El Gobierno planea reactivar los contactos con sus socios parlamentarios cuando dé inicio el nuevo curso político para tratar de aprobar los primeros Presupuestos Generales del Estado de la legislatura, los del próximo año. Así lo aseguran fuentes del Ejecutivo a este periódico, que precisan que ese contacto es “habitual” toda vez Pedro Sánchez necesita “del apoyo parlamentario” de varias formaciones políticas para sacar adelante su proyecto político.
En su reaparición pública ante los medios de comunicación, la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, aseguró con un “rotundamente sí” que el Gobierno presentará unas nuevas cuentas públicas, al tiempo que defendió que el objetivo de las mismas será reforzar el “bienestar de la mayoría social del conjunto de los ciudadanos”. Otra cosa es que después se lleve a votación en el Congreso de los Diputados sin antes tener atados los votos necesarios.
Durante una comparecencia celebrada en Rota -Cádiz-, Montero evitó concretar cuándo se remitiría al Congreso el techo de gasto ni aclaró si la negociación con los grupos aliados se abordaría antes o después del registro del proyecto. Pese a estas incógnitas, insistió en que las nuevas cuentas reflejarían prioridades como sanidad, educación, dependencia, becas o extinción y prevención de incendios, y contrastó la postura del Gobierno con la, según dijo, del Partido Popular, que atendería “a sectores minoritarios, a élites, a sectores privilegiados”.

El ejercicio actual se ha desarrollado con el Presupuesto prorrogado desde 2023. Montero afirmó que esta circunstancia no había impedido redirigir recursos hacia ámbitos prioritarios, aunque enfatizó la necesidad de aprobar un nuevo proyecto. En ese contexto, defendió que su departamento ya había incrementado “de forma muy importante” los fondos transferidos a las comunidades autónomas para incendios, además de mantener convenios con municipios como Rota afectados por bases militares o promover iniciativas territoriales contra la desigualdad, como el convenio con el Campo de Gibraltar.
Aun así, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha dejado en el aire la aprobación final del Presupuesto. En su intervención desde La Moncloa para hacer balance del curso político, Sánchez renovó el compromiso de presentar unas nuevas cuentas, pese a reconocer lo complicado que resultaría sumar los apoyos necesarios, tras dos ejercicios consecutivos en los que el Ejecutivo no logró aprobar los proyectos para 2024 ni 2025. Incidió, además, en que agotaría los casi dos años de mandato que restan, tanto si conseguía sacar adelante los Presupuestos como si estos naufragaban durante la negociación.
En su balance ya planteó los fondos europeos del mecanismo Next Generation como una suerte de “plan b”. “Los fondos europeos Next Generation son, también, otros Presupuestos”, señaló, en alusión al volumen de transferencias y préstamos extraordinarios desplegados por Bruselas como parte del plan de recuperación tras la pandemia. El jefe del Ejecutivo destacó que España recibió ya cerca de 55.000 millones de euros en transferencias no retornables y celebró el desembolso de 24.137 millones correspondiente al quinto tramo, aunque evitó profundizar en los compromisos pendientes o en los 1.100 millones congelados por Bruselas ante el incumplimiento de algunos hitos.
De cara a la negociación presupuestaria, Sánchez dejó saber que volvería a reunirse con “todos los interlocutores”, incluidos Junts per Catalunya y Carles Puigdemont. Reconoció que el Gobierno iba “muy justo” de plazos y que aún ni siquiera había sido aprobada por el Consejo de Ministros la senda de estabilidad. Las probabilidades de registrar el proyecto antes del 1 de octubre se reducían, pero Moncloa aseguró que se pelearía por conseguirlo. El contexto parlamentario, no obstante, se complicó con el distanciamiento de Podemos, cuyo liderazgo repitió que la legislatura estaba “finiquitada”, y con el voto contrario de Junts al último decreto del Ejecutivo, lo que evidenció la fragilidad de los apoyos.
La vicepresidenta defendió que unas nuevas cuentas son necesarias para “poner de manifiesto cuáles son las prioridades políticas” del Gobierno en el tramo final de la legislatura. En todo caso, el presidente dejó saber que mantiene su voluntad de agotar la legislatura, confiado en que, con o sin Presupuestos nuevos, el “maná europeo” permitiría mantener la agenda política prevista.