Las señales de que hay que llevar a tu hijo al logopeda

Uno de cada 14 niños tiene síntomas de algún trastorno de lenguaje

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Para desarrollar un lenguaje una persona debe ser capaz de oír, ver, entender y recordar, según explica MedlinePlus, el servicio de información en línea provisto por la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos. La mayoría de los bebés comienzan a desarrollar el lenguaje desde el nacimiento, pero uno de cada 14 niños tiene síntomas de algún trastorno de lenguaje.

Se ha de estar atento a posibles problemas con las habilidades comunicativo-lingüísticas desde edades tempranas entre 18-24 meses y pueden incluir dificultad para comunicarse de manera verbal y/o no verbal, entender lo que otras personas han dicho, problemas con seguir instrucciones y para organizar sus pensamientos entre otras variables..

Es por eso que Ana Alás Rupérez logopeda coordinadora de la Unidad de Logopedia y Foniatría del Hospital Quirónsalud San José recomienda ir a un logopeda en ciertas circunstancias. “Hay que desterrar afirmaciones como ‘esperar’, ‘ya hablará, o ‘aún es pequeño, tranquilo’, que se escuchan de forma habitual en la consulta y que no son correctas en la mayoría de los casos”, indica.

Indicios para llevar a un niño al logopeda

La especialista recomienda acudir al logopeda cuando el niño presenta dificultades que no corresponden a su edad, como no gesticular, no socializar, tener problemas de comprensión, dificultades para expresarse o no hablar como los demás.

Dentro de los seis meses

Las señales de alarma más tempranas son la ausencia de llanto habitual, de sonrisa social o de balbuceo. Lo normal en esta etapa es que el bebé emita distintos llantos según sus necesidades, se relaje con la voz de su madre, muestre interés por los rostros y comience con las primeras vocalizaciones.

Dentro del primer año

Si el bebé solo se expresa mediante vocales, no responde a juegos como el cucú-tras ni participa en intercambios verbales sencillos, conviene consultar con un especialista. Entre los 6 y los 12 meses, lo esperable es que repita sílabas como “ma-ma” o “pa-pa” y comprenda gestos como “adiós”.

Dentro del año y medio

De los 12 a los 18 meses, los niños deberían pronunciar al menos tres palabras con un propósito definido, señalar objetos o partes del cuerpo y aprender nuevo vocabulario. Si no dicen esas primeras palabras, olvidan habilidades adquiridas o no señalan, es motivo de alerta.

Hasta los dos años

La doctora Alás explica que de los 18 a los 24 meses “los niños ya comienzan a manejar unas 25-50 palabras, con combinaciones de dos, y se inician en la sintaxis. Son capaces de seguir una orden simple y reconocen su nombre”. Si no dicen “mamá”, no nombran a personas cercanas ni siguen instrucciones sencillas, hay que consultar con un logopeda.

Entre dos y tres años

En esta etapa se produce una verdadera explosión del lenguaje: el niño debe construir frases de tres palabras, comprender órdenes verbales más complejas y empezar a formular preguntas. La señal de alarma es no usar frases de dos palabras y/o entender instrucciones de dos pasos, usar menos de 50 palabras y/o presentar una inteligibilidad del habla muy baja (que se les entienda muy mal lo que dicen).

Hasta los cuatro años

A esta edad los pequeños deberían ampliar su vocabulario, construir frases largas con cuatro palabras y hacerse entender por los demás. Si otras personas no comprenden lo que dicen, no amplían vocabulario o no entienden órdenes de tres pasos, o su habla es poco entendible es recomendable acudir al especialista.

Entre los cinco y seis años

En este periodo el niño ya debería relatar experiencias propias, expresarse con claridad y usar frases complejas. “Si el niño no entiende lo que se le dice, es incapaz de contar historias y no utiliza frases de cuatro palabras, hay que considerarlo un signo de alarma”, advierte Alás.

Hasta los seis años

Con un desarrollo normal, a esta edad el niño comprende conversaciones, utiliza oraciones complejas y relata experiencias con claridad. Si no comprende lo que se le dice ni se le entiende al hablar, o presenta problemas de pronunciación o retraso en las habilidades iniciales del aprendizaje de la lectura y la escritura es fundamental consultar con los expertos.

La importancia del diagnóstico de un logopeda

El desarrollo del lenguaje es un proceso continuo que comienza al nacer y mantiene su mayor plasticidad hasta los seis años. “La adquisición del lenguaje es un continuo encadenado; por tanto, si se ocasiona un retraso y no se actúa, el resto de los procesos se verán inevitablemente alterados”, explica la experta.

Por ello, visitar a un logopeda a tiempo resulta crucial. “A medida que los niños van creciendo, las dificultades a las que se enfrentan son cada vez mayores, no solo en la comunicación, sino también en la socialización, el desarrollo emocional y el aprendizaje escolar”, concluye la especialista.

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