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Cómo detectar las banderas rojas en una relación

“Si una pareja manifiesta celos de manera desmedida e instala dinámicas restrictivas -como prohibir ver a amistades, salir con cierta ropa, usar redes sociales-, estamos frente a un problema de manipulación y violencia”

Cómo detectar las banderas rojas en una relación
KiloyCuarto

El amor sigue siendo un tema que despierta pasiones y preguntas en todas las generaciones, pero especialmente en quienes están comenzando a explorar sus primeras relaciones. Entre mitos románticos, exigencias sociales y nuevas formas de vincularse, muchos jóvenes buscan un modelo de pareja “ideal” que rara vez existe en la realidad.

¿Existe en realidad un modelo de pareja ideal?

La psicóloga Isidora Pasarin, especialista en relaciones y violencia de género, responde sin titubeos: “Lo ideal está lejos de existir”. Y explica que cada vínculo se construye entre dos personas con historias, expectativas y modos de amar distintos. Por eso, más que aspirar a una perfección inexistente, propone pensar en “una pareja lo suficientemente buena, que sería aquella que me permite amar con libertad, sin ataduras, en un intercambio equitativo donde los problemas y frustraciones pueden aparecer, abriendo espacio para lo imperfecto y, por ende, lo real”.

Beso de amor - Sociedad
Una fotografía de archivo de una pareja dándose un beso.
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Los pilares básicos

En un mar de incertidumbres, hay tres certezas que Pasarin considera innegociables: comunicación, confianza y respeto. “Si podemos comunicarnos con nuestra pareja desde la honestidad y trazar, de manera conjunta, dinámicas importantes para ambas partes, sin invalidarnos emocionalmente y desde el mutuo acuerdo; los desencuentros o dificultades que aparezcan a lo largo del vínculo pueden resolverse”.

A esto se suma un ingrediente clave: el autoconocimiento. Mirarse hacia adentro permite reconocer qué esperamos del amor y cuáles son límites saludables. “La dependencia y el sacrificio hacia los otros son aspectos arraigados en nuestra cultura, sustentados en la idea del amor romántico, una carga que recae con mucha más fuerza en las mujeres”. Romper con esas creencias es un paso fundamental para relaciones más libres y justas.

Las red flags o banderas rojas

No todo vínculo es seguro ni saludable, y las señales de alerta merecen atención. Pasarin recuerda que las red flags pueden detectarse si nos hacemos tres preguntas: “¿Puedo expresar lo que siento con libertad y sin miedo a ser juzgado/a? ¿Puedo confiar en que este vínculo no terminará repentinamente y que puedo proyectarlo en el tiempo? ¿Puedo dar y recibir afecto, atención y cuidados de manera equilibrada?”.

Si las respuestas son negativas, no hay lugar para minimizar. “En una relación donde nos sentimos juzgados, no escuchados, manipulados emocionalmente, al punto de tener que hacer cosas que no nos acomodan para que el otro permanezca, o simplemente invisibilizados en nuestros deseos y necesidades, difícilmente puede crecer algo favorable y seguro”.

Discutir no es el problema

Las peleas existen y no siempre significan que la relación está condenada. Lo crucial es cómo se gestionan. Pasarin recomienda dos claves: “Regular nuestras emociones” y “escucharse mutuamente”. Tomar distancia del enojo para no agredir y abrir un diálogo consciente puede transformar una crisis en oportunidad de crecimiento. “Es importante recordar que lo que la pareja siente y piensa es tan valioso como lo que nos ocurre a nosotros”.

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Una joven pareja de viajeros
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Celos: emoción o violencia

Otro tema sensible son los celos. Para Pasarin, demonizarlos no ayuda, porque forman parte de la experiencia humana. Lo importante es su expresión. “Si una pareja manifiesta celos de manera desmedida e instala dinámicas restrictivas -como prohibir ver a amistades, salir con cierta ropa, usar redes sociales-, estamos frente a un problema de manipulación y violencia”. En cambio, si se expresan de manera no violenta y se buscan soluciones conjuntas, es posible manejarlos sin dañar la libertad del otro.

La deuda con los más jóvenes

La psicóloga insiste en que este manual es vital para las nuevas generaciones, muchas veces expuestas a modelos irreales del amor. “En los jóvenes, la pareja o el interés romántico suele vivirse de manera altamente idealizada”. El cine, las series y las redes sociales perpetúan mitos como la media naranja o la idea de que “el amor todo lo puede”.

Ese imaginario romántico puede ser peligroso, porque refuerza la entrega absoluta y la tolerancia al dolor en nombre del amor. “Estamos en deuda con los y las jóvenes en garantizar educación afectiva y sexual libre de sesgos y estereotipos de género, ya que es algo que nos compete como sociedad”.

Un amor imperfecto, pero real

El manual que propone Isidora Pasarin no dicta reglas rígidas, sino que abre un horizonte más humano: aprender a amar desde la libertad, la comunicación y el respeto, reconociendo lo imperfecto como parte esencial de lo real. Lejos de los cuentos de hadas, se trata de construir vínculos donde ambas partes puedan crecer sin miedo, con confianza y con espacio para equivocarse.

 

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