Las fiestas navideñas suelen venir acompañadas de numerosas comidas y cenas especiales. Existe un disfrute de la compañía y de la comida, pero también un contrapunto oscuro, causado por el estrés de las comilonas y el dejar de comer sano en Navidad.
Por este motivo, es importante trabajar en una relación sana con la alimentación, para así sobrevivir a la acumulación de los dulces y de los atracones navideños sin sentirse mal física y mentalmente.
Alimentación consciente para superar los atracones
En estas fechas, la comida sirve como vehículo de la celebración navideña y de las reuniones sociales. En sí, no es un problema, pero sí lo son los extremos. Hay quien se priva de todo, para luego “darlo todo” en estas comidas y cenas.
Estos dos polos opuestos terminan afectando a la salud metabólica y a la mental. Por ello, hay que cambiar un poco la perspectiva, para que nuestras navidades dejen de seguir este ciclo sin fin.
Un buen primer paso para conseguirlo es lo que algunos expertos definen como alimentación consciente. Es decir, en escuchar al cuerpo y sus señales, y distinguir del hambre real y el “hambre emocional”, sin impulsos excesivos.
Esta idea la defiende la doctora Jan Chozen Bays, en su obra Comer atentos. Y si bien se puede aplicar a la vida diaria, es importante al menos ser conscientes de lo que comemos en fechas donde se acumulan diversos atracones, como en estas semanas entre Navidad y Reyes.
Estrategias para comer sano en Navidad
Para poder comer sano en Navidad, en todos los sentidos, se pueden seguir algunas de las “técnicas” recomendadas por la doctora.
Para empezar, es importante no llegar con mucha hambre a las comidas y cenas navideñas. Esto puede provocar comer hasta reventar, de manera rápida y excesiva. Es lógico no acudir habiendo comido hace poco, pero no es necesario llegar hambrientos.
Asimismo, recuerda que puedes comer de todo y sin remordimientos. Pero prioriza la calidad sobre cantidad. Es decir, prueba todo si quieres, pero repite sólo lo que realmente te apetezca, y trata de no comer de más.
Ten presente también que debes mantenerte hidratado o hidratada. Las bebidas alcohólicas y las azucaradas pueden formar parte de tus eventos, pero recuerda no abusar de ellas e incluso alternarlas con agua para no perder hidratación.
No olvides tampoco las verduras y otros alimentos ricos en nutrientes como la fibra. Teniendo en cuenta los picos de glucosa, los alimentos altos en grasa y la dificultosa digestión en estas fechas, los macronutrientes pueden ser tus aliados contra estos.
Lo importante, al fin y al cabo, es no llegar a ningún extremo. Un par de cenas o comidas no van a arruinar tu imagen corporal o tu salud, pero comer conscientemente y con estrategias favorables ayudarán a evitar castigos mentales y estrés innecesarios.
Disfruta mucho en estas semanas, pero con la consciencia y la moderación pertinentes. Ni tiras tu peso por la borda, ni quedas mal con los demás por no comer hasta reventar.
No pienses en compensaciones ni en lo que pasará en enero. Confía en tu cuerpo y sus sistemas, y mantén una relación sana con la comida en estas fechas.