Hay personas que, cuando inicia una relación, tienen una conexión con su pareja que puede tener un menor o mayor grado de afecto. La psicología reconoce varios estilos de apego. Algunos, lejos de aportar a la relación, pueden generar inseguridades, frustraciones e incluso el efecto contrario, el distanciamiento.
Por ello, entender estas dinámicas del apego y cómo afectan a una relación sentimental es la clave para evitar este tipo de problemas. Conoce cuáles son y realiza una breve autoevaluación para descubrir qué tipo de apego tienes tú.
La teoría y los tipos de apego

La teoría del apego nace en la década de los cincuenta, desarrollada por el psicólogo británico John Bowlby y expandida por Mary Ainsworth. Estos hallaron que las experiencias en los vínculos de la infancia dictan tanto las expectativas como el valor que nos damos en las relaciones amorosas de adultos.
Sus planteamientos son la base del apego según la psicología actual, que identifica uno seguro y otros inseguros, el evitativo y el ansioso.
El apego seguro se desarrolla al haber tenido una niñez basada en la sensibilidad, en la confianza y en la atención. Los adultos con apego seguro están cómodas con la cercanía e intimidad de la pareja, pero también se valoran y tienen autonomía suficiente.
Por el contrato, los estilos de apego inseguros dan pie a relaciones inestables. Por un lado, el apego ansioso nace de una infancia donde ha faltado atención a menudo. Ya en la adultez, esta persona necesita una validación constante, que puede transformarse en celos, demandas constantes y complacencia excesiva.
En esa línea, el apego evitativo responde a una edad temprana cuando no ha habido un cuidador, o era distante a nivel emocional. A esta persona le ha tocado valerse por sí misma y que reprime sus necesidades.
Respecto a la visión de la persona con apego evitativo de una relación sentimental, valora principalmente su independencia. Evitan la excesiva cercanía e intimidad, y son percibidos como adultos fríos y distantes.
Haz este mini-test y descubre tus estilos de apego

Reflexiona y marca las afirmaciones siguientes con las que más te identifiques:
1 Cuando estoy en una relación:
- Me siento cómoda con la cercanía, pero también estoy bien pasando tiempo a solas y haciendo cosas por mi cuenta.
- Me preocupa mucho que mi pareja me quiera lo suficiente o que me pueda abandonar. A menudo busco tranquilidad o validación.
- Valoro mucho mi independencia, y me siento incómoda cuando las cosas se ponen demasiado intensas o íntimas emocionalmente.
2 Durante un conflicto o desacuerdo:
- Puedo expresar mis sentimientos y escuchar los de mi pareja sin sentir que la relación está en peligro.
- Me pongo muy ansiosa, a veces reacciono de forma exagerada y me cuesta regular mis emociones hasta que se resuelve el conflicto.
- Tiendo a retirarme, evitar la discusión. Necesito mucho espacio para calmarme, a veces actuando fría o distante.
3 Sobre la intimidad y vulnerabilidad:
- Me resulta fácil compartir mis pensamientos y sentimientos más profundos con mi pareja.
- A veces comparto todo demasiado rápido, o busco la intimidad de forma urgente para sentirme segura.
- Me cuesta mucho mostrar mi vulnerabilidad. Prefiero resolver mis problemas yo sola.
Si has escogido principalmente la primera opción, es probable que tengas un estilo de apego seguro. Si has escogido más segundas opciones, entonces tu apego es ansioso. Y si has escogido más veces la tercera propuesta, el apego es evitativo.