Roma, con un clima sorprendentemente más fresco que las semanas precedentes, disfruta estos días de un peculiar paisaje. En lugar de turistas, grupos de adolescentes de todo el mundo con las banderas de sus países, pasean por la ciudad eterna, cantan y celebran. Son cerca de un millón los que han elegido reunirse en el Jubileo de los Jóvenes celebrado este verano. El evento más numeroso de todo el Año Santo que tendrá su momento final este domingo con la misa presidida por el Papa León XIV en el espacio dedicado para la ocasión a las afueras de la capital italiana, en Tor Vergata. Allí la infraestructura es mayor que cualquier gran concierto celebrado en Roma, 179 pantallas gigantes, 2.000 altavoces y 122 cámaras de vigilancia que tendrán todo bajo control.

La primera gran cita fue ya este pasado lunes con el Jubileo dedicado a los influencers, el primero de toda la historia en el que el Vaticano reconoce formalmente la importancia de las redes sociales y de las plataformas digitales para el futuro de la Iglesia. Los llamados misioneros digitales han entrado de lleno con sus contenidos en los que explican y acercan la fe al mundo. Sofía Alas, vaticanista de Guatemala en Roma y voluntaria en este Jubileo de los Jóvenes nos confiesa cómo ha sido preparar esta cita. “Hemos llamado a los verdaderos misioneros digitales, no a cualquier influencer, sino a quien tiene un perfil concreto de contenido religioso, pero no quiere decir que sean como curas. Muchos y muchas de ellas cuentan cómo viven su fe, relatan su día a día y su parte espiritual. Una de las más famosas es Carla Restoy, que cuenta cómo ella se convirtió a los 17 y que ha estado estos días aquí”, añade.
Sofía nos habla también del ambiente en un Jubileo que se ha abierto con un Pontífice y se cerrará con otro. “Este Papa gusta por su ternura y porque es directo cuando habla, no es un lenguaje elevado, sino cercano. Veo cercanía a este Papa y muy presente el famoso ‘hagan lío’ de Francisco”, explica. Se ha reunido con muchas mujeres a lo largo de estos días, con personas de diferentes partes del mundo que han compartido sus inquietudes. Pero seguramente una de las citas más numerosas ha sido la de los casi 30.000 creyentes españoles que este viernes se reunieron en San Pedro donde el presidente de la Conferencia Episcopal Española, Monseñor Luis Argüello, ha presidido una misa.
En los aledaños nos encontramos con un grupo de amigas creyes españolas. Comparten un café en el famoso Borgo Pío, una de las calles más famosas cercanas al Vaticano. Son de diferentes partes de España, veinteañeras, y han venido a vivir esta experiencia juntas. “Nos hemos conocido en el ámbito del Opus Dei, pero aquí cada uno es de su congregación y eso es muy enriquecedor”, dice una de ellas. “Sorprendida por la cantidad de personas que han venido. Te llena de esperanza ver a todos estos jóvenes cuando nosotros a diario vamos a misa vemos siempre a personas mayores”, añade una amiga. “Soy consciente de la poca coherencia que ha habido en la Iglesia como institución y sé que ese es uno de los grandes retos”, comenta otra.
Mujer en la Iglesia
“Creo que el mundo de los jóvenes creyentes está lleno de prejuicios. Lo ven solo con rectitud, en la Iglesia cabe todo el mundo, como ha dicho el Papa Francisco”, dice una de las chicas. Sobre el rol de la mujer en la Iglesia este grupo de amigas tiene pocas dudas y cree, además, que por ejemplo el debate sobre el diaconado femenino no determinará el futuro del catolicismo. “Las mujeres desde el inicio han sido fundamentales para la Iglesia, pero la orden sacerdotal la han recibido los hombres y eso no creo que cambie”, dice una. “Pero no creo que eso quite nada a las mujeres. La Iglesia es madre, la mujer tiene otro rol muy bonito de acoger a los demás”, debate otra compañera.
El viernes los miles y miles de creyentes españoles que se dieron cita en la Plaza de San Pedro. Muchas banderas españolas y también de las diferentes comunidades autónomas. Un grupo de chicas de 18 años de Madrid debatía con Artículo 14 lo que estaban sintiendo en esta cita católica tan numerosa. “Parece que la gente no entiende que los creyentes somos algo más que estar rezando”, dice Aitana, una de estas chicas. “Creo que se ve que cada vez somos más comunidad, los jóvenes que creemos estamos unidos. Poco a poco la Iglesia se está abriendo y eso es positivo”, añade. “La verdad es que una de las cosas que más nos preocupa es la paz”, concluye.

Otra joven añade que “la Iglesia es también de los pobres”, citando al Papa Francisco, del que muchas hablan estos días en las calles de Roma. Pero el pontífice argentino, que ha transformado la manera de ver la Iglesia, sigue generando polémica. Así lo ve otra joven española, originaria de Valencia, que dice que “en muchos casos ha creado confusión y era más ideológico. Te pongo un ejemplo muy claro: la Iglesia acepta a una persona homosexual, pero no acepta al matrimonio y eso es difícil que cambie”.
Todas coinciden que este Papa les gusta y ven con curiosidad lo que sucederá en los próximos meses. Este es el primer gran reto multitudinario del pontífice estadounidense que en estos más de dos meses ha rebajado casi al mínimo la atención mediática sobre el Vaticano. Con un perfil sencillo y tímido, muchos insiders dicen que se ha dedicado solo a trabajar. El gran evento de los jóvenes pone ahora a prueba su capacidad para demostrar cercanía a los que hoy, llenando las calles de Roma, representan el futuro de la Iglesia.