¿Cuándo aparecerá el próximo cometa tras el paso de 3I/ATLAS y qué podemos esperar de él?

Nuevos proyectos como el Comet Interceptor y el Nancy Grace podrían detectar entre cinco y cincuenta objetos similares en la próxima década

Cometas brillantes - Sociedad
Una imagen simbólica de los dos cometas en el firmamento.
Artículo14/ Krea

El misterio del espacio vuelve a mirarnos desde la distancia. Tras el reciente paso del cometa 3I/ATLAS, la comunidad científica se pregunta cuándo volveremos a presenciar un visitante semejante. Un cuerpo celeste llegado desde los confines interestelares, ajeno al Sistema Solar, que nos recuerde lo pequeños que somos dentro de la vastedad cósmica. Sin embargo, la respuesta, al menos por ahora, sigue envuelta en la incertidumbre. Nadie sabe cuándo aparecerá el próximo cometa de estas características. Pero sí hay motivos fundados para pensar que no tardará tanto como antes.

Un visitante que vino de otro sol

El cometa 3I/ATLAS no es un cometa cualquiera. Fue detectado por primera vez en 2025 por el sistema de vigilancia ATLAS (Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System) en Hawái. Y pronto se confirmó que su órbita era hiperbólica, es decir, abierta. Lo que implicaba que no estaba ligado al Sol. Su velocidad y trayectoria demostraban que procedía del espacio interestelar, del mismo modo que lo hicieron antes el célebre 1I/Oumuamua en 2017 y el 2I/Borisov en 2019.

A diferencia de Oumuamua, que parecía un objeto rocoso sin cola visible, el cometa 3I/ATLAS sí mostró una actividad cometaria clara: emisión de gases, una tenue coma y una estructura que recordaba a los cometas más tradicionales del Sistema Solar. Pero las semejanzas se detienen ahí. Las observaciones espectroscópicas, especialmente las realizadas por el telescopio James Webb, revelaron que su proporción de dióxido de carbono era mucho mayor de lo habitual —ocho veces superior al agua—, lo que lo convertía en un objeto químicamente atípico y, por tanto, enormemente valioso para la astronomía moderna.

Cometa 3I/ATLAS - Sociedad
Una imagen de la captura del cometa 3I/ATLAS.
NASA Ciencia

Su estudio no solo confirmó su naturaleza exótica, sino que también permitió inferir parte de su historia. La superficie del cometa 3I/ATLAS parece haber sido bombardeada por radiación cósmica durante miles de millones de años, hasta formar una costra sólida de decenas de metros que alteró su composición original. Eso sugiere que viaja por el espacio desde tiempos remotos, quizás desde el nacimiento de su sistema estelar —uno que probablemente ya ni siquiera exista.

Por qué no sabemos cuándo llegará el siguiente

Pese al interés que despiertan estos visitantes, su detección sigue siendo una cuestión de suerte y tecnología. Los objetos interestelares cruzan nuestro Sistema Solar a velocidades enormes y, por lo general, sin previo aviso. Cuando finalmente son descubiertos, suelen estar ya demasiado cerca del Sol como para ser observados durante mucho tiempo.

El problema es que nuestros instrumentos aún no cubren de forma continua todo el cielo profundo con la sensibilidad necesaria. Los sistemas de vigilancia actuales, como el propio ATLAS, fueron diseñados principalmente para detectar asteroides cercanos a la Tierra, no cuerpos oscuros que viajan desde otros sistemas estelares. Por eso, hasta ahora solo hemos podido detectar tres objetos de este tipo en toda la historia moderna de la astronomía, y siempre de manera tardía.

Cometa 3I/ATLAS - Sociedad
El misterio del cometa 3I/ATLAS.
International Gemini Observatory

Esto significa que nadie puede predecir la llegada del próximo visitante interestelar. Ni siquiera los modelos más avanzados permiten establecer una fecha probable. Sin embargo, la buena noticia es que la tecnología está a punto de cambiar ese panorama por completo.

La nueva generación de telescopios que mirarán más allá

Gracias a los nuevos instrumentos que se están preparando, los astrónomos confían en multiplicar las detecciones de cuerpos como el cometa 3I/ATLAS en los próximos años. Dos nombres destacan entre los proyectos que prometen revolucionar la observación del cielo: el Nancy Grace Roman Space Telescope, de la NASA, y el Comet Interceptor, una misión conjunta de la Agencia Espacial Europea (ESA) y la japonesa JAXA.

El telescopio Roman, previsto para lanzarse en 2027, tendrá un campo de visión mucho mayor que el del Hubble y podrá rastrear grandes extensiones del cielo con una sensibilidad sin precedentes. Detectará objetos lejanos y débiles, incluidos aquellos que viajen a velocidades y trayectorias anómalas, como los visitantes interestelares.

Cometa 3I/ATLAS - Sociedad
Una imagen simbólica de la caída del cometa sobre la Tierra.
Artículo 14/ Krea

Por su parte, el Comet Interceptor representa un salto cualitativo: su misión será esperar en el espacio, en un punto estable del sistema Tierra-Sol, hasta que se detecte un nuevo cometa o cuerpo interestelar en ruta hacia el Sistema Solar. En ese momento, se lanzará hacia el objetivo para interceptarlo y analizarlo de cerca. Será la primera vez en la historia que una sonda esté lista para encontrarse con un cometa desconocido antes de su paso cercano.

Estas misiones marcan un cambio de paradigma. Ya no se tratará de esperar a que un visitante como el cometa 3I/ATLASnos sorprenda, sino de salir a su encuentro con los instrumentos preparados.

Entre cinco y cincuenta visitantes en la próxima década

Las estimaciones más optimistas indican que los programas de sondeo de nueva generación podrían descubrir entre cinco y cincuenta objetos interestelares en los próximos diez años. Aunque el rango es amplio, bastarían unas pocas detecciones adicionales para confirmar muchas de las teorías actuales sobre la formación planetaria fuera del Sistema Solar.

Cada uno de estos objetos representa una cápsula del tiempo. Fragmentos de otros sistemas estelares expulsados por fuerzas gravitatorias o colisiones primordiales, que viajan durante eones hasta cruzar nuestro cielo por un instante. El cometa 3I/ATLAS nos mostró que incluso después de miles de millones de años, aún pueden conservar rastros de su composición original, pistas químicas sobre mundos lejanos que nunca conoceremos.

Cometa 3I/ATLAS - Sociedad
Una imagen ampliada del misterioso cometa interestelar.
Archivo

Así que, aunque no podemos marcar una fecha en el calendario para el próximo cometa interestelar, sí podemos afirmar que el siguiente podría aparecer mucho antes de lo que imaginamos. Y esta vez, gracias a las misiones que ya vigilan el horizonte, tal vez estemos preparados para recibirlo.

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