Han pasado más de seis años desde que el cuerpo de Miriam Vallejo fue hallado en un descampado de Meco con signos de extrema violencia. La joven, de 25 años, fue asesinada la noche del 16 de enero de 2019 mientras paseaba a sus perros. Recibió 89 puñaladas y murió desangrada, en uno de los crímenes más crueles y desconcertantes de la historia reciente en España.
Ahora, la Guardia Civil ha decidido reabrir el caso con una nueva reconstrucción de los hechos en el mismo lugar del crimen. Una decisión que marca un giro inesperado en la investigación del asesinato de Miriam Vallejo.
Un caso sin resolver que nunca dejó de doler
Desde el inicio, el caso de Miriam Vallejo generó una fuerte atención mediática. Su brutal asesinato, cometido en plena vía pública y con signos de ensañamiento, conmocionó a la opinión pública. En la investigación inicial, todas las sospechas recayeron sobre Sergio Sáez, su compañero de piso, con quien Miriam tenía una relación personal muy tensa.
Sin embargo, tras su detención y cuatro meses en prisión preventiva, fue puesto en libertad por falta de pruebas concluyentes.
A pesar de la intensidad de las pesquisas, el caso de Miriam Vallejo fue finalmente archivado en 2023 por la jueza instructora al considerar que no había elementos suficientes para imputar a ninguna persona concreta. El crimen quedó sin culpable.
¿Por qué reabre ahora la Guardia Civil el caso de Miriam Vallejo?
En los últimos días, el Instituto Armado ha confirmado que se está llevando a cabo una nueva reconstrucción del crimen de Miriam Vallejo. Se trata de una iniciativa impulsada por una línea de investigación “completamente desvinculada” de los anteriores sospechosos. Según fuentes de la investigación, se están revisando pruebas y testimonios que podrían haber sido pasados por alto en la instrucción original.

Mercedes, portavoz de la Guardia Civil, ha admitido errores cometidos en la primera fase del proceso, como el excesivo enfoque en desmontar la coartada de Sergio. Eso desvió recursos y atención de otras posibles hipótesis. La presión mediática, ha reconocido, jugó un papel determinante en centrar el foco en él.
Este cambio de enfoque sugiere que el crimen de Miriam Vallejo podría tener un origen distinto al contemplado en su momento y que nuevas pistas han motivado a los investigadores a actuar.
El enigma de una muerte violenta… y en plural
El asesinato de Miriam Vallejo tiene elementos que siguen generando preguntas. La joven salió a pasear con sus perros por un camino rural y fue atacada con extrema violencia. Las 89 cuchilladas, algunas de ellas post mortem, revelan un nivel de ensañamiento difícil de entender sin una motivación emocional.
Lo más desconcertante, según los testigos que la encontraron aún con vida, fueron sus últimas palabras: “¡Dejadme, dejadme!”. El plural “vosotros” apunta a que Miriam Vallejo podría haber sido atacada por más de una persona. Una posibilidad que no fue investigada a fondo en su momento.
También llamó la atención la actitud tranquila de los perros de la víctima, que ni ladraron ni mostraron signos de alarma. Eso llevó a pensar que Miriam Vallejo conocía a su agresor o agresores. Y que no sintió peligro hasta el último instante.
Una oportunidad para la verdad
Con esta nueva reconstrucción, el caso de Miriam Vallejo vuelve a estar sobre la mesa. La esperanza de esclarecer qué ocurrió aquella noche de enero de 2019 en Meco no se ha extinguido. La Guardia Civil confía en que esta revisión pueda arrojar luz sobre un crimen que nunca debió quedar sin respuesta.
Mientras tanto, la familia de Miriam Vallejo sigue esperando justicia. Seis años después, su nombre vuelve a estar en el centro del debate mediático. Tal vez, esperando la verdad.