El sistema humanitario internacional atraviesa uno de sus momentos más críticos. Las Naciones Unidas han anunciado una drástica reducción en sus programas de ayuda para este año (en 2025 cuentan con un presupuesto de 29.000 millones de dólares, mientras que la ONU pidió 44.000 millones). Entre las principales causas se encuentra la significativa disminución del apoyo económico por parte de algunos de sus principales donantes, como Estados Unidos.
Desde Artículo14 hablamos con Paula Barrachina, portavoz de ACNUR en España, sobre la situación de los refugiados, los efectos de esta crisis de financiación, y los desafíos específicos que enfrentan las mujeres refugiadas.

-¿Cuál es la principal prioridad de ACNUR en la atención de los refugiados en este momento a nivel global?
-Estamos viviendo un momento difícil para los actores humanitarios y, por supuesto, para las personas desplazadas, porque hay mucha volatilidad en las relaciones internacionales, una multiplicidad de conflictos, una falta de soluciones políticas y una disminución alarmante de la financiación.

El número de personas desplazadas se ha duplicado desde 64 millones en 2015 a 122 millones a día de hoy, pero el presupuesto de ACNUR para este año se mantiene prácticamente igual que hace una década. Nos enfrentamos realmente a un momento en el que hay más guerras y más conflictos, pero menos recursos.
Nuestra prioridad siempre va a ser y será que las personas más refugiadas y desplazadas estén en el centro de toda acción que se realice de parte de ACNUR, que es ofrecer protección y buscar soluciones dignas, duraderas y voluntarias para las personas desplazadas.
-¿Cuáles son las principales dificultades que enfrentan las mujeres refugiadas?
-Las mujeres y las niñas enfrentan muchísimas dificultades y es motivo especial de preocupación. Estimamos que, en el caso de las personas refugiadas, las mujeres y las niñas representan el 50%. Si lo comparamos con el año anterior, los porcentajes se mantienen similares.
Expresamos nuestra preocupación por varios motivos. Por la vulnerabilidad que por ser mujeres y niñas ya llevan consigo y además por el impacto de los recortes presupuestarios que justo hace un momento te mencionaba. Por ejemplo, no habrá suficiente asistencia alimentaria ni apoyo básico de alojamiento para personas desplazadas, lo que dejará muchas mujeres y niñas sin otra opción que emprender desplazamientos peligrosos más allá del país en el que estén.

Es probable también que tengamos que cerrar espacios de protección para mujeres y niñas en riesgo de violencia. Un ejemplo: en Sudán del Sur, solo el 25% de los espacios dedicados a mujeres y niñas en riesgo están actualmente en funcionamiento, y eso ha dejado a 80.000 mujeres sin acceso a servicios como apoyo psicosocial de emergencia o asistencia legal y médica.
En términos de lo que llamamos incidentes de protección, las mujeres y las niñas están en los grupos más vulnerables. Te doy algunos ejemplos: en el Sahel Central se estima que un tercio de las comunidades reportan uno o más incidentes de protección cada mes en contra de las mujeres.
Por ejemplo, algunos indicaron que los ataques armados a algunas comunidades, en el Sahel, por ejemplo, en Mali o en Níger, indicaron que los ataques armados eran la principal causa del desplazamiento, pero también la violencia contra las mujeres y niñas representa uno de cada seis incidentes reportados por las comunidades.

Y también nos preocupa mucho la salud mental de las mujeres y las niñas, que se ven particularmente afectadas. Esto lo vemos en todos los conflictos del mundo, y también por resaltar una situación particular como puede ser la de Afganistán, donde vemos que las mujeres están viendo sus derechos gravemente vulnerados.
Las mujeres y las niñas enfrentan desafíos que son únicos, exposición a eventos traumáticos que además aumentan los riesgos de salud mental, y además hay muchas barreras al acceso de servicios de salud y apoyo social, y escasez también de profesionales capacitados. Esto todavía agrava más los problemas que enfrentan, y se requieren acciones urgentes y específicas de la comunidad internacional y de los gobiernos de los países que acogen a las personas refugiadas para poder atacar este problema y buscar soluciones.
– ¿Y cómo lo está atacando ahora ACNUR? ¿Cuáles son las medidas que están usando para garantizar la protección de estas mujeres?
– ACNUR tiene programas muy robustos de protección a las mujeres y las niñas, que van desde apoyo psicosocial y legal, apoyo de salud, atención médica, también de salud mental. Tenemos apoyos de ayuda psicosocial en muchos países, en la mayoría de los países, por ejemplo también en Afganistán.
Al final, las mujeres enfrentan muchísimos riesgos porque se enfrentan a violencia de género, violencia sexual, explotación y trata, riesgos para la salud también, falta de acceso a la educación y oportunidades económicas. Las mujeres además tienden a ver su educación interrumpida más que los hombres y tienen menos acceso también a la educación secundaria.

Algo que nosotros trabajamos muchísimo, es el acceso a la educación para las mujeres, el acceso a oportunidades económicas y acceso específico a educación secundaria y terciaria. Porque vemos que las oportunidades económicas y de educación están mucho más limitadas.
Nosotros trabajamos también para combatir la violencia de género, tanto en la parte de respuesta, respuesta específica para las mujeres, pero también la parte de prevención de la violencia de género, que es muy importante: concienciar a las comunidades y a la sociedad sobre la importancia de han sido supervivientes de algún incidente de violencia y también conocer sus derechos y también espacios donde puedan acceder a la educación.
Trabajamos también mucho con las comunidades, lo que llamamos participación comunitaria, que es para que las mujeres formen parte de las estructuras de la comunidad que toma las decisiones que luego les impactan. Si hay un consejo en la comunidad, pues que las mujeres también estén representadas y tengan un papel muy activo.
– ¿Ve algún perfil mayoritario de mujer refugiada en España?
– Bueno, perfil de mujeres… te puedo decir que las personas de Venezuela son en general las personas que más ahora mismo solicitan asilo en España, y de las personas que llegan desde la ruta canaria [Desde 2021, casi el 15 % de las entradas irregulares a las Islas Canarias han sido de mujeres segun los datos de CEAR], la primera nacionalidad es de Mali.

-Barrachina aprovecha también para aclarar falsas creencias y compartir buenas noticias:
-Es importante aclarar una falsa percepción de que todas las personas refugiadas quieren llegar a Europa o quieren llegar a España, porque los datos, según el informe de tendencias globales, nos dicen que el 67% de las personas refugiadas nunca cruzan la frontera de su país.
¿Esto qué nos dice? Que la mayoría de las personas prefiere quedarse lo más cerca posible de sus países con la esperanza de algún día poder regresar. Hemos hecho sondeos, por ejemplo, con refugiados sirios que se encuentran en los países vecinos a Siria (Líbano, Jordania, Egipto, Irak), y el 80% nos ha dicho que su intención es regresar a su país.
Al final, lo que casi todas las personas refugiadas y desplazadas quieren es regresar a su hogar. Y eso es algo que igual no siempre se sabe, pero es importante resaltarlo.

Este año hemos visto que 9,8 millones de personas desplazadas han podido regresar a sus hogares. Incluyendo 1,6 millones de personas refugiadas, que es la cifra más alta de las dos últimas décadas.
Hay que dar esa buena noticia y también puntualizar que, dentro de esa cifra, es verdad que hay muchos de los retornos que se han desarrollado en un contexto político y de seguridad complejo o complicado, por ejemplo, con deportaciones forzosas desde Irán y Pakistán, pero sigue siendo una buena noticia en general.