Una comisión de investigación de la ONU concluyó este martes que Israel está cometiendo un genocidio contra el pueblo palestino en la Franja de Gaza, tras analizar la conducta del gobierno y el ejército israelí en respuesta al ataque terrorista de Hamás del 7 de octubre de 2023.
Previamente, el ente internacional ya había asegurado que Israel cometió crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad en su lucha contra Hamás, pero evitó el uso del término genocidio. Sus conclusiones ahora revelan que las acciones israelíes en Gaza suponen la materialización de un genocidio, acorde a la Convención de Genocidio aprobada en 1948, poco después del fin de la II Guerra Mundial.
“La responsabilidad por esos crímenes atroces cae en las autoridades israelíes en sus más altos estamentos, que han orquestado una campaña genocida durante dos años con la voluntad específica de destruir a los palestinos como grupo en Gaza”, señaló Navi Pillay, una juez sudafricana que dirige la comisión de investigación.

Israel ha rechazado repetidamente las acusaciones de genocidio emitidas previamente por expertos o grupos de derechos humanos, alegando que el objetivo de su ofensiva militar es destruir a Hamás. Nuevamente, el ejecutivo de Benjamin Netanyahu ha rechazado las acusaciones. “En contraste con las mentiras expuestas en el informe, Hamás es la parte que intentó cometer un genocidio contra Israel”, dijo el portavoz del ministerio de exteriores israelí Oren Marmorstein.
Pese a que inicialmente Israel contó con amplios apoyos internacionales para su respuesta bélica contra Hamás, que el 7 de octubre asesinó a 1.200 personas y secuestró a 251, el modus operandi de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), que hasta la fecha ha derivado en la muerte de unos 65.000 gazatíes y la práctica destrucción de toda la Franja de Gaza, ha desatado una oleada de condena sin precedentes contra el estado judío.
El reporte de la ONU apunta a la muerte de civiles en bombardeos en áreas densamente pobladas, la destrucción de hospitales, centros educativos o mezquitas, que en su opinión conllevan la destrucción de la identidad palestina en la franja. Para Pillay, las conclusiones dan argumentos a la Corte Penal Internacional, que investiga la petición de Suráfrica respecto a la comisión de genocidio por parte de Israel.

“Es un reporte significativo e independiente, que debería ser tomado seriamente por quienes lo lean, incluidos los asesores del primer ministro de Israel”, apuntó Philippe Sands, profesor de derecho británico especializado en casos de genocidio. Desde antes de la guerra, Israel acusó habitualmente a la ONU de ser parcial y excesivamente crítica con el estado judío.
El análisis de 78 páginas presentados por la ONU se basa en tres reportes previos, incluido uno publicado el pasado marzo, en que se acusó a Israel de cometer “actos genocidas” por sus ataques a instalaciones médicas, supuestamente con la intención de prevenir nuevos nacimientos. Las FDI alegan que Hamás combate empotrado entre la población civil, y que usa a los civiles en hospitales o escuelas como escudos humanos.

La misma comisión apuntó en el pasado crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad cometidos por grupos armados palestinos. En un reporte del año pasado, se apuntaron evidencias de crímenes sexuales cometidos en varias localizaciones durante el asalto del 7 de octubre de 2023. Además, varios rehenes israelíes sufrieron torturas y abusos sexuales durante su cautiverio en Gaza.
“Las autoridades israelíes eran conscientes de la alta probabilidad de que sus operaciones militares, la imposición de un asedio total, incluido el bloqueo de la ayuda humanitaria a Gaza, y la destrucción de viviendas y sistemas de salud, condujeran a la destrucción física, total o parcial, de los palestinos en Gaza”, denuncia la comisión de la ONU. También se apuntó al “extenso y deliberado” daño a los niños, que en muchos casos sufrieron disparos directos en la cabeza o el torso. Se estima que unos 20.000 menores gazatíes han muerto en la ofensiva israelí.

En paralelo al anuncio de la ONU, el ejército israelí inició la invasión terrestre de la ciudad de Gaza, en la que decenas de personas han muerto o resultado heridas por los bombardeos. “Gaza es una zona de combate peligrosa”, alertó un portavoz militar, que nuevamente exigió a la población civil desplazarse hacia la “zona humanitaria” al sur del enclave devastado. Se estima que unos 350.000 palestinos residentes en la ciudad -el 40% de la población- ya abandonaron el lugar, con el temor que jamás volverán a sus casas.