Cruzada de las madres de desaparecidos en México

Con más de 115.000 registros de personas desaparecidas y ante la falta de acción persistente de las autoridades mexicanas, la indagación sobre el paradero de éstas ha quedado principalmente en manos de sus madres organizadas en colectivos, unidas por el mismo dolor

Madres en México
La madre mexicana María Antonia Márquez, víctima del feminicidio de su hija Nadia Muciño Efe

Antes de desplazarse hacia protestas y plantones en la Ciudad de México, mujeres de la Montaña de Guerrero -la región más pobre del país- se tomaron de las manos. Hicieron una cadena humana y escucharon el ruido de la retroexcavadora que entraba en el suelo en busca de sus hijos desaparecidos.

Mientras la maquinaria abría el terreno donde ellas sospechaban que estaban los cuerpos de alrededor de 30 personas, pidieron a la Tierra “permiso” para abrirla y extraer lo que “nunca debió haber llegado ahí” y quitar a las familias mexicanas: la paz.

Madres buscadoras

Madres y familiares de las víctimas de desaparición protestaron por las principales avenidas de Ciudad de México

Más de 115.000 desaparecidos en México

En México hay más de 115.000 registros de personas desaparecidas reportadas hasta abril pasado en el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas y ante la falta de acción persistente de las autoridades, la indagación sobre el paradero de éstas ha quedado principalmente en manos de sus madres organizadas en colectivos, unidas por el mismo dolor.

De vez en cuando algunas autoridades locales o federales hacen caso a sus reclamos y excavan donde ellas piden, como ocurre cada año en la región de la montaña guerrerense.

El Colectivo Luciérnaga solicita apoyo y se suma la organización Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, la Comisión Nacional de Búsqueda, la Comisión Estatal de Búsquedas de personas, la Fiscalía General del Estado de Guerrero, la unidad canina de búsqueda, peritos, ministerio público la guardia nacional y el Ejército mexicano.

Madre buscadora

Madres y familiares de las víctimas de desaparición protestaron por las principales avenidas de Ciudad de México

En el último intento, las familias mantuvieron la esperanza durante 40 horas (el tiempo que duró la excavación) en el paraje conocido como los Tres Postes, a un lado de la carretera Tlapa-Metlatonoc, justo donde el actual presidente Andrés Manuel López Obrador, arrancó su campaña en busca de la presidencia en 2018 prometiendo seguridad, justicia y bonanza económica.

Ni rastro de los desaparecidos

En cambio, encontraron retazos de ropa, huaraches y bolsas negras carcomidas por la tierra, pero ni rastro de los desaparecidos. Los corazones de las madres se rompieron por séptima ocasión desde 2019 que buscan a los suyos tras el asesinato de Arnulfo Cerón, defensor de derechos humanos que fue enterrado en la zona y localizado junto a otros dos cadáveres.

De acuerdo con un reporte del Centro de la Montaña Tlachinollan, las mujeres presienten que sus familiares podrían están en los alrededores pero, sin tecnología ni herramientas profesionales, van dando tumbos, entre rumores, pequeños indicios, igual que los otros colectivos de madres del país que cada años gritan en sus estados o viajan a Ciudad de México para recordar que sus hijos no están el Día de las Madres.

Las protestas

La Marcha Nacional de Madres Buscadoras se realiza cada año desde 2010. Participan organizaciones de todo el país con mayor presencia de los estados de Chihuahua, Sonora, Guerrero, Nuevo León, Veracruz y Sinaloa, donde se concentra la violencia derivada de la lucha de organizaciones criminales por el control de territorios para tráfico y venta de droga y extorsión.

Madre buscadora

Imagen de una persona sosteniendo una fotografía con un texto durante una marcha de madres y familiares de las víctimas de desaparición que protestaron, por las principales avenidas de Ciudad de México

Los nombres de los colectivos dicen mucho de los resultado de esa pelea criminal y la impunidad que la rodea: Agrupación de Mujeres Organizadas por los Ejecutados, Secuestrados y Desaparecidos en Nuevo León y Tamaulipas (Amores); Asociación Sabuesos Guerreras de Culiacán; Familias de Acapulco en Busca de sus Desaparecidos y nombres similares.

“Es una manifestación de digna rabia”, describió en un comunicado de prensa.

María Hernández, del Colectivo 10 de Octubre en la zona sur de Chihuahua, dijo que se trata de visibilizar su lucha, que no se olvide.

“Somos miles de familias quienes se encuentran enfrentándose a la misma situación que nosotras, existe la misma impunidad y falta de compromiso de las autoridades”.

Desencuentros con AMLO

Las madres buscadoras han tenido diversos desencuentros con el actual Gobierno encabezado por López Obrador, quien había prometido mejorar las condiciones de búsqueda, pero cambió su discurso conforme avanzó su administración. Se metió en una guerra de cifras en la cual defiende una tendencia a la baja y 198.000 localizados.

AMLO - Internacional

AMLO durante una rueda de prensa oficial (EFE)

El presidente también se ha negado a recibir a las madres “hasta después de las elecciones” del 2 de junio próximo y a pesar de que le quedan los días contados para poder atender el problema: su mandato concluirá a finales de año.

“Le ha quedado grande el cargo”, “No nos los vuelva a desaparecer”, “Venimos por nuestros hijos que dijo que encontraron”, señalan las madres desde diversas voces.

“Presidente López Obrador, yo no soy su enemiga”, dijo Ceci Flores, fundadora del colectivo Madres Buscadoras de Sonora, quien tiene tres hijos desaparecidos: el primero fue Alejandro, en 2015, cuando hombres armados se lo llevaron a la fuerza; Marco Antonio y Jesús Adrián, en circunstancias desconocidas.

El mandatario acusó previamente a la prensa y a los colectivos de búsqueda de “delirio de necrofilia” por haber informado sobre el hallazgo de un presunto crematorio clandestino en la Ciudad de México.

En su cuenta de Twitter, Flores reviró que son las autoridades quienes tienen “necrofobia” y advirtió que continuarán en la búsqueda.

Desde 2019, las madres y familias buscadoras han localizado a 1.230 personas sin vida en fosas clandestinas y a 1.300 personas con vida en México. Estos logros se convierten en el día a día en un motor para las familias, a pesar del dolor.

“Desde que nuestros hijos desaparecieron se esfumó nuestra alegría de festejar. Nos robaron un pedazo de corazón”, advirtió Luz Elena Monalvo, de las madres buscadoras de Coahuila.

Desesperanza y antidepresivos

“Muchas de nosotras han muerto en el camino sin lograr esa paz y algunas apenas resistimos con antidepresivos, pero no vamos a desistir”.

La organización Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila y la diócesis de Saltillo tienen indicios para creer que las desapariciones no son simplemente un asunto de vendettas, sino una maquinaria para alimentar el trabajo forzado.

Hay desapariciones de albañiles, campesinos, ingenieros civiles y comunicadores, arquitectos, químicos, agrónomos, contadores públicos, administradores de empresas, comerciantes, abogados y empresarios.

“El crimen organizado necesita mano de obra y de alguna parte tiene que sacarla”, afirma Blanca Martínez, del Centro de Derechos Humanos Fray Juan de Larios.

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