Carles Puigdemont y Salvador Illa se verán las caras este martes por la tarde en Bruselas en un inesperado encuentro del que se sabe hora, lugar y fecha, y se sospecha el resto. La entrevista se producirá en la Delegación de la Generalitat en Bruselas mañana a las 16:15 horas después de que el equipo del presidente catalán descolgara el teléfono para agendar una entrevista con el líder de Junts. “Nos sorprendió su iniciativa. Illa se había reunido con todos los expresidents salvo con Puigdemont. Ha cambiado de opinión y, bueno, vamos a escuchar“, dicen en Junts a pocas horas de la cita.
El presidente de la Generalitat se ocupó de hacer una aparición radiofónica en Catalunya Ràdio y TV3 para justificar esta inédita reunión en Bruselas. “Dije que me reuniría con el president Puigdemont cuando tocara y yo creo que ahora toca para enviar un mensaje: en democracia el primer motor es el diálogo”, argumentó.
En Junts, en cambio, el razonamiento era muy distinto de puertas adentro. “Illa ha pasado unos días de verano con Pedro Sánchez en Lanzarote. Sospechamos que trae algún recado de su parte, pero quién sabe”, deslizan prudentemente. Otras fuentes consultadas atribuyen la maniobra al futuro regreso de Puigdemont tras ocho años en Bélgica. “Son maniobras de los socialistas para ir preparando el aterrizaje. Y también son gestos para entretener la crisis de confianza”, dicen en el entorno soberanista.
Objetivo: presupuestos
De la agenda más conocida y sobresaliente no hay pistas. ¿Acaso algo relacionado con la aplicación efectiva de la amnistía para disfrute de Puigdemont? “Difícil. Está en manos del Supremo”. ¿Acaso una aproximación para desatascar los presupuestos en el Parlament de Cataluña y en el Congreso de los Diputados? “En el Parlament no nos necesitan. En el Congreso sí, pero ahora mismo hay poco margen”.

La visión del Gobierno, en cambio, es que la cita de Illa y Puigdemont sí que puede servir para desbrozar el camino de los Presupuestos Generales del Estado. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se comprometió a presentar un proyecto presupuestario este curso político aun sabiendo que la fragilidad parlamentaria que rodea al PSOE puede hacerlos inviables. Y si hay un hueso duro de roer en el Congreso ese es el de Junts, así que Sánchez no ha dudado en poner a sus mejores espadas al trabajo (léase José Luis Rodríguez Zapatero y Salvador Illa).
La foto de Sánchez y Puigdemont
Sánchez está completamente determinado a resistir en Moncloa al menos hasta diciembre de 2026 y así lo ha trasladado a su equipo. Quiere superar en longevidad como presidente del Gobierno a Zapatero y Aznar y, por tanto, ha dado la instrucción de explorar todos los caminos con Puigdemont.
Hay uno, muy simbólico, que le queda por recorrer y es el de fotografiarse con el líder huido para culminar la rehabilitación política que inició el exsecretario de Organización del PSOE, el encarcelado Santos Cerdán, con reuniones en Waterloo al comienzo de la legislatura para pactar la investidura de Sánchez y que hoy continúa Illa con la visita a Bruselas.
En Junts evitaron dar mucha cuerda a esta posibilidad porque desde que estalló el caso Cerdán y encarcelaron al exsecretario de Organización del PSOE tomaron la decisión de abrir distancia con los socialistas. “La reunión de este martes no va a cambiar nada entre Junts y los socialistas. Nada”, aseguran fuentes conocedoras del flujo entre ambos partidos.