluso frenar la operación.
La presidenta de la CNMC, Cani Fernández, buscaba una imagen de unidad para blindar el dictamen. Y lo logró con el sí de Soler, a pesar de que su perfil jurídico y su pasado como responsable de la Autoridad Catalana de la Competencia (ACCO) lo situaban entre los más escépticos frente a la fusión entre BBVA y el Banco Sabadell.
Banco Sabadell se siente perjudicado por la metodología
El propio Banco Sabadell ha mostrado su disconformidad con el dictamen aprobado por la CNMC. Denuncia que no se haya aplicado la metodología europea para analizar los riesgos de concentración, como se hace habitualmente en operaciones de este calado. El banco solicitó que se tuvieran en cuenta los efectos sobre la competencia local, especialmente en territorios donde la fusión pueda elevar de forma drástica la cuota de mercado.
La entidad considera que la decisión no garantiza una protección suficiente para las pymes y lamenta que no se hayan tenido en cuenta las propuestas alternativas planteadas. En especial, critica que no se haya incluido a los autónomos ni se haya rebajado el umbral de cobertura al 20%, como solicitaba el entorno empresarial del Banco Sabadell.