Vea el editorial de Ana Rosa Quintana de este lunes, 12 de mayo en Artículo14.
Buenos días. Petardo, vomitivo, impresentable, hipócrita. No lo digo yo, lo dice el presidente. El presidente cuando insulta, insulta de verdad. Así califica Sánchez a los barones que le critican. A Guillermo Fernández Vara, a Javier Lambán, a Susana Díaz o a Emiliano García Page. Sánchez escribía estas lindezas en whatsapps que enviaba a su amigo José Luis Ábalos. Sánchez se ha retratado a sí mismo con estos chats. Lo peor no son los calificativos a sus compañeros, sino las prácticas dignas de don Vito Corleone dirigiéndose a un Ábalos que podría haber interpretado al Luca Brasi de Ferraz con frases como “pégale un toque y que deje de tocar los cojones. Felipe es pura amargura. Susana está jodida. Hay que seguir marcándoles, deben saber que son minoría. Luego bien que pedirá recursos de esos presupuestos que critica”. Esto son solo algunos ejemplos de ataques a socialistas que criticaron, por ejemplo, los pactos con Bildu o la amnistía a los líderes del procés. Lo grave no es que el presidente mande al matón de la clase a callar bocas, lo grave es que se sepa que el presidente manda al matón a amedrentar a sus críticos. Sánchez nunca ha explicado por qué cesó a Ábalos, y tampoco ha explicado por qué luego lo volvió a poner en las listas electorales. Lo echó en julio de 2021 y tras cuatro meses sin hablarse, el 6 de noviembre retoma el contacto animándoles ante infundios de la prensa. Una especie de “Luis, sé fuerte” que recuerda a Rajoy animando a Bárcenas. ¿Qué sabía Sánchez sobre Ábalos? ¿Por qué lo recoloca en las listas en julio para las elecciones de 2023? ¿Por qué dice que echa de menos trabajar con él? ¿Por qué tiene Koldo en su casa estos mensajes del presidente? ¿Por qué dice Ábalos que si habla puede hacer caer al Gobierno? Ahora descubrimos que Ábalos siguió siendo el ideólogo y el gurú al que Sánchez pedía consejo. Entre esos consejos le dijo que apelara al esfuerzo y la capacidad de los españoles porque eso establecía una conexión emocional muy poderosa. Y vaya si ha seguido el consejo. Nada como un apagón para decirnos lo bien que nos hemos portado. Pero no nos quejemos ni critiquemos, porque como le dijo Ábalos a Sánchez en una frase más clasista que socialista, las críticas son complejo de pobre.