Volver a dar el pecho no es una decisión tomada a la ligera ni caprichosa. La relactación es un proceso fisiológicamente complejo, que permite a una persona que ha amamantado previamente restablecer una producción de leche materna suficiente para alimentar a su bebé.
Se da en mujeres que han amamantado previamente, y en las que no también. Requiere mucha paciencia y un fuerte compromiso, y se lleva a cabo en la mayoría de ocasiones por necesidad.
Las hormonas clave en la relactación

Para volver a producir leche materna y tener éxito en la relactación, la clave reside en la estimulación eficaz de los senos y en su respuesta hormonal.
Primeramente, entra en juego la prolactina. Esta es la hormona responsable de la producción de leche, por lo que el objetivo es reactivar sus receptores en las células productoras de leche (los alveolos).
Con el fin de lograrlo, se debe realizar una estimulación consistente y frecuente, mediante la succión del bebé o de los extractores de leche recomendados por los médicos. La AEPED (Asociación Española de Pediatría) recomienda una frecuencia de 8 a 12 estimulaciones al día, el patrón habitual de un recién nacido.
La otra hormona crucial en este proceso es la oxitocina, conocida como “hormona del amor”. La interacción con el bebé, o incluso directamente pensar en él, libera una gran cantidad de oxitocina. Esto causa la contracción de las células alrededor de los alveolos, facilitando la bajada de leche hacia los conductos.
El contacto piel con piel en un entorno tranquilo optimiza la liberación de oxitocina, y por tanto, de la leche materna, según la AEPED.
Técnicas y apoyo profesional para volver a producir leche materna

La relactación requiere, en muchas ocasiones, de la implementación de técnicas específicas para involucrar al bebé.
El uso del Suplementador de Destete Asistido (SDA) motiva al bebé a succionar un seno que todavía no produce la suficiente cantidad de leche. Este pequeño recipiente con leche (materna o fórmula) se conecta a una sonda muy fina, adherida al pecho de la madre.
Este utensilio nutre al bebé, quien recibe un flujo constante de leche. Y a su vez, estimula el pecho de la madre con su succión. De este modo, se estimula la producción de la suficiente cantidad de leche materna, indica la AEPED.
En otras situaciones, también se recurre al apoyo farmacológico. Especialmente, en situaciones de baja producción o habiendo pasado mucho tiempo desde la última lactancia.
Tras consultar al correspondiente profesional de la salud, es posible que este considere el uso de los medicamentos conocidos como galactogogos. Estos aumentan la liberación de la prolactina, a través de la inhibición de la dopamina.
Es importante tener presente que estos medicamentos no sustituyen la estimulación, y sólo deben ser usados bajo aprobación y supervisión médica. Un mal uso puede limitar su eficacia e incluso provocar riesgos y efectos secundarios.
Sin duda, la relactación es un proceso que exige perseverancia y paciencia, el cual debe ser seguido bajo supervisión profesional.