El gótico ya no pertenece a los cementerios de la moda. Reaparece en las pasarelas como un manifiesto de fuerza, introspección y belleza inquietante. Del corsé al cuero, del romanticismo victoriano al minimalismo digital, los diseñadores están reescribiendo la oscuridad con una luz nueva.
Durante años, la moda buscó la luz: el brillo metálico de la era Y2K, la saturación del dopamine dressing, la transparencia de las telas futuristas. Pero la historia, como siempre, regresa con un contrapeso. En las colecciones de otoño-invierno 2025, la oscuridad volvió a ocupar su lugar natural: el centro del escenario.

No es un simple revival estético. Lo que muchos críticos han llamado el “nuevo gótico” responde a un momento social más amplio: una era que mezcla ansiedad ambiental, hiperconectividad emocional y nostalgia cultural. “La gente no busca solo ropa; busca una identidad con textura, algo que refleje su profundidad”, explica la teórica de moda y comisaria Valerie Steele, directora del Museum at FIT de Nueva York. “El gótico ofrece eso: una forma de belleza que acepta la contradicción”.
De la opresión al poder
En los siglos XVIII y XIX, el corsé simbolizaba control. En el siglo XXI, se convierte en un acto de autoafirmación. Sarah Burton, en su última colección para Alexander McQueen antes de dejar la firma en 2024, llevó esta idea al extremo: estructuras rígidas inspiradas en armaduras medievales se combinaban con transparencias etéreas, evocando una dualidad entre fuerza y vulnerabilidad.
Del otro lado del espectro, Dilara Findikoglu -una de las voces más provocadoras de la moda londinense- reinterpretó los símbolos de la feminidad victoriana con una perspectiva punk-feminista: corsés de látex, encajes rojos y referencias a la alquimia. “El cuerpo no está aprisionado, está protegido”, dijo la diseñadora tras bastidores. “La moda gótica actual no teme ser peligrosa”.
Incluso Simone Rocha, maestra de la delicadeza romántica, jugó con la tensión entre la pureza y la oscuridad: faldas vaporosas, perlas teñidas y botas con cordones que parecían salidas de un sueño lúgubre de Wuthering Heights.

El nuevo lujo es la melancolía
El gótico ya no es subcultura: es una sensibilidad contemporánea. En París, Demna presentó una colección de Balenciaga dominada por capas, tejidos pesados y una paleta de grises industrializados. Los modelos caminaban bajo una lluvia artificial, envueltos en un sonido ambiente que recordaba a los templos vacíos. La oscuridad, en Balenciaga, es existencial: habla de soledad, de resistencia, de elegancia como supervivencia.
Mientras tanto, Rick Owens -el eterno apóstol del avant-garde oscuro- continúa explorando la anatomía del exceso: plumas negras, cuero curtido, siluetas que desafían la gravedad. Pero detrás del dramatismo visual hay una intención ética: piezas confeccionadas con materiales reciclados, mostrando que el gótico puede ser sostenible sin perder su aura de misterio.
Gótico digital y cultura pop
En 2025, el gótico también se ha filtrado en el espacio virtual. La moda generada por IA, las pasarelas digitales y las influencers de estética witchcore han reinventado la oscuridad en clave tecnológica. En TikTok, el hashtag #ModernGoth acumula más de 800 millones de visualizaciones. Pero más allá de lo viral, lo que predomina es un deseo de autenticidad.
Series como Miércoles o The Sandman, películas como Poor Things y colaboraciones entre diseñadores y artistas digitales (como el trabajo de Mugler con Casey Cadwallader) han reforzado el imaginario gótico como un lenguaje visual global: romántico, teatral y profundamente humano.

El fenómeno no se limita a los jóvenes. En el street style de París y Milán, se vieron editoras, arquitectos y músicos abrazando la paleta oscura con un refinamiento monástico: capas de lana, blazers sobredimensionados y accesorios inspirados en la liturgia.
La temporalidad de octubre ofrece el pretexto perfecto para la estética sombría, pero el gótico que hoy domina la moda no necesita calendario. Este gótico contemporáneo es menos teatral y más introspectivo. Ya no es la vampiresa de los noventa ni el fetichismo industrial de los dosmiles: es una expresión refinada del descontento moderno, que combina la artesanía histórica con la conciencia social.
Cómo se lleva el nuevo gótico
- Materiales: terciopelo reciclado, cuero vegetal, encaje orgánico, lana merina sin teñir.
- Siluetas: hombros estructurados, capas fluidas, cinturas definidas sin rigidez.
- Paleta: negros, grises pizarra, borgoña profundo, verdes oscuros y destellos metálicos.
- Accesorios: crucifijos reinterpretados, gargantillas de cristal, botas puntiagudas, maquillaje mate.
- El gótico actual no busca provocar miedo, sino respeto. No grita: susurra con intención.
Quizás lo más revelador del retorno gótico es su honestidad emocional. El gótico propone una estética que acepta la sombra como parte de la belleza. Desde el corsé que abraza en lugar de aprisionar hasta la capa que protege en lugar de esconder, la moda vuelve a recordarnos que el estilo -como la oscuridad- puede ser una forma de verdad.
“El gótico nunca muere”, escribió la diseñadora Ann Demeulemeester. “Solo cambia de cuerpo”. En 2025, ese cuerpo somos nosotros.


