En la cena de bienvenida a la delegación israelí liderada por el primer ministro Benjamin Netanyahu en Washington, Donald Trump y sus asesores más cercanos, el secretario de estado Marco Rubio y el secretario de defensa Pete Hegseth, pusieron especial atención en una figura femenina. En el centro de la mesa de la cena celebrada en la Casa Blanca, destacaba una mujer con un llamativo vestido verde fosforescente. Era Sara Netanyahu, probablemente la mujer más influyente de Israel.
Del mismo modo que hace Benjamin Netanyahu en sus apariciones públicas, donde suele agradecer el apoyo incondicional de su mujer en la toma de decisiones, Trump incluyó a la mujer del líder israelí en sus palabras de agradecimiento. “Es un gran honor tener a Sara y Bibi con nosotros. Son mis amigos desde hace mucho tiempo. Juntos obtuvimos muchos logros, y creo que mejorarán en el futuro”, celebró el presidente estadounidense.
Sobre la mesa, los líderes de ambos países aliados discutieron sobre la tregua en Gaza, un posible pacto nuclear con Irán -tras el duro golpe atestado a sus centrales de enriquecimiento-, o la expansión de los “Acuerdos de Abraham”, la normalización de relaciones entre Israel y estados árabes de Oriente Medio. Para lograr sus objetivos políticos y militares, el primer ministro israelí siempre toma en cuenta la opinión de su mujer, que ejerce mucho poder en la toma de decisiones o el nombramiento de altos cargos.

Antes de partir hacia Washington, la pareja Netanyahu visitó por primera vez el kibutz Nir Oz, uno de los símbolos de la matanza del 7 de octubre de 2023 perpetrada por Hamás. En esta localidad, 1 de cada 4 residentes (de una población de 420 personas) fueron asesinados o secuestrados. La mayoría de sus residentes y familiares de los rehenes son muy críticos con la poderosa pareja, a quien afearon no visitar antes un lugar tan simbólico de la peor tragedia sufrida en el estado judío.
Uno de los momentos más icónicos fue el cálido abrazo de Sara con Einav Zangauker, madre del rehén Matan Zangauker, y convertida en involuntaria líder de la causa por la liberación de los cautivos en Gaza. La madre acusa a Netanyahu de torpedear constantemente las opciones de tregua por interés político. Según analistas israelíes, su decisión de visitar Nir Oz es un símbolo de que podría aceptar el fin de la guerra.
Un mes antes de su viaje a Washington, Sara Netanyahu concedió una entrevista a Fox News, canal de televisión muy afín a Trump. En su comparecencia, insistió en la idea de que el mismo “estado profundo” -judicatura, prensa o policía- que opera en Israel para supuestamente desestabilizar a la pareja Netanyahu, intenta copiar el mismo modus operandi para atacar a Trump.
“Una minoría elitista de izquierda radical, financiada por países extranjeros y que tiene posiciones de influencia en instituciones clave está abusando del sistema judicial para derribar a gobiernos elegidos democráticamente”, consideró Sara Netanyahu. Y agregó: “están haciendo lo mismo a mi familia, con investigaciones ridículas cargadas de mentiras”.

El primer ministro israelí está inculpado en tres casos de corrupción, en que se la acusa de recibir regalos ilícitos de amigos multimillonarios o de tramar coberturas de prensa favorables con propietarios de medios de comunicación. Del mismo modo, Donald Trump fue procesado judicialmente en diversas causas, como el supuesto soborno a una actriz porno para comprar su silencio y evitar así revelar las supuestas relaciones sexuales que mantuvieron.
La mujer del primer ministro israelí también está involucrada en algunos casos judiciales en marcha contra Netanyahu por fraude, corrupción y abuso de confianza. En una de las causas, en que se acusa a “Bibi” de favorecer a empresarios amigos a cambio de regalos lujosos, se acusa a Sara Netanyahu de haber exigido un brazalete por valor de 46.000 dólares como regalo de aniversario.
Respecto a la causa por la liberación de los rehenes, Sara insistió en que “vivo con mucho dolor la agonía de sus familias, y estoy muy involucrada. Me encuentro habitualmente con ellos y los abrazo para darles mi apoyo”. Algunos familiares de cautivos ponen en entredicho su versión, y remarcan que durante largo tiempo la pareja Netanyahu evitó reunirse con ellos.

Para quienes se oponen al gobierno de Netanyahu, es legítimo y necesario protestar contra Sara. Por ello, durante las marchas contra la “reforma judicial” -las medidas aprobadas para lastrar la separación de poderes-, también se hicieron escraches contra la mujer del premier. Para algunos, Sara Netanyahu es corresponsable de la deriva derechista y autoritaria del primer ministro.
“Sara Netanyahu es una figura política”, consideró el exgeneral izquierdista Yair Golan, que dirige la coalición “Democráticos”. Para Gayil Talshir, profesor de ciencias políticas de la Universidad Hebrea de Jerusalén, “Sara ha sido crucial para dividir el país y convertirlo en una autocracia”. Su gran influencia quedó patente en el reciente despido de Omer Dostri, portavoz de Benjamin Netanyahu, supuestamente apartado del cargo por mantener continuos conflictos personales con la mujer del primer ministro.