Análisis

Las consecuencias de enfadar a Donald Trump

Además de las sanciones arancelarias del mandatario estadounidense, Sánchez expone a España al aislamiento político no solo entre los Estados miembros de la OTAN, sino también dentro de la UE

Trump
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la cumbre de la OTAN
Efe

El presidente estadounidense Donald Trump quiere “hacer pagar” económicamente a España por su reticencia a aumentar el gasto militar, según declaró al término de la cumbre de la OTAN en La Haya (Países Bajos). Es el único país que se niega a alcanzar el 5% del PIB en materia de gasto en seguridad en 2035.

Para un Trump enfadado, la economía española podría quedar completamente destruida. Pretende negociar un acuerdo comercial con España, que tendrá que pagar el doble de los aranceles aduaneros, mientras que la Unión Europea negocia con Estados Unidos por ellos.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez; el presidente estadounidense, Donald Trump; el turco, Recep Tayyip Erdogan; y la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, entre otros líderes
EFE

Los países de la OTAN se han comprometido a aumentar drásticamente su gasto militar, una “gran victoria” reivindicada por el presidente estadounidense. En su declaración final, los 32 miembros de la Alianza Atlántica prometen invertir el 5% de su producto interior bruto (PIB) anual en favor de su seguridad de aquí a 2035.

Sin embargo, España ha obtenido una flexibilidad que le permitirá asignar un presupuesto reducido, que considera suficiente, para alcanzar sus objetivos militares. Pedro Sánchez, con el respaldo de una carta de la OTAN, había insistido en que su país no tenía que aumentar su gasto en defensa hasta el 5% del PIB, a pesar de las negativas de los diplomáticos de la Alianza Atlántica.

Las ambigüedades

El actual jefe de la OTAN se mostró especialmente ambiguo a lo largo de la cumbre militar, eludiendo la cuestión española. Esto rompió la unidad de los 32 miembros de la OTAN en plena cumbre y llevó a Eslovaquia y Bélgica a sumarse a las quejas españolas sobre el aumento del gasto al 5% del PIB.

Pete Hegseth, Donald Trump y Marco Rubio
EFE/EPA

El episodio comenzó con la publicación de una carta en la que se afirmaba que el acuerdo daría a España “la flexibilidad de determinar sus recursos soberanos para alcanzar los objetivos y los recursos anuales requeridos de su PIB”. O, el secretario general de la OTAN, negó durante toda la cumbre que se garantizara esta excepción a España, lo que provocó una batalla político-mediática para saber quién decía la verdad: el secretario general o el presidente del Gobierno español.

Finalmente, el jefe de la OTAN reconoció que la organización atlántica y España “están de acuerdo en que no están de acuerdo”. España cree que puede alcanzar el objetivo con un 2,1 %; la OTAN dice que debe estar en el 3,5 %, como todos los demás. Todos los aliados informarán sobre cómo alcanzan los objetivos.

Enfadar a Trump tiene consecuencias incalculables

Las consecuencias de la postura de Sánchez son (in)calculables si Trump no se calma. Además de las sanciones arancelarias de Trump, el presidente del Gobierno español expone a España al aislamiento político no solo entre los Estados miembros de la OTAN, sino también dentro de la Unión Europea. En las redes sociales se difunden fotos de la cumbre que parecen ilustrarlo. Un aislamiento que tendrá repercusiones en las relaciones entre Madrid y las demás capitales europeas, en un momento en que la derecha y el conservadurismo reinan en la UE, mientras que Sánchez se convierte en el último de los “mohicanos socialistas” europeos.

El problema español de la OTAN

El principal problema de la OTAN es español, y no ruso ni chino, debido a su insuficiente presupuesto de defensa. Hoy, en la cumbre de este año, todo el mundo coincide en que España es el problema, seguida de Eslovaquia, que ocupa el segundo lugar en provocar el enfado de los miembros de la Alianza. Madrid es uno de los nuevos parias de la OTAN.

El presidente del Gobierno en la Cumbre de la OTAN, entre el resto de mandatarios
Efe

La negativa de última hora de España se produjo al comienzo de una cumbre en la que los líderes de la OTAN hicieron todo lo posible por evitar cualquier incidente. Esto recuerda al mundo que una alianza de 32 países puede ser indisciplinada, especialmente cuando las empresas de la OTAN se enfrentan a prioridades presupuestarias nacionales. Los delegados, preparados para un evento rápido y disciplinado de dos días, se horrorizaron ante la idea de que esta demostración de unidad bien orquestada pudiera verse arruinada por un Gobierno español rezagado en materia de gasto en defensa.

A los ojos de Trump y de los europeos, la actitud de Sánchez dista mucho de ser una postura de solidaridad o apoyo a la seguridad común europea.

Aunque los responsables europeos reconocieron que Sánchez se encuentra en una posición difícil en su país, ya que su Gobierno en minoría es incapaz de aprobar un presupuesto con nuevos fondos para defensa, rechazaron la decisión del líder español de ignorar el nuevo compromiso de gasto de la OTAN.
“No veo nada que justifique excepciones”, declaró el primer ministro sueco, mientras que la primera ministra danesa afirmó que era “injusto” que los líderes de los países más alejados de Rusia solicitaran excepciones.

El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ofrece una rueda de prensa en el marco de la cumbre de la OTAN que se celebra, este miércoles, en La Haya, Países Bajos
EFE/ J.J. Guillén

Polonia, que pretende destinar este año el 4,7 % de su PIB a defensa, el nivel más alto de la OTAN, tampoco está satisfecha con el intento de España de retirarse de los aumentos de gasto de la alianza. “Creemos que cualquier desviación de este principio por parte de un Estado miembro es un mal ejemplo”, declaró el ministro de Defensa polaco. Si un país hace una excepción, esto puede convertirse en algo contagioso. ¿Cómo podrán los líderes defender el 5% a su regreso si varios países se benefician de una excepción?

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