Emiliano García-Page ha logrado el consenso de PSOE y PP para aprobar la reforma del Estatuto de Castilla- La Mancha. Así, el Congreso de los Diputados ha votado a favor de la toma en consideración del nuevo Estatuto de Castilla-La Mancha, una aprobación que ha sido posible con los votos a favor de 288 de los 335 presentes, con trece abstenciones y solo Vox, con 34 ‘noes’, en contra, correspondientes a Vox y UPN. Las abstenciones corresponden a ERC, Podemos y una diputada de Compromís.
Un debate que arrancaba con la intervención de los tres representantes designados por las Cortes de Castilla-La Mancha, los socialistas Emiliano García-Page e Isabel Abengózar y el líder de la oposición, el ‘popular’ Paco Núñez.
Una terna de intervenciones donde, a pesar del acuerdo blindado entre socialistas y populares, ha servido para dejar constancia de la rivalidad política de los máximos dirigentes de ambos partidos.
Así, Núñez abría el debate verbalizando veladamente y hasta en cuatro ocasiones que este Estatuto por aprobar será el que le sirva de base para gobernar en la región. “La base del cambio político y social que merece Castilla-La Mancha”; “un nuevo Estatuto para un nuevo tiempo”; “abrir la puerta al futuro para poder prosperar”; o “lo mejor está por llegar” han sido frases destacadas en sus casi ocho minutos de intervención, informa Ep.

El testigo lo cogía el presidente del Gobierno castellanomanchego, Emiliano García-Page, que se ha apresurado a reivindicar la “legitimidad” del PSOE en este proceso, ya que ha gobernado durante toda la democracia a excepción de los cuatro años de Gobierno del PP; al tiempo que se ha arrogado el consenso conseguido.
De su lado, la portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, Ana Isabel Abengózar, quien ha presentado el texto como “dialogado y consensuado”, ha asegurado que con él se promueve la libertad y la igualdad “real y efectiva” y regula la “identidad rural” contemplando el “blindaje” de los servicios públicos en el medio rural y la estrategia regional contra la despoblación, “que garantiza el acceso a los servicios públicos en condiciones de igualdad”.
Solo Vox en contra
El portavoz del Grupo Parlamentario Vox en el Congreso, Manuel Mariscal, ha justificado este martes su voto en contra al Estatuto de Castilla-La Mancha al considerarlo “una nueva estafa del bipartidismo” que “nunca nadie ha pedido” en esa región y ha escenificado, rompiendo uno de los folios de su intervención, lo que hará el presidente de su partido, Santiago Abascal, en caso de gobernar.
Mariscal ha aseverado que los ciudadanos del país están hartos de ver “como estafadores, trileros, timadores, se disfrazan de políticos y vienen al Congreso de los Diputados”, como hoy, a su juicio, han acudido el presidente regional, Emiliano García-Page, y el líder del PP en la región, Paco Núñez, “juntitos, de la mano”. “Señor Page y señor Núñez, tanto monta, monta tanto”, ha agregado.
Ha arremetido contra las dos medidas “estrella” del texto –“que haya más diputados” en las Cortes regionales y agencia tributaria propia–, calificando el Estatuto de Castilla-La Mancha como “una estupidez” con la que su líder, Santiago Abascal, “hará esto”, ha dicho mientras rompía uno de sus folios desde la tribuna.
Podemos, a la abstención
Tras la intervención de los representantes de las Cortes autonómicas, el primer parlamentario en tomar la palabra ha sido Javier Sánchez Serna, diputado de Podemos adscrito al Grupo Mixto, que ha anunciado su abstención, criticando que es un texto “orgullosamente bipartidista” que, ha asegurado, “blinda la austeridad”.
Sánchez Serna ha lamentado que el Estatuto esté “pactado punto por punto entre el PP y el PSOE” que tiene la “clara intencionalidad política” de presentar al presidente autonómico, Emiliano García-Page, como “alternativa al PSOE de Pedro Sánchez”.
“A él le gusta presentarse como el legítimo heredero del PSOE color caoba, el PSOE de Felipe González, de Alfonso Guerra, de Susana Díaz, el PSOE que apuñalaba secretarios generales para investir de presidente a Rajoy”, ha añadido.
En nombre de Sumar, ha sido la diputada sevillana con raíces manchegas Engracia Rivera la encargada de avanzar el voto positivo, si bien ha dejado claro que es una luz verde momentánea y a la espera de que se escuchen sus reivindicaciones.


