Por primera vez desde el anuncio de la semana pasada del plan de paz de Donald Trump, el aparato de defensa israelí y oficiales de Hamás se muestran optimistas respecto al avance de los contactos diplomáticos en Egipto, donde nuevamente no hay mujeres en primera línea.
En las que se esperan que sean las negociaciones finales para terminar la guerra en Gaza, Trump se ha involucrado directamente en los contactos. Según el diario Ha’aretz, el presidente estadounidense baraja viajar a El Cairo si hay fumata blanca en los próximos días, tras ser invitado expresamente por el presidente egipcio Abdel Fattah El-Sisi.

Fuentes israelíes consideraron que hay un “acercamiento significativo” en las negociaciones, que podrían cerrarse próximamente. Al parecer, la Casa Blanca se toma muy en serio su intención de acabar la guerra de Gaza. Qatar, Turquía y Egipto, los principales estados árabes y musulmanes que respaldaron el plan de Trump, siguen presionando a Hamás para aceptar la propuesta.
Además de la participación de Doha -nuevo gran aliado regional de Washington-, la participación directa del presidente turco Recep Tayyip Erdogan, muy bien visto por Trump, está jugando un papel clave. En una negociación multilateral donde hay intereses en juego más allá de Gaza, Erdogan no quiere ser visto como el que no facilitó a Trump su objetivo de traer la paz a Oriente Medio.

El presidente turco consideró que “Hamás ha mostrado claramente su compromiso con la paz al responder positivamente al plan de Trump”, y criticó indirectamente lo que considera un trato favorable a Israel por parte de la Casa Blanca. Erdogan acusó al estado judío de “ser peor que los nazis, en los últimos dos años fueron mucho más allá de lo que hizo Hitler”. Se estima que en Gaza han muerto ya más de 67.000 personas en los bombardeos israelíes. En el Holocausto, el régimen de Hitler asesinó a seis millones de judíos.
Los escollos
A estas alturas, el principal escollo en los contactos gira en torno a la línea de retirada israelí de la Franja de Gaza. En el plan de Trump, se establece una retirada por fases del enclave costero, que culminaría con el mantenimiento de un perímetro de seguridad dentro de la franja, en que el ejército israelí mantendría presencia para evitar futuros ataques sobre las comunidades fronterizas.

Hamás sigue presentando reticencias a las líneas de retirada propuestas. Con un control muy limitado sobre el territorio, su capacidad armamentística casi destruida y una creciente furia entre la población gazatí, el régimen de Hamás se tambalea. Los 48 rehenes israelíes, que debería liberar en un plazo de 72 horas tras firmarse el acuerdo, son la última carta en manos del grupo islamista para retener el poder. Hamás exige a los intermediarios garantías de que la retirada israelí se producirá y que la guerra no se reanudará.
Este miércoles se unieron a los contactos pesos pesados. Del lado israelí, el ministro de asuntos estratégicos Ron Dermer, considerado mano derecha de Netanyahu, llegó a Sharm el-Sheij. Desde Washington, el enviado especial a la región Steve Witkoff llegó acompañado de Jared Kushner, yerno de Trump sin cargo oficial pero con gran influencia en la toma de decisiones. También se desplazó a Egipto el primer ministro catarí Mohammed al-Tani. De parte de Hamás, el oficial Jalil al-Jaia también fue visto en Sharm el-Sheij.

El grupo islamista envió a Israel el listado con los presos palestinos que exige liberar a cambio de los rehenes israelíes, algunos de los cuales permanecen en custodia de otras facciones armadas, como la Jihad Islámica. Taher al-Nunu, otro de los oficiales islamistas involucrados en la negociación, también mostró optimismo en los avances. El anfitrión al-Sisi afirmó que “escucho cosas muy alentadoras en las negociaciones, hay una oportunidad auténtica de lograr el acuerdo”.
Según el medio israelí Ynet, Trump también baraja visitar Israel en caso de firmarse el acuerdo de paz. Paralelamente, el secretario de Estado norteamericano Marco Rubio llegará este jueves a París, donde discutirá con países europeos y árabes los detalles para conformar el gobierno de transición en la Franja de Gaza. Acorde al plan de Trump, tras la firma se desplegará una fuerza militar regional para garantizar la seguridad del devastado enclave, y así garantizar la entrada masiva de ayuda humanitaria y el inicio del proceso de reconstrucción.