A orillas del Lago Albano, en un pequeño pueblito de ensueño a solo media hora de Roma, está casi todo listo. Este domingo 6 de julio, por la tarde, según ha confirmado el Vaticano, llegará el Papa León XIV para pasar sus vacaciones en el imponente patrimonio inmobiliario que desde el siglo XVII los pontífices eligieron como su residencia veraniega.
Estará allí hasta el 20 de julio e incluso hará su famoso rezo del Ángelus uno de los domingos para la plaza del pueblo. Toda una revolución para este lugar que ha sido clave en la historia de los papas, pero que llevaba más de una década sin su inquilino más importante.

El Papa Francisco renunció, junto a otras muchas cosas, también a su periodo vacacional en esta ingente villa de 550.000 metros cuadrados. Convirtió, además, el palacio principal en un museo abierto al público. Aunque el rostro de Bergoglio sigue por todos lados, porque los souvenir aún no se han actualizado con el nuevo Pontífice, este fin de semana, la llegada de León XIV a este enclave, marca el cambio de época.
“Llevamos 12 años sin Papa”
“Estamos súper contentas porque llevamos 12 años sin Papa. Para nosotras, que hemos crecido aquí, volver a verlo tiene un significado enorme”, dice Patrizia di Gasperi, la dueña de uno de los negocios hacia los que mira el Palacio Apostólico de Castel Gandolfo en su famosa plaza, a pocos metros de donde estará el Papa. A su lado su hermana, Sabrina, que nos confiesa “esperamos poder verlo entrar y saludarlo ya este domingo, por lo menos”.

De hecho, Patrizia, confirma, la cercanía de su tienda a la entrada del palacete que da a la plaza principal del pueblo, Piazza della Libertà, hacen que puedan verlo muy de cerca y las convierte, literalmente, en vecinas de León XIV. “Para nosotros, el Papa es como si fuera de la familia, como un abuelo que vuelve a casa para pasar las vacaciones”, añade. “Esperamos que con su llegada vengan más turistas a visitarnos”, termina.
Aumenta el turismo ante la inminente llegada del Papa
Ya se ve mucho movimiento por este borgo italiano, grupos de turistas y peregrinos disfrutan de un ambiente animado ante la inminente llegada del Papa y varias personas del Vaticano trabajan para dejar todo a punto. Olga es una monja de Argentina que está de peregrinaje en Europa y que no quería perder la ocasión de visitar este lugar. “Es muy simbólico, yo me imaginaba que era un castillo, pero este pueblo es fantástico”, expresa. Algo que resaltan también dos turistas polacas, madre e hija, que intentan cobijarse del calor abrasador de este mes de julio.

Aun así, la presencia del lago y la localización ligeramente más alta y aireada hacen descender algunos grados la temperatura que marcan los termómetros respecto a Roma. De hecho, desde aquí, el sofocante verano italiano parece mucho más apacible para Robert Prevost, que durante el mes de julio suspende las audiencias privadas y generales para descansar. En agosto, el Papa regresará a Castel Gandolfo en una visita fugaz para realizar una misa y el rezo del ángelus.
Palacios, jardines y piscina
León XIV ha decidido que se alojará en Villa Barberini, uno de los palacetes del complejo inmobiliario, donde se encontrará protegido y podrá pasear por sus conocidos jardines o disfrutar de la piscina. Entrará, así, también, en la historia de este lugar que ha visto a pontífices como Juan Pablo II, que lo llamaba el Vaticano II, disfrutar especialmente de este retiro vacacional. Fue precisamente el pontífice polaco quien hizo construir allí la famosa piscina cubierta. Y más que famosas, históricas, fueron las fotos de Benedicto XIV aquí tras su renuncia, dejando aquella imagen única en una de las salas de este palacete entregándole una caja blanca al recién elegido Papa argentino con los temas más secretos más candentes de la Iglesia.
Las vistas al lago
Este lugar privilegiado, con vistas a un lago, en lo alto de un volcán extinto, mantiene la magia de las casas amarillas y anaranjadas que tanto representan a Italia. El cura de Castel Gandolfo, famoso en los últimos días en Italia por un artículo en el que se le ve presumir con una chupa de cuero de su moto Kawasaki, Don Tadeuzs, atiende a la prensa que ya se acumula curiosa en las calles del pueblo. Una turista latina hace fotos para las redes sociales “fascinada” por este paraje mientras Rosana, una local de 68 años, se lamenta de las medidas de seguridad que acompañarán, en unos días, la llegada de este vecino tan especial.