En pleno corazón del Parque Natural de la Serra d’Espadà, al sur de la provincia de Castellón, se pueden encontrar los restos de una antigua fortaleza andalusí que resguarda el paisaje desde hace casi nueve siglos. Se trata del castillo de Almonecir, una construcción del siglo XII que fue clave para controlar el valle frente a incursiones enemigas en su época. Sin embargo, las cosas han cambiado y mucho hoy en día, cuando se ha convertido en un símbolo. En este momento su silueta en lo alto del cerro se ha convertido en el epicentro de una ruta de senderismo circular que combina naturaleza, historia y panorámicas espectaculares. Una de las grandes joyas de la Comunidad Valenciana.
La ruta, una de las más espectaculares de una zona que se de por sí se presta y mucho a tener grandes rutas, tiene un itinerario que parte desde Vall de Almonacid, atravesando un entorno agrícola tradicional, donde los campos de olivos y frutales dibujan el camino hasta las ruinas del castillo. El recorrido, de casi 6 kilómetros, es accesible para la mayoría de senderistas, aunque los primeros tramos implican una subida moderada hasta la cima donde se alza la fortaleza. Una vez alcanzado el punto más alto, el descenso resulta cómodo y se realiza por una pista forestal que conecta con el término de Algimia de Almonacid, antes de regresar al punto de inicio. Pero se divide en varias etapas bastante diferencias que permiten disfrutar de toda la ruta.
Etapas de la ruta
1. Fuente Larga y la senda entre frutales
El paseo comienza en la parte baja del municipio, donde, tras cruzar el río Chico, el sendero se adentra entre cerezos, almeces y otros árboles típicos del cultivo de regadío. Este entorno agrícola nos conduce a una antigua calzada que asciende hacia el castillo.
2. El entorno natural del castillo
Antes de alcanzar la fortaleza, se atraviesa un pinar mediterráneo poblado de plantas aromáticas como el romero y la aliaga, que perfuman el trayecto. Este tramo permite una primera vista lejana del castillo, anticipando la experiencia monumental. Esta es la parte más natural de la ruta y que permite más conexión con el entorno.

3. Castillo de Almonecir: historia en las alturas
La fortaleza, conocida originalmente como al-munastir, que proviene del latín monasterium, fue habitada por una comunidad musulmana de carácter religioso-militar. Aunque hoy se conservan solo sus estructuras básicas, la restaurada Torre del Homenaje, de más de 18 metros de altura, se erige como el emblema del lugar. Desde lo alto, se obtienen vistas privilegiadas del valle del Almonacid, con sus pueblos, cultivos y el serpenteante curso del río.
Un final que desprende historia
El descenso hacia Algimia de Almonacid transcurre entre caminos agrícolas y rincones tranquilos que invitan a la contemplación. Finalmente, el sendero enlaza de nuevo con la Fuente Larga, completando así un recorrido circular repleto de paisajes de alto valor y memoria histórica de la zona. Pero no solo eso, si no que también esconde un secreto. Y es que como último detalle especial, quienes deseen explorar el interior de la Torre del Homenaje pueden solicitar la llave en algunos bares locales. Una opción que convierte esta excursión en una auténtica inmersión en el pasado andalusí de la región. Y que no deja indeferente a nadie por la multitud de opciones diferentes que presenta.