Testigo directo

“Estas tácticas de guerra psicológica no van a poder con nosotras, no vamos a darnos la vuelta”

El buque español Furor P-46 zarpa desde Cartagena para respaldar a la Flotilla Global Sumud tras semanas de acoso con drones

En alta mar, las embarcaciones de la Flotilla Global Sumud avanzan pese al riesgo. Después de casi un mes de travesía y de haber resistido ya varios ataques con drones -el último en la madrugada del martes-, el presidente del Gobierno anunció en la ONU que España enviará un buque de acción marítima para proteger a la flotilla y, en caso necesario, “realizar algún rescate”.

La decisión, aunque ambigua según los expertos, supone un respaldo político a una misión civil que lleva semanas denunciando agresiones. “El Gobierno de España exige que se cumpla la ley internacional y que se respete el derecho de nuestros ciudadanos a navegar por el Mediterráneo en condiciones de seguridad”, advirtió Pedro Sánchez desde Nueva York.

La flotilla Global Sumud

Una flotilla bajo ataques

La flotilla partió de varios puertos europeos con un objetivo claro: romper el bloqueo a Gaza y entregar ayuda humanitaria. En los últimos días ha sufrido ataques sistemáticos con drones en aguas internacionales, con impactos sobre mástiles y estructuras. No ha habido heridos, pero sí daños materiales y una presión psicológica constante.

Alejandra Martínez, activista embarcada en la misión, recuerda el ataque de esta semana: “Nos despertaron rápidamente con el primer flashazo de luz… escuchamos explosiones hasta las cuatro de la mañana y estuvimos en permanente contacto con el resto de barcos”. Según explica, los drones se centraron en las embarcaciones de vela: “Apuntaban a los mástiles mayores para intentar desmantelarlos y que no pudieran continuar”.

La flotilla ha denunciado además interferencias en sus comunicaciones. “Normalmente nos comunicamos por radio, pero comenzó a sonar música en mitad de las emisiones”, relata Martínez. “Estas tácticas de guerra psicológica no van a poder con nosotras, no vamos a darnos la vuelta”, asegura en conversación con Artículo14.

Volantazo de España e Italia

El buque español designado es el Furor P-46, que zarpó la tarde del jueves desde Cartagena. Es el único de la Armada disponible en el Mediterráneo y cuenta con medios para asistencia y rescate, que son las únicas actividades que están contempladas.

Italia también ha enviado la fragata Fasan y prepara un relevo con el Alpino. Su Gobierno, sin embargo, ha propuesto que la ayuda humanitaria se desvíe a Chipre y sea distribuida por una ONG católica. Una opción rechazada por los organizadores.

Lucía Muñoz Dalda, concejal de Podemos en el Ayuntamiento de Palma y activista también embarcada, reconoce que el anuncio de Sánchez es fruto de la presión social, pero advierte de sus límites: “Es una buena noticia… Ahora bien, confiamos demasiado en que el objetivo de estos buques sea acompañar y escoltar a la flotilla. Lo que pedimos al Gobierno de España es que ese buque traiga también ayuda humanitaria”.

Una reivindicación cumplida

Lo cierto es que no es la primera vez que Lucía y Alejandra hablan para este periódico. Hace unas semanas también respondieron a la llamada de Artículo14. Ambas activistas reclamaron al Ejecutivo medidas concretas para garantizar la seguridad de la flotilla. Lo que entonces era una exigencia, el miércoles se convirtió en anuncio oficial.

“Consideramos que es una buena noticia, resultado de toda la presión social que ha habido”, insiste Muñoz, aunque advierte que lo esencial es abrir un corredor humanitario. “Nuestra ayuda es simbólica… quien tiene los recursos para poder cambiar esto son los gobiernos”.

¿Y ahora?

La flotilla ha conseguido lo que se propuso: situar el bloqueo de Gaza en el centro de la agenda internacional. La presión ciudadana ha obligado a gobiernos a dar un paso, aunque sea limitado, para garantizar la seguridad de sus nacionales.

Queda por ver si la escolta se traduce en un acompañamiento real o en un gesto simbólico. Para Martínez, el compromiso está claro: “Estamos muy orgullosas de nuestras compañeras… los protocolos se siguieron a rajatabla y eso ha hecho que no tengamos que lamentar ningún herido”, sentencia.