La tensión entre Sumar y Podemos se recrudece. En esta ocasión, el motivo fue por el decreto del Gobierno para reforzar el sistema eléctrico y prevenir nuevos apagones. Podemos lo rechazó, lo que provocó la indignación de los de Yolanda Díaz, que les acusaron de ser “parte del problema”. Atrás quedaron los llamamientos al entendimiento de cara a unas elecciones que auguran un batacazo o electoral para el bloque de izquierdas.
Podemos, liderado por Ione Belarra, manifestó su firme rechazo al decreto, al que calificó como “una traición a la ciudadanía” y “una medida favorable a los intereses del oligopolio eléctrico”. Según declaró Belarra, el texto “podría haber sido redactado por Ignacio Sánchez Galán”, presidente de Iberdrola, y no contenía ningún mecanismo efectivo para evitar que se repita un apagón como el registrado el pasado 28 de abril.
Asimismo, criticó la ausencia de sanciones contra las eléctricas por la sobrecarga que provocó aquel incidente, y acusó al Ejecutivo de incluir “por la puerta de atrás” una subvención a una macrogranja catalana para “comprar el voto de Junts”.
Podemos votará no al Real Decreto del apagón porque:
-No previene apagones.
-No impone sanciones por las responsabilidades derivadas del apagón.
-No impone medidas para que no vuelva a pasar.
Una vez más el Gobierno miente y favorece al oligopolio eléctrico.
🎥@ionebelarra pic.twitter.com/jT4J1bVyW3
— Podemos (@PODEMOS) July 22, 2025
Desde Sumar, la respuesta fue contundente. Su portavoz parlamentaria, Verónica Martínez Barbero, acusó a Podemos de adoptar una postura “profundamente partidista” y de alinear su voto con los intereses del “oligopolio eléctrico” y de la “ultraderecha”.
En rueda de prensa, Martínez Barbero sostuvo que la negativa de Podemos a apoyar el decreto reflejaba una falta de compromiso con la transición ecológica y con las clases trabajadoras. “Cuando se trata de avanzar en una transición justa, Podemos es parte del problema”, sentenció.
Martínez Barbero añadió que el decreto cuenta con el respaldo de organizaciones ecologistas y del sector de las energías renovables. En su opinión, si la norma fuera rechazada, los únicos beneficiarios serían “la derecha, la ultraderecha, los retardistas y los negacionistas”. Subrayó que el texto legislativo fomenta el autoconsumo, la soberanía energética, el aire limpio en las ciudades y el abaratamiento de la factura eléctrica, concluyendo que “nosotros nunca vamos a votar en contra de una medida de izquierdas que favorezca a la clase trabajadora”.
“Solo tratan de erosionar al Gobierno progresista”, resumen fuentes de la dirección de Sumar, en relación a los de Belarra. “En vez de ayudar, hacen todo lo contrario. Ellos sabrán”, se lamentan.
También se pronunciaron otros miembros del espacio de Sumar. Gerardo Pisarello, portavoz de los Comunes y secretario primero de la Mesa del Congreso, declaró que, pese a las posibles insuficiencias del decreto, representaba “un paso adelante”. Mostró su esperanza en que se produjeran cambios de postura de cara a la votación, insistiendo en la importancia del respaldo de movimientos ecologistas y sectores industriales. Un extremo que no se produjo.

Desde Compromís, el diputado Alberto Ibáñez, también adscrito al grupo de Sumar, criticó la actitud de Podemos al considerar que estaban actuando por “tacticismo” en una cuestión “sensible para el bolsillo de la gente”. Ibáñez instó a la formación a “hacérselo mirar” y a reconsiderar su voto para evitar lo que definió como “una gran irresponsabilidad”.
Este nuevo enfrentamiento refleja la distancia política entre Sumar y Podemos, ya a micrófono encendido, cosa que los de Yolanda Díaz siempre habían evitado hasta ahora. Las acusaciones cruzadas en el Congreso visibilizan un clima de desconfianza y rivalidad, con implicaciones tanto para la estabilidad del Gobierno de coalición como de cara a una posible coalición electoral cada vez más difícil.