CASTILLA Y LEÓN

Más de 100.000 personas al año visitan esta cueva del Jurásico: fósiles, estalactitas y un río subterráneo

El turismo geológico es un gran aliciente natural en España y una de sus mayores secretos se esconde en Castilla y León, con unas cuevas que datan del Jurásico

Cuevas de Valdeporquero, en León
Turismo Castilla y León

En pleno corazón de la montaña leonesa, las Cuevas de Valporquero se han convertido en uno de los grandes atractivos turísticos de Castilla y León, recibiendo cada año a más de 100.000 visitantes. Conocidas popularmente como la “catedral subterránea”, su interior sorprende por la magnitud de las formaciones geológicas, los ríos que las atraviesan y un paisaje mineral que parece sacado de otro mundo.

Formadas hace más de un millón de años por la acción erosiva del agua sobre la roca caliza, las cuevas ofrecen un recorrido único a través de siete salas abiertas al público. Cada estancia va ganando en amplitud y espectacularidad hasta culminar en la llamada Sala de las Maravillas, donde la luz y las sombras sobre estalactitas y estalagmitas crean un espectáculo natural difícil de olvidar.

El arroyo de Valporquero, todavía presente en el interior, ha sido el arquitecto silencioso de este entramado subterráneo. Cascadas, lagos y columnas de piedra forman un paisaje cambiante que, a lo largo de siglos, ha inspirado leyendas locales y hasta ha servido de escenario para producciones cinematográficas.

Cuevas de Valdeporquero, en León
Turismo Castilla y León

¿Qué ver en las cuevas?

La ruta habitual comienza en la Sala de las Pequeñas Maravillas, donde las formas de la roca evocan figuras tan curiosas como una Virgen con Niño o una inclinada Torre de Pisa. Le sigue la Gran Rotonda, de más de 20 metros de altura, donde el estruendo del agua cuando crece el caudal resulta sobrecogedor.

En el recorrido aparecen también la Sala de las Hadas, con delicadas formaciones que recuerdan a criaturas fantásticas; el Cementerio Estalactítico, repleto de figuras puntiagudas colgando del techo; y la Gran Vía, una galería de gran tamaño presidida por la imponente Columna Solitaria.

El itinerario largo permite adentrarse hasta la citada Sala de las Maravillas, considerada el punto culminante de la visita, donde el juego de luces potencia aún más la grandeza natural del espacio.

Todo lo que necesitas saber sobre las Cuevas de Valdeporquero

Las Cuevas de Valporquero no solo son un espectáculo geológico, también se enmarcan en un entorno natural privilegiado. Los desfiladeros, los bosques de robles y hayas y los ríos que atraviesan los valles convierten a la zona en un destino perfecto para el turismo de naturaleza. Incluso la historia ha dejado huella aquí: durante la Guerra Civil, vecinos de pueblos cercanos llegaron a refugiarse en el interior de las cuevas.

Las visitas se organizan en distintas modalidades:

  • Recorrido normal, que llega hasta la Gran Vía.

  • Recorrido largo, que incluye la Sala de las Maravillas.

  • Valporquero Insólito, una experiencia de espeleología en grupos reducidos que permite acceder a zonas menos conocidas solo con la luz del casco.

La temperatura en el interior se mantiene estable en torno a los 7 grados, por lo que se recomienda ropa de abrigo y calzado cómodo. Los horarios varían según la temporada: de octubre a abril abren de 10:00 a 17:00 horas, mientras que en verano el cierre se retrasa una hora.

El precio de las entradas oscila entre los 6 y 8,50 euros según el recorrido, con descuentos para jóvenes y gratuidad para menores de seis años. La experiencia “Valporquero Insólito” cuesta 18 euros y requiere reserva previa.

Las cuevas se encuentran a unos 50 kilómetros de la ciudad de León. El acceso puede hacerse por la carretera LE-311 hasta Robles de la Valcueva y después la LE-315 hasta Felmín, o bien tomando la N-630 hasta La Robla y enlazando con la CL-626. Ambas rutas ofrecen un trayecto de una hora rodeado de paisajes de gran belleza.

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