Durante los meses de confinamiento por la pandemia del coronavirus, muchos artistas compartieron con sus seguidores momentos cotidianos desde sus casas. Uno de ellos fue Pablo Alborán, quien se refugió junto a sus padres en una vivienda situada en Benalmádena (Málaga), la ciudad que lo vio nacer.
Desde allí, abrió una ventana virtual a su vida personal a través de su perfil de Instagram, mostrando fragmentos de su día a día y rincones de un hogar lleno de calidez, luz natural y, por supuesto, música.