DUELO PERINATAL

Elizabeth Castro, psicóloga perinatal: “El duelo perinatal es una experiencia tan dolorosa como invisible”

Una psicóloga habla acerca del duelo perinatal, y del "vaso vacío", en el Día Internacional del Duelo Gestacional, Perinatal y Neonatal

Duelo perinatal
Una mujer embarazada en la oscuridad
iStock

Hoy, día 15 de octubre, se celebra el Día Internacional del Duelo Gestacional, Perinatal y Neonatal. Este conmemora y conciencia sobre uno de los procesos de duelos más complejos de todos, en el cual se pierde mucho más que una vida.

Hemos hablado con una psicóloga perinatal, quien nos explica en qué consiste exactamente este tipo de duelo, su invisibilización en la sociedad y cómo se trata con él a nivel profesional.

Qué es el dolor perinatal, explicado por una psicóloga perinatal

La psicóloga perinatal Elizabeth Castro habla del duelo perinatal

Como psicóloga perinatal, Elizabeth Castro ha tenido que tratar más de un caso relacionado con esta situación.

La experta, fundadora del proyecto Nutrir en amorcree que lo más difícil del duelo perinatal es que es “profundamente invisible, un tema del que no se habla”.

Cuando un bebé no ha llegado a nacer con vida, o la perdido a las pocas horas o días, “la reacción social es muy diferente”, afirma, llegando a invalidar el dolor que se sufre. Frases como “ya tendrás otro” o “mejor ahora que después” son demasiado comunes, lamenta Elizabeth.

“Es una de las experiencias más dolorosas y, al mismo tiempo, más invisibles que puede atravesar una mujer”, defiende la psicóloga. Al final, desde el momento del embarazo, la mente humana empieza a construir toda una historia con el bebé en camino. Con su pérdida, se esfuma toda esa historia, e incluso “una parte de una misma”.

Elizabeth Castro: “Es importante hablar y visibilizar este dolor”

Dolor perinatal
Una embarazada toca su tripa

Castro recuerda que un embarazo “no es solo un proceso físico”. Ella pone en valor el microquimerismo fetal, el intercambio de células entre la madre y el bebé. 

La ciencia ha llegado a demostrar que estas células del bebé que recibe la madre, aunque no llegue a nacer, se quedan con ella para siempre. El cuerpo guarda un registro de esa vida que creció en él. Por eso el duelo perinatal duele tanto, aunque no se le dé importancia en la sociedad.

También por ello muchas mujeres que han tenido este tipo de pérdidas, incluso décadas después, recuerdan el día e incluso la hora y cómo sucedió. Elizabeth lo ha podido comprobar en pacientes, en conocidas y en su propia familia.

Su propia madre tuvo una pérdida antes de su nacimiento. Este hecho, asegura, es hizo entender “lo importante que es hablar y visibilizar este dolor, este duelo”. 

El “vaso vacío” y el acompañamiento en este duro proceso

Mujer embarazada
Una mujer embarazada
Unsplash

La psicóloga comparte un caso de una joven adolescente, que hacia el final de su primer embarazo, perdió a su bebé y casi pierde la vida ella misma. Años después, se volvió a quedar embaraza y perdió a otro bebé.

Ella empezó a pensar que “había algo mal en su cuerpo”,  y juntas descubrieron que todavía no había sido capaz de afrontar el duelo de su primer hijo. Elizabeth se dio cuenta de que esta mujer necesitaba hablar de la experiencia, de ser reconocida como madre, aunque su hijo hubiera nacido sin vida.

A día de hoy, esa mujer está embarazada de nuevo, y trabaja sus miedos con la psicóloga “con calma, amor y paciencia”, como ella misma describe.

Esta mujer vivió la desgarradora sensación del vaso vacío, o brazos vacíos, como lo llama Castro. Es ese sentimiento cuando, a nivel fisiológico y mental de la madre, y en la realidad externa, se producen el silencio y el vacío al perder un bebé. La cuna y la ropita no tienen dueño, y los brazos de la madre no tienen un bebé que sostener.

Muchas pacientes llegan con ese vacío a su consulta, a menudo provocado por una sociedad que no les cree madres y minimiza su dolor. La psicóloga cree que este es el motivo de la importancia de dar visibilidad a este dolor, dejando un lugar al duelo perinatal “sin prisa, sin comparaciones y sin la exigencia de ser fuertes siempre”.

Elizabeth insiste en escuchar a las madres que han perdido a su hijo y acompañarles en el proceso. Como ella misma concluye: “El duelo perinatal nos recuerda que la maternidad también tiene un rostro doloroso, y que ese rostro merece ser acompañado con respeto, compasión y amor“.

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