Comisión del Senado

Leire Díez, entre el calculado silencio y el contraataque

La fontanera del PSOE ajustó cuentas con quien quiso y evitó dar detalles relevantes en su paso por el Senado, como sobre el contenido del pendrive que dio a Cerdán

Leire Diez en la comisión de investigación del Senado
Javier Cuadrado

Leire Díez podía acogerse a su derecho a no declarar en la comisión de investigación del Senado al tener una investigación penal abierta por cohecho y tráfico de influencias. Pero no lo hizo. Pero para sorpresa de todos estuvo tres horas respondiendo a las preguntas de los parlamentarios o, más bien, esquivándolas.

Durante su larga intervención, negó que se pusiera en contacto con Koldo García para que no perjudicara a Santos Cerdán -“Lo he visto una vez en el despacho de su abogado”, aseveró- y también desmintió que intentara sobornar al fiscal José Grinda, y anunció que emprendería acciones legales contra él. “Yo nunca he extorsionado a nadie”, dijo.

Si bien, la Fiscalía de Madrid ha solicitado la apertura de otra investigación penal por estos hechos porque considera que sí existió soborno. Ahora un juzgado tiene que valorar si la imputa también por este asunto.

Grinda lleva el caso contra el empresario y socio de Leire Díez, Javier Pérez Dolset, en la Audiencia Nacional y pide que se lo juzgue por un fraude de treinta millones de euros. En su denuncia, relata que un intermediario de Díez le ofreció un “destino en el extranjero y se le resarciría de una demanda civil de contenido económico” a cambio de información sobre Alejandro Luzón, fiscal jefe de Anticorrupción, y el archivo de causas judiciales. Le dijeron que el trato estaba avalado por “altas instituciones del Estado”.

En la misma denuncia de la Fiscalía, incluye un soborno a otro fiscal, a Ignacio Stampa, al que Díez presuntamente también acudió junto a Dolset para pedirle información sobre investigaciones sensibles que conduce el ministerio Público y sobre trapos sucios de algunos funcionarios.

Promoción de sus libros

La presunta fontanera del PSOE se desvinculó al completo del partido reivindicando su función como “periodista”. Según su versión, todas las investigaciones que ha realizado hasta ahora no iban encaminadas a colaborar con el PSOE sino a la redacción de un libro. Aunque aseguró que es tanta la información que tiene que igual publica “hasta tres” ejemplares y que ya tiene editorial, cuyo nombre no quiso desvelar.

En la Cámara Alta, defendió que es un derecho constitucional investigar y no desvelar las fuentes. Pero llegó a jactarse del término “fontanera” asegurando que sirven para “dejar el agua limpia y transparente”. “Prefiero ser fontanera a cloaquera”, llegó a decir.

Reuniones con Cerdán

Díez mantuvo que no colaboró ni estuvo bajo las órdenes de Santos Cerdán, pero sí reconoció hasta tres encuentros en Ferraz con él. Dos reuniones en abril de 2024 para ofrecerle información sobre “el funcionamiento de las cloacas” y otra cuando entregó su carnet de militante del partido. Pero subrayó no tener una relación “política, personal o de colaboración oficiosa” con el ex secretario de Organización socialista ,con el que dice no ha hablado desde su ingreso en prisión.

El momento más tenso de la comparecencia se vivió durante el interrogatorio del senador popular Joaquín Miranda, muy incisivo en sus preguntas. “¿Tiene miedo a alguien del PSOE? ¿Tiene miedo de que apliquen con usted las técnicas que usted aplicaba con el resto?”, le dijo el senador. A lo que contestó: “Por favor, pero qué barbaridad y qué insustancialidad. ¿Usted que se cree que es el PSOE?”.

También evitó contar nada sobre el contenido del pendrive que entregó a Santos Cerdán y que en la actualidad está investigando la Fiscalía.

Por otro lado, evitó hablar de todo lo que tiene que ver con la reunión entre Alejandro Hamlyn, empresario imputado por una trama de hidrocarburos, su abogado Jacobo Teijelo y su socio Javier Pérez Dolset. La grabación del encuentro está siendo investigada en el juzgado de instrucción número 9 de Plaza Castilla como un presunto delito de tráfico de influencias y cohecho. Leire Díez presuntamente buscaba trapos socios sobre el jefe de la UCO, Antonio Balas, a cambio ofrecía a Hamlyn un eventual pacto con la Fiscalía.

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