En India, la infidelidad conyugal ha dejado de ser un tema tabú para convertirse en una economía paralela que combina aplicaciones de citas, hoteles por horas, agencias de detectives y hasta terapia psicológica bajo seudónimo. Los datos más recientes muestran que tanto las grandes ciudades como los pequeños pueblos participan en este fenómeno, que está transformando la vida matrimonial del país.
Gleeden, una aplicación francesa especializada en encuentros extramatrimoniales, reportó que su base de usuarios indios creció un 270 % en 2024, alcanzando los tres millones y situándose actualmente en 3,5 millones. Ciudades como Bengaluru, Delhi y Mumbai lideran las cifras, aunque Jaipur, Lucknow, Bhopal, Chandigarh y Vadodara están en rápido ascenso.
Ashley Madison, la plataforma canadiense que cuenta con 85 millones de usuarios activos en el mundo, ya sitúa a India entre sus cinco principales mercados globales. La empresa incluso señaló a Kanchipuram, en Tamil Nadu, como un nuevo “centro de infidelidades”, tras detectar un incremento en registros de usuarios activos.
Un informe de 2025 de la propia Ashley Madison, citado por Hindustan Times, confirmó esa tendencia: Kanchipuram encabezó la lista de “capitales de la infidelidad” en India, por encima incluso de las grandes metrópolis. Le siguen Central Delhi, Gurgaon, Noida y South West Delhi. En total, nueve de las 20 principales ciudades con más aventuras se encuentran en Delhi y su región metropolitana.

Un nuevo mercado
Según el Economic Times, la infidelidad ya no es solo un escándalo moral: es una economía. El ecosistema que la rodea incluye aplicaciones cifradas, hoteles que alquilan habitaciones por horas, detectives privados que ofrecen “pruebas de lealtad” y terapeutas que ayudan a manejar la carga emocional.
Los modelos de negocio son fáciles. En Gleeden, cada mensaje cuesta cinco créditos, con una compra mínima de 30 créditos por ₹1.850 (18€). Ashley Madison utiliza un sistema similar, con paquetes de 100 créditos desde ₹599 (6€). El éxito de ambos servicios es que priorizan la discreción, ya que “la privacidad es primordial en la India”, como afirma Sybil Shiddell, gerente de Gleeden en el país.
La infraestructura se completa con plataformas hoteleras como Brevistay, MiStay y HourlyRooms, que ofrecen habitaciones sin preguntas desde ₹500 (5€) por tres horas.
Los detectives privados también ven crecer la demanda: los precios de una investigación pasaron de ₹20.000 a entre ₹50.000 (480€) y ₹200.000 (1950€), dependiendo de la complejidad. Los servicios incluyen desde rastreadores GPS hasta duplicación de teléfonos y trampas con actores.

El 53 % reconoce haber tenido una aventura
El modo en que nacen estos vínculos también ha cambiado. “El engaño es un síntoma de necesidades que se sienten insatisfechas, necesidades emocionales, físicas e incluso espirituales que se desean dentro de una relación que a menudo no se expresan”, explica la ‘coach’ de relaciones Kavita Jhaveri.
Hoy, muchas aventuras comienzan con un ‘like’ en Instagram o mensajes que tal vez no lleguen a nada físico. Para Shivani Misri Sadhoo, consejera matrimonial en Delhi, “la intimidad digital complica las cosas. La pregunta es: ‘¿Te parece bien que tu pareja lea estos mensajes?’ Si no, generalmente se cruza un límite”.
Un estudio de Gleeden reveló que el 61 % de los usuarios indios cree que la monogamia es una imposición social, mientras que el 41 % piensa que va contra la naturaleza humana. Sybil Shiddell añade que “los usuarios indios, especialmente las mujeres, buscan principalmente conexiones virtuales. Los asuntos físicos pueden seguir, pero rara vez son el punto de partida. La mayoría de las veces, se trata de sentirse escuchado”.
La encuesta de YouGov para Ashley Madison apuntó aún más alto: el 53 % de los indios reconoció haber tenido una aventura, la cifra más alta entre todos los países encuestados. Según Paul Keable, director de estrategia de la plataforma, “las mujeres que se unen a la plataforma a menudo buscan subcontratar elementos de intimidad física que faltan en su matrimonio. Para los hombres, se trata más de la validación emocional, la sensación de ser querido y deseado”.

Despenalizado en 2018
La infidelidad ya no es exclusiva de los grandes núcleos urbanos. “Estoy viendo más clientes de ciudades más pequeñas que están involucrados o afectados por relaciones extramatrimoniales”, señala la psicóloga clínica Deepali Batra. Estos vínculos, dice, no siempre nacen de la rebeldía, sino de “una profunda soledad emocional”.
En paralelo, los abogados de divorcio confirman que los casos de infidelidad se han extendido de forma más equilibrada entre grandes ciudades y urbes pequeñas. Aunque el adulterio fue despenalizado en 2018, sigue siendo causa civil de divorcio y la evidencia digital —chats, facturas de hoteles, registros de GPS— es cada vez más común en los tribunales.
El Tribunal Superior de Delhi incluso sentenció recientemente que “el derecho a la privacidad se extiende incluso a un cónyuge infiel”.
La infidelidad en India ya no es un asunto clandestino entre sombras. Es un fenómeno masivo, visible en cifras y consolidado en una economía discreta que mueve aplicaciones, hoteles, detectives y terapias. Como resume Shivani Misri Sadhoo, “la infidelidad hoy en día es menos un escándalo moral y más una crisis relacional. La pregunta no es solo quién engañó, sino por qué la relación dejó de sentirse como un lugar para quedarse”.