De los creadores de las cenas clandestinas con desconocidos llega… el matrimonio con público random. Como suena. La app francesa Invitin se ha lanzado al lucrativo universo de las bodas ofreciendo algo hasta ahora impensable: vender entradas para asistir a una boda, y no, no hace falta ser amigo, primo ni excompañero del colegio para conseguir una invitación. Simplemente hay que pagarla.
La app Invitin se dedica precisamente a eso: a través de su plataforma permite a los novios vender entrada de su boda al precio que convengan y que el usuario este dispuesto a pagar. “La experiencia del matrimonio, reinventada para que sea accesible y financiada” es el lema con el que Invitin se presenta al mundo. Su fundadora, Katia Lekarski, asegura que ya hay más de 1.500 parejas que han usado la plataforma en Francia. El modelo, que recuerda a otras apps de experiencias compartidas, propone una alternativa a las bodas tradicionales con una capa más ya que permite financiar gran parte del evento.

Invitin
Además, la pareja puede incluir las características que quiere para sus invitados desconocidos “pueden crear su propia página en la plataforma, describir su estilo y universo” explican en la web en la que insisten que siguen la tendencia actual de buscar experiencias sociales diferentes.

De momento, en España no hay una plataforma similar, aunque el sector nupcial sigue siendo muy activo. Aurora Espartero, fundadora de la empresa La Perfecta Prometida, cree que en nuestro país la tendencia va en otra dirección: “Más bien al revés. Cada vez recibimos más encargos de bodas pequeñas, con muy pocos invitados. La gente quiere celebrar con los suyos y huir de los compromisos”.
Eso sí, incluso en enlaces íntimos que rondan los 20.000 a 40.000 euros para 20 o 30 personas, el gasto principal sigue siendo el mismo: la comida. “Es la partida más importante. En España se invierte mucho en el menú. Le damos mucho peso a la gastronomía y al brindis”, asegura Aurora.
Mientras tanto, la propuesta francesa avanza con paso firme, aunque aún lejos de convertirse en tendencia global. Lo único que nadie ha resuelto todavía es qué responder cuando alguien te pregunte “¿y tú, vienes de parte del novio o de la novia?”