LA EXPERTA

Un Gobierno experimentado para aguantar el huracán Le Pen

Ariane Bogain, especialista en política francesa y profesora en la Universidad de Northumbria, analiza los próximos pasos del nuevo Gabinete de Bayrou, que recupera a figuras clave como la ex primera ministra Élisabeth Borne y el hispanofrancés Manuel Valls

Le Pen
La líder de la formación ultraderechista Agrupación Nacional, Marine Le Pen Efe

François Bayrou cumplió este lunes su promesa de anunciar el nuevo Gobierno francés antes de Navidad. El Gabinete reúne a un total de 35 ministros, entre los que figuran 15 mujeres. Pero hay pocas caras nuevas. De hecho, más de la mitad de los nombramientos ya formaban parte del Ejecutivo de Michel Barnier, de los cuales 14 mantienen su cargo, como Agnès Pannier-Runacher en Transición Ecológica o Rachida Dati en Cultura, y otros cinco cambian de cartera.

La gran apuesta de Bayrou ha sido el regreso de antiguos ministros que no formaron parte del Gobierno Barnier, presa de una moción de censura en la Asamblea Nacional impulsada a principios de diciembre por la alianza de las izquierdas que salió adelante gracias a los votos de la extrema derecha de Marine Le Pen. Destacan, en este sentido, figuras como la ex jefa de Gobierno Élisabeth Borne, que volverá a ser ministra de Educación; el también ex primer ministro Manuel Valls, nuevo encargado de los asuntos de Ultramar; o el extitular del Interior Gérald Darmanin, que ostentará la cartera de Justicia.

Bayrou fía al continuismo sus opciones para mantenerse en el cargo más tiempo que su inmediato predecesor, Michel Barnier. El excomisario europeo, conocido en Bruselas por su duro perfil negociador, sólo duró tres meses en Matignon, récord de fugacidad de un primer ministro en la V República. Sin embargo, la estrategia del centrista Bayrou, un macronista de primera hora, no difiere demasiado de la del conservador Barnier. Ambos son percibidos por su predisposición al diálogo, pero representan a una coalición minoritaria de la Asamblea Nacional. Barnier cometió el error de depender del antiguo Frente Nacional de Le Pen, que condicionó muchas de sus políticas antes de dejarle caer. Y Bayrou parece estar recorriendo la misma senda.

Ariane Bogain, especialista en política francesa y profesora en la Universidad de Northumbria, analiza en conversación con Artículo14 los próximos pasos del nuevo Gobierno francés.

– ¿Cuánto durará el Gobierno Bayrou?

– A primera vista, no hay mucha diferencia entre el Gobierno de Bayrou y el de Barnier. Si acaso ha perdido algo de fuerza, ya que el apoyo de Los Republicanos (derecha republicana) no es tan fuerte. Al igual que Barnier, Bayrou ha sido incapaz de ampliar el apoyo a la izquierda. Sí, hay antiguos ministros socialistas como Valls o [François] Rebsamen, pero o bien se unieron a Macron hace mucho tiempo o ya no son considerados socialistas por el Partido Socialista (PS). Por lo tanto, sin una ampliación del apoyo, Bayrou, al igual que Barnier, está a merced de un voto de censura y esto podría suceder de nuevo sobre el presupuesto.

Hay dos ‘sin embargos’. En primer lugar, Bayrou todavía puede intentar conseguir un pacto de no censura con el PS y posiblemente con los verdes si da garantías en su discurso oficioso ante el Parlamento el 14 de enero. Tiene tiempo para seguir negociando con ambas fuerzas. Tendrá que ofrecer algo sustancial, como congelar la reforma de las pensiones o aceptar gravar a los más ricos.

En segundo lugar, ¿realmente querrían los partidos votar una segunda moción de censura? La Francia Insumisa (LFI), sí. Los demás podrían preocuparse por el impacto en los votantes. Si puede dar algo al PS, podrían abstenerse. Sin embargo, hay otra posibilidad. Podría optar por utilizar el artículo 47 y no utilizar el artículo 49.3, pero dejar que el tiempo parlamentario sobre el presupuesto siga su curso y aprobar el presupuesto por decreto si no se aprueba después de 70 días. Entonces podría haber un voto de censura, pero no como reacción al artículo 49.3, un voto de censura “libre”, más difícil de justificar.

– ¿Seguirá dependiendo de Le Pen como Barnier?

– A menos que los socialistas/verdes acepten un pacto de no censura, entonces sí que volverá a estar a merced del Reagrupamiento Nacional (RN), que volverá a ser quien decida. No está tan claro como en septiembre, ya que el PS y los verdes aún no han dicho que votarán a favor de una moción de censura. Se han mostrado dispuestos a debatir, han declarado lo que quieren y están esperando a ver cuáles van a ser las políticas y el presupuesto. Un optimista diría que la situación es ligeramente mejor que en septiembre. Un pesimista diría que, a menos que Bayrou desvele algo sustancial para atraer a la izquierda en enero, volveremos a tener a Le Pen con el poder de vida o muerte sobre este Gobierno.

– ¿Por qué la apuesta de Macron por el continuismo? ¿No hay alternativas?

– Macron tenía que elegir entre neutralizar al RN o mantenerlo neutral. Lo primero supone girar a la izquierda; lo segundo significa tener un Gobierno como el de Barnier. En las discusiones previas al nombramiento de un nuevo Gobierno, Macron indicó que no quería dar el poder a la extrema derecha. Eso significaba girar a la izquierda.

Hubo una oportunidad, ya que el PS y los verdes estaban dispuestos a dialogar. Pero debería haber aprovechado la ocasión para nombrar a un primer ministro socialista o verde. Habría sido más representativo de los resultados de [las elecciones legislativas de] julio y podría haber tenido un Gobierno más estable, con el bloque central más el PS, más los verdes, más los comunistas y con el apoyo de algunos diputados laboristas. Decidió no hacerlo porque está desesperado por proteger sus políticas económicas de oferta y la reforma de las pensiones.

Probablemente, Macron pensó que nombrar a un centrista en lugar de a alguien de derechas sería mejor para la izquierda. No lo será a menos que Bayrou ofrezca a la izquierda que no es de izquierdas algo que justifique que no voten a favor de una moción de censura. Tal y como están las cosas, no hay nada para la izquierda. Puede que cambie dependiendo de lo que diga el 14 de enero.

– Vuelven figuras del macronismo como Darmanin o Borne. ¿Qué le parece?

Parece un gobierno del regreso al futuro. Veo que han optado por la «experiencia», con grandes nombres, frente a tantos ministros desconocidos en los gobiernos anteriores. La intención es mostrar un Gabinete dispuesto a luchar, con ministros que saben qué hacer. Sin embargo, no estoy convencido de que los votantes vayan a quedar impresionados porque parece “anticuado”. ¿Dónde está la sangre nueva?

Además, todavía se basa en gran medida en el bloque central de Macron. Fueron duramente derrotados dos veces, en las elecciones europeas y en las legislativas. Pero siguen dominando. Es poco probable que este Gobierno sea popular.

– ¿Cómo explica la vuelta de Valls?

– No me lo esperaba. Sí, es un antiguo primer ministro, pero ha estado ausente de la escena política francesa, ya que desapareció para probar suerte en España, donde no tuvo mucho éxito. Creo que es parte del “quiero un Gobierno con experiencia” del que hablaba Bayrou y un intento de hacer un guiño a la izquierda –aunque el actual PS le deteste–. Lo bueno es que, por primera vez, los departamentos y territorios franceses de ultramar tendrán un ministro que es el tercero en la lista de protocolo y que tiene una larga experiencia en crisis. Hay mucho que hacer: Mayotte, estatuto de Nueva Caledonia, disturbios en Martinica y Guadalupe.