Guía para crear tu propio banco de leche materna

Montar tu propio banco de leche materna es una forma de cuidar de tu bebé incluso cuando no puedes estar junto a él

Lactancia prolongada
Una madre dando el pecho a su hijo
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La leche materna es, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el alimento más completo para un bebé. Aporta todos los nutrientes necesarios, fortalece su sistema inmunológico y crea un vínculo emocional único entre madre e hijo. Sin embargo, no siempre es posible amamantar directamente: la vuelta al trabajo, la ingurgitación mamaria o una separación temporal pueden dificultar la lactancia continua. En esos casos, crear un banco de leche materna en casa se convierte en una excelente solución.

Esta práctica, cada vez más extendida entre las madres lactantes, permite almacenar y conservar la leche para ofrecerla al bebé más adelante, garantizando que reciba todos sus beneficios incluso cuando la madre no esté presente. Pero hacerlo correctamente requiere seguir unas pautas precisas de higiene, extracción y conservación.

Primer paso: la extracción

Antes de empezar, es fundamental extremar la limpieza. Lávate bien las manos con agua y jabón y asegúrate de que los recipientes que vas a usar estén completamente limpios. Lo ideal es esterilizarlos previamente para evitar la contaminación bacteriana. No es necesario lavar el pecho de manera especial: la ducha diaria es suficiente.

La leche se puede extraer manualmente o con un sacaleches, eléctrico o manual, según la comodidad de cada madre. Una vez realizada la extracción, cierra herméticamente el envase y anota la fecha y la hora. Este detalle es clave para controlar el orden de consumo, ya que la leche más antigua debe utilizarse primero.

Cómo conservar la leche en casa

Tras la extracción, la leche debe guardarse inmediatamente en el frigorífico. Los expertos recomiendan colocar los envases en el fondo del refrigerador, nunca en la puerta, ya que las variaciones de temperatura pueden alterar su conservación.

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Una vez fría, la leche puede congelarse para prolongar su vida útil. Si has recogido grandes cantidades, conviene dividirla en porciones pequeñas —de entre 50 y 100 ml—, suficientes para una toma. Así evitarás desperdiciar leche descongelada, que no debe volver a congelarse bajo ningún concepto.

Si realizas varias extracciones en un mismo día, puedes mezclar la leche siempre que ambas porciones estén a la misma temperatura. De lo contrario, espera a que se enfríen antes de juntarlas. En ese caso, el envase debe llevar la fecha más antigua de las extracciones.

Conservación y tiempos de almacenamiento

Uno de los aspectos más importantes de un banco de leche casero es conocer los tiempos de conservación según la temperatura. A continuación, una guía orientativa:

  • A temperatura ambiente: hasta 6 horas (menos en verano o en ambientes calurosos).
  • En el frigorífico (4 ºC): entre 48 y 72 horas.
  • En congelador dentro del frigorífico: unas 2 semanas.
  • En congelador independiente: hasta 6 meses a -18 ºC.
  • En congelador industrial: puede conservarse hasta un año.

La leche descongelada debe guardarse en la nevera y consumirse en 24 horas. Si se calienta al baño maría o a temperatura ambiente, ha de ofrecerse de inmediato; si sobra, debe desecharse.

Y si trabajas fuera de casa…

Cada vez más madres se extraen leche durante su jornada laboral. En esos casos, basta con seguir las mismas normas de higiene y conservación. Si tu empresa cuenta con frigorífico, guárdala allí; si no, utiliza una nevera isotérmica con acumuladores de frío. Al llegar a casa, podrás trasladarla al refrigerador o congelarla directamente.

Bancos de leche: la solidaridad también cuenta

Además del almacenamiento personal, existen los bancos de leche materna, centros especializados que recogen, procesan y distribuyen leche donada a bebés que la necesitan, especialmente prematuros o recién nacidos enfermos. La donación es voluntaria y gratuita, y constituye un gesto solidario con un impacto enorme en la salud infantil.

Una reserva de vida

Montar tu propio banco de leche materna es una forma de cuidar de tu bebé incluso cuando no puedes estar junto a él. Con organización y siguiendo unas sencillas pautas, podrás garantizarle siempre el alimento más natural, nutritivo y valioso que existe.

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