En plena Alpujarra granadina, enclavado a más de 1.400 metros de altitud, se encuentra Capileira, un pueblo que cada verano se convierte en un auténtico oasis frente al calor sofocante del sur.
Su altura, sus casas blancas, su ambiente tranquilo y su cercanía con la naturaleza lo convierten en uno de los destinos más especiales —y menos masificados— de la provincia de Granada.
Un refugio de aire puro y noches con manta
Capileira tiene un secreto que cada vez más viajeros buscan: temperaturas suaves en verano. Mientras en muchas zonas de Andalucía se rozan o superan los 40 ºC, en este rincón de la Alpujarra las noches invitan a sacar la manta y dormir con la ventana abierta. Todo gracias a su altitud, su orientación y el aire fresco que desciende de Sierra Nevada.
Este clima lo ha convertido en una escapada favorita para quienes huyen del calor costero o urbano. Su temperatura ideal permite disfrutar del día sin agobios, y del descanso nocturno como si fuera una escapada primaveral.
@delafuentecam Uno de los pueblos mas bontios de España 🇪🇸 Situado en el barranco de Poqueira. Granada. #capileira #pampaneira #granada #pueblosblancos #pueblosdeespaña #pueblosconencanto #turismorural #pueblos #andalucia🇳🇬
Arquitectura alpujarreña y callejuelas empedradas
Capileira, declarado Conjunto Histórico-Artístico, es el segundo pueblo más alto de la Península Ibérica y conserva toda la esencia de la arquitectura tradicional alpujarreña. Casas encaladas, chimeneas con sombrerillo, tejados planos (terraos) y callejuelas estrechas adaptadas al relieve montañoso conforman un trazado urbano único.
Pasear por el pueblo es encontrarse con miradores naturales, pequeñas plazas sombreadas, fuentes de agua fresca y talleres de artesanía donde aún se fabrican jarapas y productos locales. Todo con el telón de fondo de las montañas y el rumor del agua que desciende por las acequias.
Vistas privilegiadas a Sierra Nevada
Uno de los grandes atractivos de Capileira es su ubicación en el barranco de Poqueira, con vistas panorámicas al Mulhacén y al Veleta, los dos picos más altos de la Península. Desde sus miradores, se puede contemplar el valle, los bancales de cultivo y, en días despejados, incluso alcanzar a ver el mar Mediterráneo.

Además, el pueblo es punto de partida para numerosas rutas de senderismo que permiten explorar el Parque Nacional de Sierra Nevada. Caminatas a los pueblos vecinos de Bubión o Pampaneira, rutas de media montaña o incluso ascensiones al Mulhacén son algunas de las opciones para los amantes de la naturaleza y la aventura.
Gastronomía con sabor a sierra
La cocina local es otro de los grandes alicientes de Capileira. En sus mesones y restaurantes se puede degustar la auténtica gastronomía alpujarreña, con platos contundentes y llenos de sabor: plato alpujarreño con jamón, chorizo, morcilla y papas a lo pobre, migas, sopas caseras o postres elaborados con productos de la zona como almendras, castañas o miel.
Muchos de estos establecimientos cuentan con terrazas con vistas a la montaña, donde comer o cenar se convierte en una experiencia para todos los sentidos.

Tradición, cultura y tranquilidad
Capileira no solo es naturaleza: también es cultura y tradición viva. Sus fiestas populares, como la de la Virgen de la Cabeza en agosto, llenan el pueblo de música, danza y costumbres centenarias. El Museo Etnológico Pedro Antonio de Alarcón, instalado en una antigua casa alpujarreña, permite al visitante conocer el modo de vida tradicional de esta región.
El turismo aquí es tranquilo, respetuoso con el entorno, y alejado de las aglomeraciones. No hay grandes hoteles ni discotecas: solo paisaje, historia y calma.
Un verano diferente, en la cima del descanso
Para quienes buscan una escapada fresca, auténtica y serena, Capileira es el destino perfecto. Su cercanía con Granada capital —a tan solo una hora en coche— lo convierte en una opción accesible para una escapada de fin de semana o unas vacaciones completas en pleno corazón de la Alpujarra.