Benjamin Netanyahu aterrizó el lunes en Washington, donde fue recibido por Donald Trump por primera vez tras firmarse la tregua en la “Guerra de los 12 días” contra Irán. En un intento por sellar una nueva tregua de 60 días para frenar los bombardeos en Gaza y permitir la liberación de rehenes israelíes, los líderes de Israel y EE.UU. desestimaron hacer declaraciones públicas, mientras emisarios israelíes volvieron a Qatar para negociar los parámetros de la tregua con Hamás.
El domingo Donald Trump afirmó que “hay buenas opciones” para materializar la tregua con Hamás durante esta semana. “Logramos sacar a muchos rehenes (en enero), y esperamos que logren salir algunos más”, dijo el presidente estadounidense. Además del posible parón temporal a la guerra en Gaza, Trump también aspira a “un posible acuerdo permanente con Irán” para limitar su programa nuclear, severamente dañado tras los bombardeos estadounidenses e israelíes.

“Estamos trabajando en el acuerdo según los parámetros acordados”, insistió Netanyahu antes de partir hacia Washington. El premier israelí insiste en la necesidad de “destruir” a Hamás, algo que parece incompatible con las presiones para aceptar un alto al fuego. “Creo que las conversaciones con Trump pueden ayudar a lograr el resultado que todos esperamos”, agregó Netanyahu.
Además de mostrarse “determinado para traer de vuelta a casa a los 20 rehenes vivos y los 30 muertos, nos aseguraremos de que Gaza no suponga más una amenaza para Israel”, insistió el premier israelí. En la propuesta de tregua de 60 días que se está negociando, Hamás aceptaría entregar -sin espectáculos de liberación- a 10 cautivos vivos y 18 muertos. No obstante, más allá de insistir en que “Hamás no estará ahí” cuando termine la guerra, Netanyahu rehúye discutir cual es la propuesta israelí para la reconstrucción y gobernanza de la devastada franja.
Desde Israel, los familiares de los rehenes esperan que se materialice otra tregua para pausar de nuevo una guerra que dura ya más de 21 meses. A cambio de la liberación de cautivos en manos de Hamás, Israel se compromete a entregar a cientos de presos palestinos. En la última tregua, que Netanyahu rompió a mediados de marzo, 30 rehenes vivos y 8 muertos fueron intercambiados por más de 1.500 reos palestinos.

En la tregua que intentan implantar Trump y los negociadores árabes de Qatar y Egipto, se espera pausar la ofensiva israelí durante dos meses, para intentar durante este periodo alcanzar un pacto definitivo para terminar el conflicto. Netanyahu, reforzado domésticamente tras el duro golpe atestado a Irán y a sus proxys regionales, se siente legitimado para hacer concesiones en Gaza, pese a la presión de sus aliados de extrema derecha para proseguir la ofensiva e impedir la entrada de ayuda humanitaria.
Acorde al ministerio de salud gazatí, más de 57.000 personas -sin distinguir civiles de militantes armados- habrían muerto en los bombardeos israelíes. En el ataque del 7 de octubre de 2023, 1.200 israelíes fueron asesinados y 250 secuestrados. Pese a la renovación de los contactos en Qatar, las demandas maximalistas de los bandos enfrentados siguen sin resolverse: Israel aspira a eliminar completamente a Hamás; mientras que el grupo islamista exige la retirada total del ejército israelí en Gaza.
Desde la Casa Blanca, se intenta acercar el fin de la guerra en Gaza abriendo la puerta a retomar el proceso de normalización entre Israel y estados árabes, con el foco puesto en Arabia Saudí. Pero desde Riad ya aclararon que no habrá contactos formales con el estado judío hasta resolverse la crisis de Gaza.
Un oficial de Hamás reconoció a la BBC que Hamás perdió el control sobre el 80% de la franja de Gaza, ya que un 95% de su liderazgo está muerto. “El control de seguridad de Hamás se ha derrumbado por completo. No hay control en ninguna parte. No hay liderazgo, ni mando, ni comunicación. Los salarios se retrasan y, cuando llegan, apenas se pueden usar. Es un colapso total”, aseguró el islamista bajo anonimato.

El borrador de tregua que se negocia estipula una retirada militar israelí de buena parte de la franja, además de permitir la distribución de ayuda humanitaria a manos de la ONU y otras agencias humanitarias. No está claro qué rol tendría la polémica Gaza Humanitarian Foundation (GHF), la compañía americana que reparte comida en cuatro puntos de distribución, y donde cientos de gazatíes habrían muerto por tiroteos de contratistas americanos o soldados israelíes. El domingo, Hamás hirió con granadas a dos americanos del GHF, según comunicó el ejército israelí.
El grupo islamista reclama a Trump “garantías” de que la tregua se cumplirá, y de que Israel no retomará los bombardeos cuando considere necesario. Desde la guerra iniciada el 7 de octubre, los mediadores ya han logrado dos treguas. Respecto a un posible pacto nuclear con Irán, Netanyahu sigue mostrando reticencias. En el pasado, ya estuvo en contra del pacto nuclear firmado en 2015, del que Trump se retiró en 2018.
Hay diferentes estimaciones sobre el daño que sufrió el plan nuclear iraní. Si bien el Pentágono afirma que el plan nuclear iraní podría haberse retrasado unos dos años, la ONU considera que Irán podría volver a enriquecer uranio en cuestión de meses. Antes de la guerra, Teherán acumulaba más de 400 kilos de uranio enriquecido al 60%, un porcentaje cercano para obtener armas atómicas.