Dispuesto a resistir una vez más. Pedro Sánchez arranca este lunes el curso político con una fecha señalada en su agenda: diciembre de 2026. Este es el horizonte que se ha marcado el presidente del Gobierno, según ha trasladado a sus colaboradores en el último mes. Las vacaciones le han servido para hacer control de daños tras el escándalo de corrupción que acabó con el ex secretario del Organización del PSOE, Santos Cerdán, en la cárcel.
Sánchez ve margen para apurar su mandato aún consciente de que los frentes judiciales no van a amainar. Este mes llegará al Tribunal Supremo un nuevo informe de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO) con la información recabada en los registros llevados a cabo antes del verano en la casa del ex ministro de Transportes, José Luis Ábalos, y en las empresas relacionadas con la trama. Asimismo, el juez espera recibir en los próximos días datos sobre el patrimonio de los investigados. El trazado del dinero presuntamente desviado servirá para dirimir si hay indicios de financiación irregular del PSOE.

En Moncloa se han autoconvencido de que lo peor ya ha pasado. La corrupción no escalará es el mantra de la guardia pretoriana de Sánchez. Un círculo cada vez más estrecho, aunque sea el presidente con más ministerios de las últimas cuatro legislaturas. Félix Bolaños, Óscar Puente, Óscar López y María Jesús Montero son los máximos exponentes políticos de un equipo sobre el que se cierne una crisis de gobierno por determinar en fecha y en alcance.
Crisis de gobierno en navidades
Si antes de las vacaciones en los círculos del PSOE se hablaba de un cambio de gabinete en otoño, en estos momentos se impone la idea de que el presidente no moverá ficha hasta navidades salvo giro inesperado. Incluso si las investigaciones abiertas por los contratos de material sanitario durante la pandemia precipitasen la dimisión del titular de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, las fuentes consultadas apuntan a que Sánchez reduciría a su persona los cambios en el gabinete.

El hecho de que haya cinco ministros candidatos para las elecciones autonómicas de 2027 también pesa sobre cuándo acometer una remodelación que sería de gran calado dado que afecta desde la vicepresidenta primera a la portavoz del Gobierno. Hay división de opiniones en el partido sobre si es mejor hacer campaña desde el Ejecutivo o desembarcar en el territorio cuanto antes.
La hemeroteca dicta que a Sánchez le gusta apurar como hizo con Salvador Illa en Cataluña por lo que Óscar López (Madrid), María Jesús Montero (Andalucía), Diana Morán (Valencia), Pilar Alegría (Aragón) y Ángel Víctor Torres (Canarias) seguirán haciendo doblete por el momento.
Más allá de estrategias, hay poco margen para hacer dos remodelaciones antes de las elecciones andaluzas previstas para junio del próximo año, de ahí que Sánchez ignore (hasta el momento) a los que le urgían a hacer una revolución en septiembre de la bancada azul que le permita dar un nuevo impulso a un Gobierno asediado por la corrupción y los casos judiciales que afectan a la esposa y el hermano del presidente.
Fotografía con Puigdemont
El plan de llegar a diciembre de 2026 pasa por sacar adelante los Presupuestos. En ello pondrá todo su empeño el presidente. Aquí es donde entra en juego otra vez Carles Puigdemont. Junts tumbó el último intento de aprobar unas cuentas en el Congreso al vetar la senda de déficit. Ahora el mensaje que han trasladado los independentistas catalanes es que hay margen para negociar. Sobre la mesa están acuerdos pendientes como la transferencia de facto de las competencias en inmigración y una financiación singular para Cataluña.

El interlocutor con Puigdemont sigue siendo José Luis Rodríguez Zapatero y no se designará un nuevo “mediador” tras el encarcelamiento de Cerdán, que encabezaba la delegación oficial de Sánchez en Waterloo. El expresidente ha logrado reconducir la relación de desconfianza con el prófugo al que le ha hecho llegar los planes de Sánchez de resistir en Moncloa.
Zapatero ha dado garantías a Puigdemont de que el caso de Cerdán “quedará en nada” y el ex número tres del PSOE “será rehabilitado”, según fuentes cercanas al líder catalán. Por el contrario, el expresidente socialista, augura un “calvario” judicial al PP por el juicio a la cúpula de Interior del Ejecutivo de Mariano Rajoy.
La estrategia pasa por amarrar a Junts como socio ante los guiños del PP para una moción de censura que descartan de plano los neoconvergentes. Puigdemont está volcado, según su círculo más cercano, en regresar a España este otoño y poner en marcha una sucesión que se le demanda desde su partido.
Más años en Moncloa que Aznar
La primera pantalla es que el Constitucional haga efectiva su amnistía. En el camino está la fotografía pendiente con Sánchez. Moncloa asume que se hará y espera que sea en nuestro país con un Puigdemont ya rehabilitado.
La única certeza hoy es que Sánchez no dará un paso al lado como le pedían incluso en su partido hace apenas un mes. Su intención es quedarse hasta diciembre de 2026, cuando superará en días como presidente a Aznar y Zapatero. Ya ha dejado atrás a Rajoy, Calvo-Sotelo y Suárez. Si su voluntad se cumple, sólo González habrá sido más longevo que él en el cargo salvo que vuelva a presentarse a las elecciones cosa que ahora (a diferencia de hace unos meses) no descarta.