Momentos de euforia, pero también de máxima tensión y expectativa. Tras el acuerdo firmado entre Israel y Hamás en Egipto con mediación árabe y estadounidense, todas las miradas se centran en el cumplimiento de los pasos del plan de paz, que prevé la retirada gradual del ejército israelí de Gaza, el desarme de Hamás, la devolución de los rehenes, la entrada masiva de ayuda humanitaria y la creación de un gobierno transitorio en el enclave palestino.
Este jueves, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) ya dieron la orden a sus soldados para empezar a desmantelar sus bases y posiciones en la franja. Además, preparan toda la logística para recibir a los 20 rehenes vivos al otro lado de la frontera, donde se establecerán centros de acogida, con asistencia médica y psicológica, para recibir a cautivos que llegarán en un estado muy delicado.

Tras la aceptación del plan por parte del gabinete israelí -con la reticencia de los aliados de extrema derecha de Netanyahu-, las FDI deberían completar su retirada a la línea acordada en 24 horas. Por ahora, retendrán el control del 53% del territorio de la franja, hasta que en la fase final del plan se retiren hasta el perímetro fronterizo, donde permanecerán en una franja de seguridad.
Localizar a los muertos
En un plazo de 72 horas, Hamás debería entregar a los 20 rehenes en vida, aunque el grupo islamista ya avisó que tendría problemas logísticos para localizar a los muertos, muchos de los cuales yacen bajo los escombros. Según informó la radio Kan11, algunos miembros de Hamás que tenían ubicados los cadáveres de los cautivos israelíes fueron liquidados durante la guerra. Para intentar encontrarlos, los islamistas cooperan con la inteligencia israelí y los países árabes mediadores.

Los rehenes vivos serán entregados a representantes de la Cruz Roja en la Franja de Gaza, sin ningún tipo de ceremonia pública. En Israel indignaron las escenas en que rehenes vivos y muertos -como la familia Bibas-, fueron devueltos bajo obligación de agradecer el supuesto buen trato recibido en los túneles. La Cruz Roja entregará dentro de territorio gazatí a los rehenes, en las posiciones que mantendrán las FDI.
Los más graves al hospital de Beer Sheva
Cuando los cautivos estén en manos israelíes, serán trasladados a hospitales en el centro del país en helicóptero, donde se encontrarán con sus familias y se les harán exámenes exhaustivos. Los que estén en estado más grave serán transportados directamente a un hospital de Beer Sheva, en el desierto del Negev.

Los primeros cadáveres de rehenes también serán recibidos por las FDI dentro de Gaza, donde un rabino militar llevará a cabo una breve ceremonia simbólica. Los restos mortales serán chequeados por especialistas en explosivos por “motivos de seguridad”. Posteriormente, serán trasportados a un instituto forense en Tel Aviv para su debida identificación, que podría tomar dos días.
Para la doctora Einat Yehene, psicóloga especializada en rehabilitación, es ideal que todos los rehenes sean liberados simultáneamente, para evitar la carga emocional que produce la liberación gradual para los rehenes restantes y sus familias. La experta explicó en un Xoom con periodistas que primero se les hará una evaluación médica rápida, luego se chequeará su estado nutricional, se les separará según la gravedad de cada caso, y se controlaran posibles infecciones.

Los problemas de salud que tendrán los rehenes
Muchos rehenes podrían presentar atrofia muscular severa, pérdida extrema de peso, déficits nutricionales crónicos, o daños internos no evidentes. Para la recuperación, es probable que la hospitalización no sea breve. Yehene advierte que quienes han estado más tiempo en cautiverio requerirán rehabilitación más prolongada que los liberados en fases anteriores.
De cara a su rehabilitación, la psicóloga israelí explica que requerirán fisioterapia y terapia ocupacional, terapia cognitiva de memoria, prácticas para volver a hablar, apoyo psiquiátrico, integración progresiva en el entorno familiar y social o espacios controlados para comunicarse en público. “Se busca proteger la intimidad y evitar que se les presione a hablar de su experiencia antes de estar listos”, matiza.

El proceso de retorno no solo incluye la parte física, sino un proceso complejo “de múltiples fases y riesgo”. No solo se trata de devolver a seres humanos a su hogar, sino de “restaurar capacidades físicas, cognitivas y emocionales, con énfasis en el respeto hacia quienes regresan. Sólo así podrá mitigarse el enorme sufrimiento acumulado y ofrecer una posibilidad de reconstrucción personal y social”.