En los últimos años, hemos visto cómo el maquillaje ha pasado de ser una herramienta para transformar por completo el rostro, a convertirse en un medio para resaltar lo mejor de nosotras mismas.
En esa evolución nace el fenómeno “Clean Girl”, una tendencia que apuesta por la luminosidad natural, la piel fresca y los detalles sutiles que hacen que parezcas tú misma… pero mejor. No se trata de esconder, sino de revelar. Y para lograrlo con maestría, nadie mejor que la maquilladora profesional Keki Rubio, experta en belleza natural y acabados impecables, a quien recurrimos para dar con esta guía completa para conseguir el look de forma sencilla y profesional.

1. Preparación de la piel: la clave de un acabado perfecto
Todo comienza con una piel bien preparada. No importa qué productos uses después: si la piel no está en condiciones, el resultado jamás será el mismo. Por eso, la experta recomienda dedicar unos minutos a limpiar el rostro con una leche limpiadora suave que elimine impurezas y lo deje receptivo para los siguientes pasos.
A continuación, la hidratación es clave: una buena crema, adaptada a tu tipo de piel, aportará elasticidad, suavidad y ese aspecto saludable que buscamos. Y para quienes quieren dar un paso más, incorporar un sérum con vitamina C es una apuesta segura. Este potente antioxidante no solo mejora la textura, sino que ilumina desde dentro, logrando ese “efecto buena cara” que tanto favorece.

2. Base ligera: menos es más
Una vez que la piel está lista, es momento de aplicar la base. Aquí la regla de oro es clara: menos es más. Keki Rubio sugiere optar por una base ligera o incluso una BB cream, que unifique el tono sin ocultar la textura real de la piel. Lo importante es que la piel siga pareciendo piel.
Para aplicarla, lo ideal es utilizar una brocha abierta o una esponja húmeda, ya que permiten difuminar sin dejar marcas. En caso de necesitar cobertura extra en zonas específicas, como ojeras o pequeñas imperfecciones, un corrector ligero bien aplicado será tu mejor aliado. No se trata de cubrir todo, sino de equilibrar el conjunto con suavidad e intención.
3. Mejillas con un toque de vida
El rubor es uno de los secretos del look “Clean Girl”. Aporta vida, juventud y ese toque de frescura que transforma el rostro al instante. Los tonos más adecuados son los cálidos y suaves, como el melocotón o el rosa claro. Y si se aplica en formato crema, mejor: se funden con la piel y aportan un acabado jugoso sin sobrecargar.
Difuminarlo hacia las sienes, con los dedos o una brocha, crea un efecto de lifting natural que eleva el rostro de forma imperceptible pero eficaz. Para quienes buscan un brillo adicional, un toque de iluminador en puntos estratégicos como pómulos, arco de la ceja y puente de la nariz añade dimensión y luz sin parecer artificial.

4. Ojos definidos, pero sencillos
En los ojos, la simplicidad también manda. La recomendación de la maquilladora es empezar por rizar las pestañas para abrir la mirada, y aplicar una capa ligera de máscara. Esto define sin exagerar y mantiene el espíritu del look. Para un toque extra de luminosidad, un poco de iluminador en el lagrimal o justo debajo del arco de la ceja aporta un aire descansado y fresco, perfecto para cualquier momento del día. Lo importante es no sobrecargar los párpados: el efecto deseado es limpio, elegante y sin esfuerzo.

5. Labios frescos y jugosos
Por último, los labios completan el conjunto. No hace falta un labial potente ni delineados marcados. Un simple bálsamo con color o un gloss transparente bastan para dar un efecto jugoso e hidratado. Tonos nude, rosados o melocotón complementan perfectamente la estética “clean”. Es el detalle final que, junto al resto del maquillaje, crea un look coherente, fresco y favorecedor.
Para Keki Rubio, el maquillaje no es solo una cuestión estética, sino una herramienta de expresión personal. El estilo “Clean Girl” es una invitación a abrazar la belleza propia, a sentirse cómoda en la piel que habitas, y a proyectar seguridad sin necesidad de excesos. “El verdadero truco de este maquillaje”, nos cuenta, “no está en los productos, sino en la actitud. Es sentirte bien contigo misma, y dejar que eso se vea”.