Desterrado en Abu Dhabi desde agosto de 2020, Juan Carlos I ha perdido un sinfín de afectos, a cual mayor, en este tiempo.
Ha tenido que despedirse de la enorme popularidad de la que disfrutó durante la mayoría de su largo reinado (38 años); se ha quedado sin el hilo emocional e institucional que le unía a su hijo, el Rey Felipe VI (“Me dio la espalda por deber”, dice en sus memorias); e incluso ha visto despreciado su legado político conforme se abre paso en la sociedad española una valoración positiva del franquismo, que no es otro que el régimen que Juan Carlos I contribuyó a dejar atrás dando paso a una democracia avanzada.
Hubo un tiempo en que la discusión sobre la Transición se centraba en evaluar los méritos de sus principales protagonistas: Juan Carlos I, Adolfo Suárez, Torcuato Fernández Miranda, Fernando Abril Martorell, Santiago Carrillo… A todos ellos se les reconocía una gran altura de miras que permitió poner fin a una etapa antidemocrática, opresiva, inmovilista y obtusa.
La valoración del franquismo
Hoy, en cambio, esta discusión sobre los méritos del alumbramiento democrático convive con una opinión inesperada: un 16,8% de la población considera que los años de la dictadura franquista fueron “buenos” y un 4,5% opina, de hecho, que fueron “muy buenos”. Es decir, que más de un 20% de los españoles tienen una opinión positiva sobre el franquismo, según la última encuesta del CIS de octubre.
El imparable ascenso de la ultraderecha en España ha venido acompañado de una nueva propaganda, según la cual hay elementos a celebrar de aquella dictadura. Y todo ello ha germinado en una base social que vive completamente alejada de las atrocidades del franquismo por su juventud.

Así que, de pronto, argumentos como el un franquismo aparejado al desarrollo económico y el de un general convertido en héroe militar han ido ganando presencia e imponiéndose a la percepción de un régimen atrasado que reprimía a sus adversarios, que impedía las prácticas democráticas más elementales y que cercenaba todo tipo de libertades.
La democracia es peor
Hay otra pregunta del CIS que inevitablemente causa asombro. “El actual régimen democrático, en general, ¿cree ud. que es mucho mejor, mejor, peor o mucho peor que la dictadura franquista?” Un 74,6% piensa que, en efecto es mejor o mucho mejor. Pero un 17,3% considera lo contrario, que es peor o mucho peor.
Los datos del CIS muestran que ese 17,3% está instalado mayoritariamente en Vox, puesto que un 61% de sus votantes cree que es peor la democracia que la dictadura. También vale la pena fijarse en las edades, puesto que el porcentaje más alto (14,4%) entre quienes creen que es peor la democracia que la dictadura se da en mayoritariamente entre los 18 y los 24 años, que precisamente es la que no vivió el franquismo.


