El IBEX 35, el selectivo de la Bolsa española, vuela alto. Está, literalmente, disparado. Y eso pese al bache que representó en su boyante marcha el anuncio desbocado de los aranceles de ida y vuelta de Donald Trump. Podemos decir que el IBEX está como nunca. Faltan adjetivos para calificar un desempeño que hace frotarse las manos a los inversores grandes y pequeños.
La semana pasada superó la cota de los 14.000 puntos y esta misma se ha situado por encima de los 14.300 puntos, con saltos adelante y atrás. El anuncio de última hora de Trump de elevar los gravámenes europeos al 50% provocó una caída abrupta para cerrar la semana sobre los 14.100 puntos. La siguiente meta rompedora será por encima de los 15.000 puntos. Estos números no se veían desde 2007, cuando cerró el ejercicio en 15.182 puntos, alcanzando el máximo histórico en un intradía el 7 de noviembre al situarse en 16.040 puntos. Era otra época para una economía española subida a la cresta de la ola del ladrillo y del crédito fácil. Pero vino la enorme crisis financiera, anticipada por la caída de Lehman Brothers, y en 2008 el hundimiento bursátil llevó el índice hasta los poco más de 9.000 puntos, con un derrumbe del 40%. Desde entonces, y ya van para más de quince años, el IBEX se ha movido en una atonía entre los 8.000 y los 10.000 puntos. Una mediocridad, fruto de la volatilidad, cambios en las políticas monetarias, crisis financieras, pandemias universales y guerras inesperadas.
Es cierto que los dos últimos ejercicios fueron excelentes al registrar subidas anualizadas de casi 23% en 2023 y de casi el 15% en 2024. Pero este año está superando las mejores previsiones al batir los 12.000, los 13.000 y, ahora, ampliamente los 14.000 puntos. En lo que va de año, ha subido ya casi el 22%, a los que habría que añadir otro 5% del reparto de dividendos.
12 valores en máximos históricos
La marcha de algunas empresas está siendo sobresaliente, en especial el conjunto de la banca. Aunque por encima de todo, brilla con luz propia, armada por las expectativas que iluminan la industria militar, aparece Indra, que presenta una subida por encima del 100% en este ejercicio. Banca y seguros se mueven con aumentos entre el 40% y el 60%, destacando Santander, Unicaja, Bankinter y Sabadell, pero sin desmerecer el resto. Las energéticas se mueven en cifras notables, aunque más modestas, entre el 10 y el 30%, al igual que ocurre con las constructoras. Hasta la siempre titubeante Telefónica ha subido un 17%. En el furgón de cola, y con cifras negativas, se sitúan las renovables, farmacéuticas y la lastrada Puig, que no levanta cabeza desde su salto al parqué. Ni más ni menos 12 valores se encuentran en máximos históricos: Santander, Iberdrola, BBVA, Caixabank, Aena, Ferrovial, Endesa, Naturgy, ACS, Mapfre, Bankinter e Indra.
La Bolsa es uno de los mejores termómetros para medir la salud de la economía de un país y de sus empresas. El IBEX 35 es el índice bursátil de referencia en el mercado español, su buque insignia. Lo componen las 35 empresas más líquidas y de mayor capitalización. Refleja en tiempo real el comportamiento de las acciones de estas compañías y es un indicador clave para evaluar la salud económica y financiera de España. Se creó en 1992 y desde entonces se utiliza como referencia en centenares de productos financieros. Las empresas que forman parte del IBEX 35 son seleccionadas en función de su liquidez y capitalización bursátil. Los ya famosos 14.000 puntos se calculan como una media aritmética del precio de las acciones que componen el índice. Para ello suman el precio de los títulos y se divide el resultado entre el número total de empresas que lo forman. Tiene como valor base los 3.000 puntos de cierre de sesión del 29 de diciembre de 1989. Fue entonces cuando comenzó su historia.
La buena marcha de estos últimos años, y particularmente de 2025, se relaciona con los optimistas indicadores de la economía española con unas excelentes perspectivas de crecimiento, una inflación contenida, un paro controlado, un turismo en explosión y un gasto público generoso. La crisis arancelaria de Trump representó un retroceso en la evolución positiva de la Bolsa, subsanada por los acercamientos y distensión en las relaciones comerciales, lo que ha devuelto la confianza a los mercados financieros. Singularmente, lo comentábamos líneas arriba, los resultados y el horizonte de sectores del empresariado español, con especial atención a defensa, banca y energéticas, que están tirando con fuerza. En técnica bursátil, el IBEX está enlazando alzas significativas sesión tras sesión lo que fortalece la confianza de los inversores.
No cabe duda de que la distensión comercial ha contribuido sobremanera a esta ola de ganancias. Pero la preocupación continúa, pues el conflicto arancelario sigue sin tener una solución definitiva, el consumo doméstico no acaba de despegar y la posibilidad de estanflación, en especial en Estados Unidos, no se ha despejado.
La gran pregunta es ¿cuánto va a aguantar esta ola? Ganancias pretéritas, como es bien sabido, no garantizan las futuras. Expertos bursátiles se muestran partidarios de consolidar los 14.000 antes de plantearse ascender hasta los míticos 15.000. También hay algunos que creen que la Bolsa española empieza a dejar de estar barata, que es momento de recoger y migrar de la renta variable a otras más seguras. Trump es una máquina de sorpresas. Se impone la prudencia.