El Papa Francisco ha recibido este domingo al vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, en su residencia de casa Santa Marta para un breve saludo e intercambiarse una felicitación por la Pascua, ha informado la oficina de prensa el Vaticano. El saludo se ha producido a las 11:30 horas y “duró sólo algunos minutos, el tiempo para intercambiarse la felicitación por la Pascua“, se ha explicado en un escueto comunicado.
Mientras, en la plaza de San Pedro se estaba celebrando la misa del Domingo de Resurrección, que ha sido presidida por el cardenal Angelo Comastri.
Francisco no ha participado en ninguno de los ritos de la Semana Santa debido a que sigue recuperándose tras haber pasado 38 días en el hospital por una neumonía bilateral y haber sido dado de alta el 23 de marzo, aunque ha reaparecido para el urbi et orbi.
Reunión Vance-Parolin
Por su parte, Vance se reunió este sábado con el secretario de Estado vaticano, el cardenal italiano Pietro Parolin, con quien tuvo “un intercambio de puntos de vista sobre la situación internacional, especialmente sobre los países marcados por la guerra”, y “de situaciones humanitarias difíciles, con especial atención a los migrantes, refugiados, y presos”, según informó el Vaticano en una nota.
“En el curso de la cordial conversación, se expresó satisfacción por las buenas relaciones bilaterales entre la Santa Sede y los Estados Unidos de América, y se renovó el compromiso común de proteger el derecho a la libertad religiosa”, se lee en la nota. En la reunión también “se deseó una colaboración serena entre la Santa Sede y los Estados Unidos, cuyo valioso servicio a las personas más vulnerables fue reconocido”.
Críticas al Pontífice
El vicepresidente, que se convirtió al catolicismo en 2019, pertenece al ala católica que no oculta sus críticas a Francisco y les divide la posición sobre la acogida a los migrantes, así como el Vaticano ha lamentado también los recortes de la administración de Donald Trump a la cooperación internacional y las deportaciones masivas.
El pasado 11 de febrero, el Papa envió una carta a los obispos de Estados Unidos en la que consideró que las deportaciones masivas decretadas por Trump “lastiman la dignidad de muchos hombres” e instó a la Iglesia del país “a no ceder ante las narrativas que discriminan y hacen sufrir innecesariamente a nuestros hermanos migrantes y refugiados”.
“El acto de deportar personas que en muchos casos han dejado su propia tierra por motivos de pobreza extrema, de inseguridad, de explotación, de persecución o por el grave deterioro del medio ambiente, lastima la dignidad de muchos hombres y mujeres, de familias enteras, y los coloca en un estado de especial vulnerabilidad”, se leía en la carta enviada a los obispos de EEUU, en un gesto poco frecuente.