Melania Trump ha decidido narrarse a sí misma como si fuera un personaje de cine. Y no uno cualquiera. En el trailer que se acaba de estrenar sobre el documental titulado ‘Melania’, la primera dama se presenta como una heroína de gesto imperturbable, consciente de que la historia, o al menos su versión, sigue escribiéndose. “Aquí vamos otra vez”, dice al inicio del tráiler del documental que llegará a los cines de todo el mundo el 30 de enero de 2026. La frase, pronunciada mientras viste el atuendo de la investidura presidencial, funciona como declaración de intenciones y como un guiño cultural de la secuela de la presidencia del Presidente Donald Trump. Un déjà vu global que ella convierte en espectáculo.
El avance, difundido en la cadena Fox primero y luego en la red social X, está producido por Amazon bajo el sello legendario de MGM Studios. En la narración, se presenta a la primera dama como el eje de un relato que promete “acceso sin precedentes” durante los 20 días previos a la investidura presidencial de 2025. “Sé testigo de la historia mientras se escribe”, proclama el lema promocional. Asistimos a la historia mientras se fabrica, observando el poder desde dentro, aunque filtrado por una estética deliberadamente cinematográfica. Melania Trump figura como productora ejecutiva y ha insistido en que no se trata de un documental convencional, sino de una película de alto nivel, concebida para salas de cine y no para el consumo doméstico.

En las imágenes del tráiler, Melania aparece en situaciones cuidadosamente seleccionadas: aconsejando a su marido mientras ensaya un discurso, colocando flores sobre una tumba, revisando documentos con su equipo o preguntando a un miembro del servicio de seguridad si es seguro proceder, a lo que el agente responde afirmativamente. Sirenas, caravanas oficiales, el sello presidencial, el interior del avión presidencial. La iconografía del poder desfila a ritmo de montaje rápido. “Veinte días antes de convertirse en primera dama de los Estados Unidos”, anuncia un rótulo. Veinte días para volver a ocupar ese cargo.
El tono recuerda al cine de acción de los años noventa, cuando los personajes se definían tanto por lo que hacían como por lo que decían en el instante preciso. La frase inicial de Melania podría pertenecer a una película de James Bond o a un thriller político de la era Clinton consciente de su propio artificio. Más adelante, en otro momento del tráiler, la protagonista mira directamente a cámara y sentencia: “Todo el mundo quiere saber de mí. Aquí está”. El misterio como mercancía.
Donald Trump aparece también, de manera inevitable, aunque el foco narrativo esté puesto en ella. En una escena ensaya una frase. “Mi legado más importante será el de pacificador”. Melania interviene y corrige. “Pacificador y unificador”. Es una primera dama que afina el mensaje.

El proyecto cuenta con una maquinaria industrial poco habitual en el género documental. Amazon habría pagado 40 millones de dólares por los derechos, en lo que se ha descrito como el mayor acuerdo de este tipo en la historia del formato. Además del largometraje de 104 minutos, la plataforma prepara una serie documental de tres episodios que seguirá a Melania Trump entre Nueva York, Washington y Palm Beach. Disney, Netflix y Paramount se interesaron por el proyecto, pero fue Amazon quien presentó la oferta más completa con una película y una serie, con estreno en salas bajo el sello histórico de Metro Goldwyn Mayer.
La dirección corre a cargo de Brett Ratner, cineasta asociado a grandes producciones comerciales como la saga Hora punta, cuya carrera quedó marcada en 2017 por las acusaciones de conducta sexual inapropiada formuladas por varias mujeres, entre ellas las actrices Natasha Henstridge y Olivia Munn. Ratner negó los hechos y se trasladó a vivir en Israel en 2023, donde se definió públicamente como “sionista orgulloso”, allí mantiene una relación de cercanía con el primer ministro Benjamín Netanyahu. Su regreso a la primera línea con Melania ha sido interpretado como un intento de rehabilitación profesional, facilitado por su proximidad al entorno del presidente.
La elección de Ratner aporta al proyecto el pulso narrativo propio del cine comercial y, al mismo tiempo, introduce una capa de controversia que ha alimentado las críticas. Para algunos analistas, el documental funciona tanto como una operación de imagen para la primera dama como un vehículo de regreso para un director caído en desgracia. Para otros, confirma que el trumpismo concibe la política como un relato audiovisual permanente, donde las fronteras entre información, propaganda y entretenimiento se diluyen.
Melania Trump ha defendido el proyecto como una necesidad personal e histórica. “Los 20 días de mi vida previos a la investidura presidencial constituyen un momento raro y definitivo, uno que merece un cuidado meticuloso, integridad y una artesanía sin concesiones”, declaró a Fox News, la cadena que emitió el tráiler en exclusiva. “Estoy orgullosa de compartir este momento tan específico de mi vida, 20 días de intensa transición y planificación, con espectadores de todo el mundo”.

El tráiler culmina con una escena telefónica. Melania llama a su marido: “Señor presidente, felicidades”. Donald Trump responde con una pregunta, ¿has visto el tráiler? Ella contesta que no, que probablemente lo verá en las noticias. El intercambio, aparentemente banal, condensa el tono entre el esperpento histórico y la espontaneidad ensayada.
No es la primera incursión de Melania Trump en el relato autobiográfico. En 2024 publicó sus memorias, Melania, que alcanzaron los primeros puestos de la lista de libros más vendidos del New York Times. El libro ofrece un retrato íntimo, con fotografías familiares y episodios personales hasta entonces desconocidos. La película prolonga ese gesto, trasladando su vida al lenguaje cinematográfico.
Que Melania se estrene exclusivamente en salas de cine es también una decisión significativa. En una era dominada por las plataformas digitales, la apuesta por la experiencia cinematográfica refuerza la idea de acontecimiento. No se presenta como un contenido más, sino como una cita con la historia, o con su representación cuidadosamente construida. La primera dama ha subrayado que se trata de una obra pensada para la gran pantalla, con una narrativa que se aleja del reportaje televisivo tradicional. Es una heroína de cine.
El resultado, a juzgar por el tráiler, es un híbrido entre documental político y cine de acción, donde la protagonista avanza con sus tacones de aguja por pasillos institucionales y pistas de aterrizaje como si se tratara de una misión. Como en aquellas películas de los noventa, basta una frase para definir al personaje. “Allá vamos otra vez”, dice Melania Trump. Y uno tiembla ante la gran pantalla recordando a otros personajes de la historia obsesionados con su imagen pública.

