PSOE y Sumar han tensado al máximo esta semana las costuras de la coalición. La batalla sobre el pago del IRPF por parte de los perceptores del salario mínimo interprofesional ha abierto una brecha entre las dos alas del Ejecutivo que han sido incapaces de cerrar en toda la semana. Si Hacienda no cambia el rumbo, en contra del criterio de Yolanda Díaz tributarán por IRPF el 20% de los perceptores del SMI, cerca de medio millón de trabajadores que cobran el salario mínimo (básicamente, los que no tienen cargas familiares).
María Jesús Montero, desaparecida de la arena pública durante tres días, salió a reforzar sus posiciones. Moncloa ha aguantado la presión estos días, pese a las presiones de Sumar, sus aliados parlamentarios y el PP. También a las dudas de algunos dirigentes, que pasaron a expresar de una forma mucho más discreta desde el miércoles.
El ala socialista reclamó el cierre de filas, y este miércoles la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda ha vuelto a la palestra para obviar la petición de una reunión que allane el terreno para el acuerdo. Para dejar claro que no contempla otro escenario más que el actual: “La competencia tributaria radica en Hacienda. No está en el marco de otros Ministerios”, despachó.
Montero rechazó pronunciarse directamente sobre “cuándo se enteró Yolanda Díaz o no se enteró”, pero después se sumó al razonamiento de otros ministros socialistas, que aseguran que Díaz lleva días vendiendo un desconocimiento de la decisión que no cuadra con la realidad.
Fuera de cámara, desde el ala socialista del Gobierno se le acusa de hacer “teatro”, evidenciando su “desesperación” por sacar cabeza. En público, lo que han hecho ministros como Carlos Cuerpo, titular de Economía, o la propia Montero, es constatar que el escenario de que parte de quienes cobran el SMI tendrán que pagar IRPF con la nueva subida, ya quedó reflejado en el informe del comité de expertos que estimó una horquilla de valores recomendados para su subida.
“La posición de Hacienda era conocida, está en el informe del comité de expertos, donde está Trabajo”; “No tengo ninguna duda de que Yolanda Díaz habrá leído el informe del comité de expertos de la A a la Z”. “No es bueno apuntarse al vaciamiento fiscal del populismo de la derecha que siempre intenta hacer ruido con la bajada de impuestos”, disparó la vicepresidenta primera.
La trampa discursiva está en que el informe de los expertos constataba dónde está el umbral de exención, que Hacienda puede modificar. Y esta decisión política es la que aspiraban a impulsar desde Sumar, como hicieron frente a la anterior subida. Para Montero, subir el SMI en un 61% desde 2018, y haber elevado hasta ahora el umbral de tributación, ya ha sido suficiente. “Si consideremos que el Gobierno persigue que el SMI no sea de subsistencia, sino uno acorde con las necesidades básicas de una familia, entenderán que esto significa también tener derechos y deberes“
Tres voces de Sumar cargando en directo contra Montero en una hora
En la tarde del martes, Moncloa empezó a moverse, siempre fuera de cámara. Se refirieron al “populismo parlamentario” de Sumar por anticipar una ley para forzar este cambio desde el Congreso, y hasta insistieron en que el lunes ya se había abordado conversado sobre esta decisión. Comunicarla en este momento, indicaron, estaba pensado y previsto, en contraste con otras versiones recabadas por Artículo14. Simplemente arguyeron que Díaz se estaba promocionando.
“Es mentira, no sabía nada”. Desde el entorno de Díaz niegan, como ha hecho la vicepresidenta segunda en varias ocasiones hasta hoy, la versión que esgrimen los ministros socialistas. Esa mañana, fuentes de Sumar y algunas del PSOE relatan la sorpresa vivida, el malestar generado tras la decisión de Hacienda de anunciar, con un comunicado, que el debate estaba zanjado. Y que habían impuesto una decisión que, incluso en sus filas, genera críticas.
Esa sorpresa, según dos voces distintas, fue evidente en la reunión preparatoria de la comparecencia de prensa. Hasta horas antes, el ministro Cuerpo posponía públicamente este debate, y en Sumar esgrimían haber logrado un pacto de no agresión con esta materia, posponiendo el debate sin resolver el fondo.
No querían que eclipsara la aprobación de la subida del SMI (un 4,4%, 50 euros), ni la aprobación del anteproyecto de ley de reforma de las leyes de dependencia y discapacidad. Ni el acuerdo sobre el nuevo pacto de Estado contra la violencia machista. Pero Hacienda difundió el comunicado poco antes de que se pusieran bajo los focos.
Una hora antes de la rueda de prensa del Consejo de Ministros, Aina Vidal y Verónica Barbero, las portavoces de los Comunes y de Sumar en el Congreso, comparecían para expresar su enfado. “Evidentemente va a tener que rectificar”. “La ministra Montero debe dejar de influenciarse por los rentistas y poner la atención en las personas que peor lo están pasando”, esgrimió Vidal.
Barbero afirmó que no descartaban registrar su propia proposición de ley para obligar, desde la Cámara Baja, a modificar el umbral de tributación. Poco después, Díaz compareció en rueda de prensa junto a la ministra Pilar Alegría (PSOE), y la polémica escaló.
“Ellos tampoco lo sabían”, sostiene otro miembro de Sumar en el Gobierno, y así lo ha deslizado una fuente de Moncloa. Asentado el golpe de ver retransmitido en directo el discurso de Díaz, y constatado el frente contrario a esta norma, el lado socialista había emprendido la desescalada discursiva, pero sin renunciar a sus argumentos. “Bendito debate, hemos subido tanto el SMI que hay parte de los perceptores que tienen que pagar parte de la subida a Hacienda”, afirmó el ministro Félix Bolaños el viernes.
La intervención de Montero, casi en paralelo a la del ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, vino a constatar lo que expresaban desde el sector socialista del Gobierno. Si Sánchez hubiera querido forzar una rectificación, lo habría hecho ya, esgrimen. En un contexto en el que las polémicas escalan hasta límites insospechados, para desinflarse a gran velocidad, el martes fuentes socialistas avisaron que tocaba dejar tiempo para que el polvo se asentase antes de dar más pasos.
El debate público está perdido, reconocen algunos dirigentes socialistas, y el momento de “hacer pedagogía fiscal” pasó. Pero el trámite de las tres proposiciones de ley en el Congreso -si el Gobierno no aplica el veto presupuestario-, también llevará tiempo. En el ala socialista existe malestar por la actuación de Díaz. Los ministerios funcionan, los puentes siguen transitables, pero creen que ha tensado la cuerda más de la cuenta.
Una salida política “sin hacer más sangre”
El mismo viernes, el ministro de Derechos Sociales, Pablo Bustinduy (Sumar), afirmó en una entrevista en Onda Cero que aún hay “tiempo de sobra” para “reconducir de manera satisfactoria” esta cuestión.
A diferencia de lo que expresaba Díaz menos de 24 horas antes, pidió “distinguir la parte que tiene que ver con los dimes y diretes, quién lo sabía y quién no lo sabía”, del “fondo” de la discusión. La vicepresidenta segunda no compareció.
El grueso de fuentes de Sumar consultadas repetían que tendrá que Montero tendrá que virar. Apuestan por una “pacificación” progresiva del discurso “sin hacer más sangre”, que le suponga “una salida política” sin generarle más heridas. Una de estas voces no tiene tan claro que el PSOE esté dispuesto a enmendarse.
Díaz tiene previsto reaparecer en escena en un acto sobre la jornada laboral, el sábado. El retorno de Montero no sirvió para aplacarles: “Ella se ha metido en el lío. Ella tendrá que solucionarlo”.